Comercio con China no alienta diversificación productiva

Ariel Slipak
La relación comercial con China, que se incrementó en la última década, está impulsada por la necesidad creciente del gigante asiático por mejorar la calidad de la alimentación de la población. Eso estimuló el crecimiento acelerado de su demanda de productos primarios o manufacturas basadas en recursos naturales que, sumado al petróleo, explican más del 82% de las exportaciones argentinas a Beijing en la última década. La contrapartida es que no se le venden productos con más tecnificación, lo que define un vínculo que “juega en detrimento del anhelo de una matriz productiva más diversificada y una creciente industrialización”, señaló el economista Ariel Slipak, especializado en la relación sinoargentina.

Además, en los últimos años no se produjo un ascenso industrial al interior de la cadena de valor de la soja –soja y aceite de soja explican el 73% de las exportaciones–. “Por el contrario, las exportaciones a China de aceite de soja tienen un exiguo crecimiento –nominal– y de hecho disminuyen su peso relativo en el total de exportaciones a China, mientras que aquellas que incrementan su participación son las de la soja sin procesamiento”, según el paper “La emergencia de China como potencia: desafíos para el desarrollo que enfrenta la Argentina”.

A diferencia de lo que ocurre con las ventas argentinas a China, las compras que el país realiza a Beijing son altamente diversificadas y en su mayoría manufacturas con alto y medio contenido de valor agregado, desde bienes de consumo durable y no durable a bienes de producción. Ese tipo de importaciones asiáticas dieron un salto considerable, que se multiplicó varias veces en los últimos cinco años.

Además, Slipak señaló que negociar acuerdos para exportarle a China productos con mayor contenido de valor agregado “parece ser sumamente dificultoso, ya que mientras el país oriental es el segundo destino de exportaciones de la Argentina, las importaciones que realiza nuestro país provenientes de China representan tan solo un 0,4% de sus exportaciones totales, siendo la Argentina un mercado del cual este país podría prescindir”.

Todo este cambio geopolítico y económico de China se aceleró con la crisis financiera internacional: por un lado, su posición como destino de las exportaciones resulta “un poderoso elemento de negociación” –define el economista del Instituto Argentino para el Desarrollo (IADE)– y la reducción de la posición inversora de las economías desarrolladas facilita aún más las inversiones chinas, que cuentan con financiamiento a bajo costo por parte de sus propios bancos de inversión.

Se trata de un tipo de inversión extranjera directa (IED) orientada prácticamente hacia actividades primario-extractivas o actividades terciarias de apoyo a las primeras (ver recuadro), “lo cual es inconsistente con un modelo de desarrollo industrial”, analizó Slipak.

Alimentos, explotación de hidrocarbudos y minerales

A partir del 2009, el gobierno chino realizó un importante desembarco de inversiones en América Latina y orientó sus esfuerzos a ingresar en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Perú y Venezuela. La mayoría de sus esfuerzos se orientaron hacia actividades alimenticias o a la obtención de concesiones de explotación de hidrocarburos o minerales. Además, los bancos de inversión chinos concedieron financiamiento a gobiernos o empresas para realizar actividades extractivas, que se repagan con los productos extraídos, según detalló Ariel Slipak.

Las inversiones provenientes de China a la Argentina crecieron 1.348,6% entre 2004 y 2010. Y las principales compras fueron en el sector de los hidrocarburos. Entre ellas se destacan la China National Offshore Oil Company (CNOOC), propietaria del 50% del Grupo Bridas, que posee desde el año 2010 el 40% de las acciones de Panamerican Energy (PAE), que tiene la concesión de Cerro Dragón.

Además, SINOPEC compró las acciones de la filial argentina de la empresa estadounidense OXY y se quedó con 23 concesiones para la extracción de petróleo y gas en Mendoza, Santa Cruz y Chubut (1500 pozos).

También Shandong Gold intentó explorar el Cerro Famatina, en La Rioja, pero no obtuvo la licencia social.

Y varias firmas chinas invirtieron en el sector agropecuario, como ocurrió con Heilonggjiang Beidahuang State Farms Business Trade Group en Río Negro.

Diario BAE - 25 de octubre de 2012

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