Declaración del Plenario Nacional de la CTA
En otras provincias como Tucumán y Catamarca la población indefensa vivió horas de angustia en medio de un clima turbulento. Los hechos vividos en estos días son muy similares a los que en Ecuador, Bolivia y Paraguay pusieron en vilo a la democracia y las autoridades electas. No es casualidad, se trata de la misma matriz desestabilizadora con que los grupos de poder más reaccionarios embisten contra los gobiernos que ellos despectivamente denominan populistas.
Mas allá del daño y de las pérdidas materiales que ocasionó el vandalismo, hay que lamentar un saldo trágico de más de diez muertos. Todo en el mismo momento en que los argentinos nos preparábamos a festejar con orgullo tres décadas ininterrumpidas de democracia. Tampoco es casual el momento elegido, como no lo es el hecho de que en vísperas de la conmemoración de los sucesos del 19 y 20 de diciembre del 2001 haya quienes pretendan estimular y alentar nuevos actos desestabilizadores. Pretenden generar un clima de inestabilidad democrática y de violencia exacerbada como si la realidad de este país fuese la misma que vivíamos en aquellas desgraciadas épocas en que unos pocos se llenaban los bolsillos a costa de los millones de argentinos que estábamos acorralados por el hambre y por la desazón. Ese gobierno del 2001 estaba de espaldas a su pueblo y de rodillas frente a los grupos del poder económico internos y externos. Por eso su única respuesta fue, con el pueblo en la calle, reprimir y declarar el Estado de Sitio.
Hoy es a la inversa, son los grandes grupos del poder económico y la derecha los que quieren que este gobierno no termine su mandato. Para ello utilizan los grandes medios de comunicación que mienten y fomentan el odio. Para ello también echan mano de un recurso mucho más artero que es fomentar la guerra de pobres contra pobres. De eso se trata el vandalismo, el pillaje y toda otra forma de violencia ejercida contra los más débiles. Lamentablemente para ello cuentan con el aporte de patrullas perdidas del campo popular que en su extravío terminan haciéndole el juego a los que quieren volver a la Argentina de la devaluación, la desocupación, los salarios congelados y la represión.
El problema que tienen es que la inmensa mayoría de los trabajadores organizados no compramos espejitos de colores. Sabemos todo lo que hemos conquistado y todo lo que debemos defender. Así como también sabemos todo lo que todavía falta para que podamos decir que en la Argentina desterramos definitivamente la indigencia y la desigualdad social. Pero ello sólo será posible con más democracia y con más protagonismo organizado de los trabajadores para profundizar el rumbo iniciado en el 2003 con Néstor Kirchner.
Por todo lo expuesto resolvemos:
1) Plantear la necesidad de que los gobiernos provinciales -coordinados por el gobierno nacional- encaren la reforma de las estructuras policiales para desterrar los vestigios de las lógicas autoritarias heredadas de la dictadura como así también los vínculos oscuros de connivencia con el crimen. Esto requiere profundos cambios que permitan terminar con el autogobierno policial y garantizar que aquellos que quieran desarrollar su tarea a conciencia, lo puedan hacer en condiciones dignas y con retribuciones justas.
2) Participar de la iniciativa que promueve el CELS, convocando asimismo en todas las provincias a otras expresiones y organizaciones de la sociedad, para revitalizar el Acuerdo por una Seguridad Democrática.
3) Impulsar el debate en torno a la propuesta de sindicalización de los miembros de las fuerzas de seguridad. Entendemos que dicha sindicalización permitirá establecer canales institucionales, que hoy no existen, para gestionar demandas legítimas y, además, acotar los alcances del conflicto laboral para evitar posicionamientos extorsivos y prácticas que ponen en vilo a las instituciones democráticas. Esta sindicalización constituye a su vez un paso complementario a la imprescindible depuración de una estructura permeada por la connivencia con el crimen de una buena parte de su cúpula.
4) La convocatoria en todo el territorio de nuestro país a las organizaciones gremiales hermanas, a los organismos de derechos humanos, al movimiento social y a las distintas fuerzas organizadas para expresar en unidad el compromiso de los sectores populares con la defensa y profundización de la democracia.
El año 2014 tiene que ser la oportunidad para que los argentinos podamos dar nuevos pasos en el camino de mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo, de abrirle horizontes de trabajo y estudio a nuestros jóvenes, de incorporar al trabajo con derechos y con salario digno a los que no están registrados, de mejorar los ingresos y las condiciones de vida de activos y jubilados. No es verdad que no sea posible. No es verdad que el único camino sea resignarnos a que otra vez nos gobiernen los que hicieron de un país rico una tierra de miseria y exclusión.
Por la Comisión Ejecutiva Nacional Hugo Yasky Secretario General CTA
CTA - 19 de diciembre de 2013