Inundaciones Miseria y opulencia II
El fenómeno reciente de inundaciones y crecidas en el Litoral no ha sido el mayor registrado en este siglo, ni por su duración, ni por las alturas alcanzadas por los ríos en los puntos críticos, ni por los caudales máximos en los grandes emisarios como el Paranaá y el Uruguay. La gran resonancia nacional que ha tenido este fenómeno —quizás aún inconcluso— es atribuible a diversos factores, la mayoría de los cuales se han potenciado entre si.
Crecidas: miseria y opulencia - (Primera Parte)
El argentino común —no inundado—, ante las noticias del desastre humano y físico que representa esta onda de crecida del año 1992, tenderá a considerarla como un hecho de la fatalidad.
Este hipotético ciudadano medio quizá no se detenga a pensar que, ademas de la cuota inevitable que todos pagamos por hechos anómalos de esta naturaleza —en este caso precipitaciones de gran magnitud que se presentan con cierta frecuencia—, estamos pagando los intereses de otra deuda interna.
Crecidas: miseria y opulencia
El argentino común -no inundado-, ante las noticias del desastre humano y físico que representa esta onda de crecida del año 1992, tenderá a considerarla como un hecho de la fatalidad.
Este hipotético ciudadano medio quizá no se detenga a pensar que, además de la cuota inevitable que todos pagamos por hechos anómalos de esta naturaleza -en este caso precipitaciones de gran magnitud que se presentan con cierta frecuencia-, estamos pagando los intereses de otra deuda interna. Tal deuda -contraída sin consultarnos y para beneficio de unos pocos-, hace que hoy nos encontremos con: