El cambio climático no es una amenaza futura, es el desafío más importante que tenemos como sociedad hoy. Toda política es política climática, por eso la COP es un momento tan importante.

Las elecciones del 23 de julio eran ya unas elecciones climáticas en las que vencimos a los negacionistas y a quienes quieren retrasar lo más posible la puesta en marcha de medidas que transformen nuestro presente y aseguren nuestro futuro.

Ahora nos toca liderar. Nos toca garantizar una salida democrática y justa a la crisis climática. Sabemos que vamos tarde, que los objetivos que nos marcamos son insuficientes y que necesitamos más ambición. Nos los dice la ciencia: vamos 10 años tarde. Hay que actuar: aquí y ahora.

Cada día puede ser un paso más hacia la solución o un día más perdido en la inacción y la falta de ambición. Necesitamos planes para una década. Necesitamos pensar y actuar a largo plazo. Necesitamos garantizar que la transición climática se hace ganando derechos. Necesitamos dar seguridad a las mayorías sociales, y no a las cuentas corrientes de los de siempre.

Necesitamos una revolución fiscal verde que garantice que las empresas que envenenan nuestro Planeta paguen la factura de la reconstrucción de nuestro futuro. Necesitamos reequilibrar la balanza climática y que pague quién más daño hace y no quién más está sufriendo las consecuencias.

Tenemos la responsabilidad de liderar el esfuerzo para lograr un acuerdo sobre la eliminación de las subvenciones a los combustibles fósiles. Destruir nuestro planeta no puede ser un negocio rentable y mucho menos uno que tengamos que subvencionar.

Tenemos una deuda pendiente con el sur global. Quién menos contamina es quién sufre más las consecuencias de la contaminación. Invertir tiempo, políticas públicas y recursos en la seguridad de otros hace más segura nuestra propia vida. Un mundo más frágil siempre es un mundo más incierto e inseguro. Por eso el nuevo fondo para compensar a los países más vulnerables es una buena noticia, pero tenemos que garantizar una dotación económica justa y suficiente y mecanismos democráticos para fiscalizar su funcionamiento.

La COP28 es una oportunidad para seguir construyendo una internacional climática que ponga en el centro la planificación democrática de nuestro futuro. Una internacional climática, protagonizada por nuestros jóvenes, que sea garantía de justicia social e intergeneracional.

No podemos dejarle el liderazgo del mañana a los arquitectos de la catástrofe. El neoliberalismo está muriendo. Reina, pero ya no gobierna, por eso la clave del futuro es democratizar la economía. Una economía democrática, verde, con más derechos para los trabajadores y trabajadoras, que cuide de nuestra casa común.

Esa es la apuesta que hacemos en Sumar y la que vamos a impulsar desde el gobierno.

No hay tiempo que perder.

- Yolanda Díaz, Vicepresidenta segunda y Ministra de Trabajo en el gobierno de coalición progresista, es dirigente de Sumar.

_{Sinpermiso - 2 de diciembre de 2023}