Vivir con lo vuestro
Los indicadores muestran que la economía argentina durante 2012 no tiene ningún escenario de crisis por delante. En buena medida porque muchas de las decisiones tomadas a fines del año pasado apuntaron a corregir algunas cuentas. Algunas difíciles de entender como la restricción de la compra de monedas extranjeras al menudeo o las normas de importación. Pero –más allá de los métodos con los que se otorguen las licencias de compra de artículos extranjeros o las limitaciones para que, por ejemplo, un residente peruano pueda remitir parte de sus ingresos a sus familiares de origen– el Gobierno Nacional dio muestras de intervenir en los mercados para ayudar a que las cuentas nacionales queden a salvo de los malos vientos externos. No se trata sólo de las distorsiones del comercio internacional por la crisis en las naciones llamadas desarrolladas, sino también porque la Argentina tiene todavía una pesada carga producto del desendeudamiento externo. En este sentido, entre capital e intereses, durante este ejercicio, el Estado tiene que hacer frente a vencimientos por cerca de 15 mil millones de dólares. Y esto es así por la perversa configuración de pagos que hizo Domingo Cavallo quien, asociado con la gran banca privada extranjera, dejó un sistema que fuera cavallodependiente. El desparpajo y el talento de Néstor Kirchner –apoyado en una sociedad que tomaba conciencia de la situación– permitieron el desenganche de la economía y la política nacional de los poderes externos y sus aliados nativos.
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