China, al frente de las grandes reservas de gas

Jorge Castro
CNOOC es una de las cuatro principales empresas chinas de petróleo y gas. Acaba de comprar en U$S 18.200 millones a Nexen, la quinta mayor corporación canadiense en esa actividad, centrada en las reservas de shale gas en la provincia de Alberta (Long Lake/Oil Sands), que se estima son las cuartas en orden de importancia en el mundo, después de las de Neuquén (Vaca Muerta), Argentina. La de CNOOC es la mayor inversión de China en el exterior de los últimos 30 años. La explotación de shale gas en Alberta la realizará la empresa china junto a otras grandes trasnacionales, como Exxon Mobil, Statoil y Chevron. CNOOC pagó una prima de 61% sobre el precio de las acciones de Nexen, según la cotización de esta semana en el NYSE (Wall Street), lo que representa más de la mitad del valor de los activos.

La compra de Nexen es parte de un extraordinario incremento de las inversiones chinas en el exterior realizado en los últimos 4 años . Desde enero de 2008, la inversión directa china (IED), ejecutada a través de compras y adquisiciones (M&A), asciende a U$S 235.000 millones (1.414 firmas adquiridas). Son 198 las corporaciones compradas este año, más de la mitad en Norteamérica (EE.UU. / Canadá / México) y Europa, por un total de U$S 40.600 millones.

Tras la adquisición de Nexen, CNOOC se transforma en empresa canadiense, con sede en Calgary (Alberta) y cotización en la Bolsa de Toronto. El Gobierno canadiense respalda activamente la compra. El primer ministro Stephen Harper (conservador) ha señalado en las últimas dos semanas que las prioridades estratégicas de Canadá no están más en EE.UU., sino en China/Asia.

La reorientación estratégica del gobierno de Ottawa se funda en que China importó 5,6 millones de barriles de petróleo por día en el primer semestre de 2012 (11% más que el año anterior) y en que la Agencia Internacional de Energía (AIE) estima que en 2035 comprará en el exterior 12 millones de barriles por día, con un aumento de 58% en las importaciones de gas natural (la mitad shale gas) y 61% en las de carbón.

Los yacimientos de Alberta son parte de las reservas comprobadas de petróleo y gas canadiense, que alcanzan a 180.000 millones de barriles, sólo por detrás de los de Arabia Saudita y Venezuela.

A diferencia de EE.UU., la política energética en Canadá la fijan las provincias, que son las que establecen la relación con las empresas trasnacionales. Y lo que han hecho -con Alberta a la cabeza- es disminuir el nivel de los royalties hasta que las firmas globales recuperen el capital invertido, para luego aumentarlo 25%. La agencia estadística canadiense sostiene que 1/3 del crecimiento provino directamente en 2010 / 2011 de la explotación de shale gas, sobre todo en Alberta.

Lo que sucede en Canadá con la inversión china ocurre también -en mayor escala- en EE.UU., donde casi todas las grandes empresas trasnacionales se han volcado a la explotación del shale gas/shale oil en la gran cuenca del Río Verde (Colorado/Utah/Wyoming). En los últimos dos años, la mitad de la inversión mundial en petróleo y gas, realizada sobre todo a través de M&A, se ha dirigido a EE.UU.

La atracción es el boom del shale. Por eso, la inversión global superó allí los U$S 300.000 millones en 2011 y este año sería U$S 100.000 superior, o más. El shale gas de Neuquén/Vaca Muerta es una categoría aparte en el negocio energético mundial.

Los yacimientos argentinos son los terceros del mundo, pero a diferencia de los estadounidenses y los chinos están concentrados en una zona desierta, con abundancia de agua, alejada de los centros urbanos. Esta es la razón por la que las compañías trasnacionales creen que la producción argentina puede emular el boom estadounidense, con menos inversión.

En la acumulación capitalista a escala global lo posible es usualmente un adelanto de lo real.

Clarin - 29 de julio de 2012

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