El derrumbe económico y social

Alejandro Rofman

1. Retroceso económico global

Este texto informativo da cuenta de tendencias claves en la evolución socioeconómica de la Argentina según datos dados a conocer por distintas fuentes informativas en el mes de mayo y ya avanzado el mes de junio.

Nos vamos a referir a dos procesos por demás demostrativos del derrumbe económico y del deterioro social producido por la política económica del gobierno instalado el 10 de diciembre pasado. El primero se refiere a la caída del uso de instalaciones fabriles en los tres primeros meses de este año comparados con un ciclo histórico que arranca en el 2016 en pleno gobierno con Mauricio Macri funcionando de presidente. En primer lugar citaremos el dato del uso de maquinaria por la industria en el mes de marzo de este año Según el INDEC, el informe de utilización de la capacidad instalada en la industria fue de apenas 53,4% del total del equipamiento productivo disponible. Esto supone una caída de 14 puntos por debajo del mismo mes del año pasado, o sea casi un 30%. Es el menor nivel desde que se lleva la estadística referida a partir del 2016. Ni siquiera en el año 2020, cuando la pandemia impidió por meses que la actividad productiva estuviese funcionando adecuadamente el indicador fue superior al del trimestre cerrado en marzo. Hubo algunos sectores que mostraron un comportamiento aún peor. La industria metalmecánica por ejemplo mostró un nivel de utilización de la capacidad instalada del 38%, inferior al registrado en marzo del 2023 que fue del 57%. Casi 20 puntos de caída, lo que indica un verdadero derrumbe. Las actividades más dañadas fueron la maquinaria agropecuaria y los aparatos de uso doméstico. También fue muy significativo el descenso de la producción de materiales de construcción a más del cemento. Este rubro sufrió una reducción del 42% entre marzo de este año con respecto al del 2023, básicamente a partir de la insólita medida de parar la obra pública con fondos nacionales en todo el país.

Esta destrucción del aparato productivo manufacturero se origina en la caída de la demanda por la disminución del poder adquisitivo y de medidas oficiales que han dañado sectores claves en nuestra economía en forma inédita.

El segundo comentario tiene que ver con la contracara del derrumbe económico del trimestre, una de las manifestaciones más evidentes que acabamos de comentar. El dato al que queremos hacer referencia es el incremento de la pobreza, cuya presencia no dejó de crecer hasta el mes de abril inclusive, según lo consigna la universidad Torcuato Di Tella en su cálculo mensual. En este mes de abril, la pobreza, según la estimación que comentamos, llegó a muy poco menos que el 50% de la población, que se elevó sensiblemente del 42% que estaba estimada para noviembre del año pasado. Estos datos son reveladores del fuerte deterioro económico y social que estamos afrontando por la política económica y social del gobierno actual., lo que justifica la reducción de la tasa de inflación por la incapacidad de las empresas en ajustar precios hacia arriba pues el consumo muy deprimido opera como una barrera que evita que los precios de numerosos bienes de consumo imprescindible se eleven en demasía. Entonces, los empresarios aceptan menores márgenes de utilidad a cambio de poder ampliar su cuota de presencia en el mercado

El gráfico que se cita en la página 8 de este texto es claramente ilustrativo de las tendencias que arriba enfatizamos relativos al serio deterioro de la situación social en un lapso muy breve. Ha sido extraído del diario Buenos Aires Negocios, confeccionado a partir de datos oficiales preparados por el INDEC. Es importante puntualizar que este Índice de pobreza arranca con el final del gobierno de Cristina Kirchner, en el cierre del año 2015, con datos que marcan un indice cercano al 32 por ciento. Se verifica una creciente disminucion hasta mediados del 2017, en la administración Macri, que fracasa en mantenerlo en esa tendencia pues a partir de la crisis de marzo de 2018 y el ingreso del FMI para salvarlo de la cesación de pagos de la Deuda Externa,pone en marcha un  modelo de Ajuste que genera un fuerte impulso al empobrecimiento de  nuestra población. Cuando Macri entrega la Presidencia a Alberto Fernandez el nuevo gobierno inaugura un lapso de mejora evidente de la situacion social. La Pandemia da un vuelco inesperado a ese proceso de creciente recomposición de la calidad de vida de la mayoria de los habitantes del pais A ello se le suman fenomenos como el impacto negativo de las medidas economicas adoptadas por la presion del gran acreedor –el FMI. Pese a ello y a la sequia fenomenal del 2023, la politica economica de Alberto Fernandez permitió que el proceso negativo se detenga en gran parte de dicho año en torno a un nivel elevado -el 40 %-. El desastre final marca la perversidad del modelo Milei y el serio impacto regresivo que desde el punto de vista social elevo la pobreza en pocos meses a casi 49%.  Entretanto datos de la Universidad Catolica Argentina dan cuenta que la indigencia entre noviembre del 2023 y marzo de este año crecio al doble pues pasó del 8  al 16 por ciento. Nada menos que 3 millones y medio de habitantes cayeron en un pozo nutricional al dejar de tener ingresos suficientes para alimentarse adecuadamente. Realmente un desastre no visto desde el año 2002 sin excusa alguna.

Antes de conocerse los datos oficiales del INDEC sobre la evolución económica incluyendo a abril, ya se habìan dado a conocer estadísticas referidas al primer cuatrimestre del año, suministrados por la consultora Orlando Ferreres. Para esta empresa especializada en mediciones económicas, la actividad global cayó en el primer cuatrimestre el 6,3% con respecto al mismo período del año anterior. En abril, el dato de Ferreres refleja una disminución interanual del 3%. Esta disminución del derrumbe con respecto a lo sucedido en marzo, con datos en torno al 10% se explica, según la citada consultora, por el desempeño del agro en el primer trimestre de este año comparados con  los que mostró la información del año pasado y que supone un fuerte incremento del 67 por ciento año a año debido a que el año 2023 estuvo, en este período inicial, muy afectado por la excepcional sequía. En cambio, el área industrial llegó muy dañada pues registró un retroceso de casi el 10% con relación al mes de abril del año pasado.

La recesión continuó con toda su intensidad afectando seriamente el nivel del consumo, que según la consultora Scentia indica, en abril bajó el 14% con respecto a abril del año anterior.

Según todas las evidencias que hacen referencia a la evolución posterior, aunque escasas aún por la proximidad temporal, el proceso de deterioro siguió en mayo. Al momento de redactar este material informativo, varios indicadores destacados avalan la afirmación precedente.

En el área de la industria, se destaca la información proporcionada por la asociación de fabricantes de automotores (ADEFA) en el sentido que la producción nacional de vehículos fue de 38.400 unidades en el quinto mes del año, nada menos que un 28% inferior al mismo mes del 2023. Si se desagrega el destino de los vehículos producidos, los dos componentes que integran la demanda correspondiente exhiben porcentajes simialres al del total, o sea 28% de caída, tanto en el rubro exportador como en el de la entrega de unidades a los concesionarios. Claramente estamos en un plano muy agudo de caída, sin poder aún avizorar cambios positivos a corto plazo.

Una información agregada a la anterior y que se vincula tambien con la produccion de vehìculos automotores es la que proporciona la entidad que agrupa a los empresarios de  la actividad dedicados a la elaboración de acero crudo. En el mes de mayo se produjeron un total de 312.000 tn de dicho tipo de acero, un 1,2 % menos que en abril y una singular caida del 29,4% con respecto a mayo de 2023. Tal derrumbe solo se dio en los ultimos 20 años cuando por la pandemia se cerraron actividades de todo tipo en el año 2020. Lo que es más destacable es que prosiguió el descenso en la produccion citada entre abril y mayo. O sea que todavia en el quinto mes del año no se detiene el retroceso y la caida aun no exhibe signos de haber tocado fondo desmintiendo las afirmacion errónea del Presidente Milei de que se está operando un proceso de reactivación económica.

La otra evidencia poco promisoria tiene que ver con el nivel del consumo minorista en comercios de pequeña y mediana dimensión, según lo informado por la CAME, que es la entidad gremial que agrupa al comercio minorista de todo el país. La contracción fue del 7,3% cotejando mayo de este año con el mismo mes del año anterior. La entidad citada recogió información, además, sobre las causas de este deterioro persistente desde la nueva administración del gobierno nacional si se analizan los números mes a mes. CAME explicó la baja, agregando a la publicación del dato un comentario referido a lo expresado por los empresarios en la encuesta respectiva: “La falta de ventas fue el principal reclamo de la mayoría de los comercios relegados. Casi 7 de cada 10 negocios lo mencionaron como su principal problema” comenta la CAME.

Las prescriptivas de los analistas siguen siendo negativas, si la vemos tomando la opinión de los dirigentes empresariales. El presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, aseguró, pocos dias atrás, que estimaba que abril podía ser el punto de inflexión en cuanto al deterioro sectorial, pero aclaró en afirmaciones vertidas a la prensa que aún no se anima a hablar de brotes verdes. Por su parte, el presidente de Industriales PyMEs Argentinos (IPA) fue más terminante. Habló de un estado de situación que no permite avizorar un rebote, y agregó: “La persistencia del bajo poder adquisitivo de las familias (acrecentado por el riesgo de desempleo), el menor gasto público, y una inversión privada reducida al mínimo, garantizan que todavía falta mucho para recuperar lo perdido en términos de actividad”. En este rubro se destaca el fuerte descenso en los despachos de cemento. Disminuyeron nada menos que el 27,1% entre mayo de este año con referencia a mayo del año anterior.

Estadísticas conocidas poco antes del cierre de este informe ratifican la continuidad y profundización de la severa recesión económica generada por decisiones del actual gobierno. La red Infobae consigna en un comunicado del 25 de junio que la contracción interanual de mayo de la industria fue de casi el 10% en su nivel de actividad, lo que supone, y siendo este el sector más dinámico del proceso productivo nacional, su desplome interanual muy reciente y confirma que la economía está lejos de rebotar en forma de V, Por el contrario, aparece como más probable que se mueva en dirección a una L con una recesión que se va manifestando persistente en el tiempo. Los datos oficiales del INDEC en los primeros tres meses del 2024 indican una caída del PBI del 5,1% en el primer trimestre de este año con respecto al del año anterior. Dos de los tres sectores más importantes de la economía nacional exhibieron derrumbes mucho mayores. Fueron de 13,7% en la industria y del casi 20% en construcción.

Desde la consultora Ferreres se informò recientemente que la caída del mes de mayo de la industria predice un panorama económico en donde no se genera el rebote prometido por el gobierno. En los primeros 5 meses del año, el balance de la actividad industrial es muy negativo, con una contracción de poco más del 9% en comparación con enero-mayo del 2023. Los que cerca del Gobierno predicen un rebote significativo, lo basan en la creciente desaceleración de la tasa de inflación, proceso que la mayoría de los consultores privados descreen, empezando por junio cuando se va a producir un incremento de precios mayores a mayo, y unas perspectivas poco alentadoras debido a la presión que sectores relevantes ligados a la exportación y el mismo FMI se expresan a favor de un incremento del tipo de cambio.

Es de notar que el dato de 5,1% del primer trimestre como caida de la actividad económica es altamente cuestionable. Este cuestionamiento no se debe a una deficiencia del sistema estadístico, sino al hecho de que la caída de la actividad global es más importante porque en el total influye el incremento del sector agrícola, por el alza de la producción de cereales y oleaginosas en ese primer trimestre frente al de el año 2023, que exhibió valores de la mitad de los registros habituales por la feroz sequía. O sea que si se toman solo las actividades productivas urbanas y sus efectos directos e indirectos, es altamente probable que el descenso de la economía en este inicio del año sea mayor en 2 puntos al menos del dato conocido, que es lo que aportó el agro, al desaparecer el efecto nocivo de la falta de lluvias. A partir de mayo o junio las estadísticas agrícolas comenzarán a reflejar un incremento crecientemente menor con respeacto a los datos del año pasado, al regularizarse el régimen de lluvias a partir de mediados del 2023. Ello supone que la cosecha fina, en especial la del trigo, ya no va a exhibir un margen favorable entre el segundo semestre del 2024 con respecto al 2023, pues en ese último año, dicho cereal aportó un volumen productivo normalizado, al desaparecer los efectos negativos de la sequía.

2. El serio deterioro en la situación del mundo del trabajo

Desde el centro de estudios Cifra, se puntualizó recientemente que entre noviembre y febrero últimos se registró una disminución de 90.216 puestos de trabajo bajo relación de dependencia, es decir, en el área del trabajo formal. De ese total, el 70% corresponde a empleo privado. No sorprende, entonces, que el INDEC haya registrado un incremento del desempleo entre el primer trimestre del 2024 y el mismo lapso de 2023, que supuso que la tasa de desocupación se elevase en un 40%. Para evaluar la continuidad de esa tendencia decreciente no existen todavía datos globales, pero sí destacadas tendencias, todas las cuales marcan que el proceso de destrucción de puestos de trabajo ha seguido creciendo. Es el caso de la actividad industrial, según un muy reciente reporte sobre el sector que preparó la Unión Industrial Argentina, afirma textualmente: “Por tercer relevamiento consecutivo, son más las empresas que reducen su nivel de empleo que aquellas que lo aumentan”. LA UIA afirma que entre enero y abril aumentó la cantidad de despidos dentro del sector industrial pues en el cuatrimestre inicial de este año el 24% de las empresas del sector industrial perdió trabajadores.

Un signo adicional del debilitamiento del mundo del trabajo lo da un informe de la consultora Boomerang recientemente publicado. Según se consigna en dicho informe, en el mes de abril, las remuneraciones pretendidas por quienes buscan trabajo lo fueron intentando obtener un salario promedio de 754 mil pesos. Ello significa que, de abril del 2023 a abril de este año, las pretensiones de remuneración de quienes se encuentran en búsqueda laboral aumentaron un 199%, muy por debajo de la inflación acumulada de un 289%, reflejando una brecha de 90 puntos porcentuales. Si reducimos el tiempo del análisis a solo el cuatrimestre inicial de ese año, persiste un nivel de salario promedio pretendido por quienes aspiran a conseguir trabajo con relación a la inflación acumulada, que se traduce en una brecha de casi 20 puntos porcentuales.

Esta particular referencia a la dinámica laboral más reciente es un indicio muy fuerte respecto a la depresión que se acentúa en la demanda general. Es decir, el hecho de que se aspire a un trabajo con menor remuneración que la evolución de los precios indica que el peticionante reconoce las dificultades para conseguir empleo y admite que su pretensión corra por detrás de la inflación. No sorprende entonces tal panorama desalentador se verifique en el marco de una reducción singular de puestos de trabajo. La consultora Ecolatina preparó un trabajo relativo a lo ocurrido en la validación de los puestos de trabajo de toda la economía según datos oficiales. El texto alude a tal variación desde diciembre del 2023 hasta el final del trimestre del 2024. La caída del empleo englobó a 120 mil plazas. Dicho sea de paso, el rubro más afectado fue el de la construcción, con una caída de más del 10% de su plantel en solo 3 meses. Aquí jugó un rol destacado, sin duda, la interrupción de la obra pública con fondos nacionales en todo el país.

Los datos del INDEC de reciente conocimiento sobre la evolución del empleo y el desempleo en el primer trimestre de este año confirman lo arriba antedicho.

3. Los bajos salarios                                                                                                        

Declaraciones formuladas por el Presidente de la república dan a entender que a partir de abril se habría comenzado a recuperar de modo significativo el salario real de los trabajadores, lo que supondría una reparación de las pérdidas acumuladas desde diciembre del año pasado, así como un estímulo a la reactivación económica general. Esto no es cierto. O la información le llegó mal al presidente o engaña al pueblo.

Según datos oficiales del INDEC, en el conjunto de los asalariados, se habría producido una leve recuperación en abril del 1,5% mensual con respecto a marzo, pero ello está solamente referido a los asalariados registrados, es decir, aquellos trabajadores privados que están en blanco. Si se acude al conjunto de la fuerza de trabajo con relación de dependencia, la realidad explica en forma diferente la evolución de los salarios. El informe del INDEC nos dice que los salarios subieron 10,2% en el promedio de abril contra marzo, ganándole a la inflación del mismo mes el citado 1,5%. Sin embargo, solo las remuneraciones del sector privado registrado tuvieron un signo positivo, pero aún sufren una caída interanual desde abril del 2024 y el mismo mes del 2023 del 19,4%.

La recuperación de abril logró achicar el margen de desplome que mantiene el poder adquisitivo que exhiben los trabajadores registrados desde diciembre del 2023. La baja fue del 13,5% real desde diciembre del 2023, pero el panorama luce muy distinto para los trabajadores no registrados, el sector llamado en negro, y para los estatales, que tuvieron incrementos por debajo de la inflación. En cantidad de puestos de trabajo estos últimos dos rubros ocupan aproximadamente algo más de 8 millones de empleos frente a los 6 que revisan en el sector en blanco. Vamos a las cifras reales y no a las que supuestamente marcaban, según el gobierno, un incremento del doble de la inflación, que no sabemos de dónde proviene tan errónea apreciación.

En términos interanuales, la realidad es completamente diferente. De abril del ’23 a abril del ’24, el índice de salarios subió, según el INDEC, el 213%, valor compuesto por aumentos del 247% en el rubro de los favorecidos por convenios colectivos de trabajo, pero de solo 135% en el sector privado no registrado, y de 193% en el sector público. En el mismo lapso, la inflación acumulada fue del 289%, que superó ampliamente todos los guarismos referidos al salario. Finalmente, consignamos que en lo que va del año, se mantiene esa fuerte disparidad salarial según el tipo de empleo. El aumento de los sueldos según el INDEC, entre lo que va del año de enero a abril, creció 60%, que, si se descompone en sus 3 componentes, indica una suba del 68% del sector privado registrado, del 54% en el sector público, y del 39% en los informales. Como la inflación en el primer cuatrimestre acumulada fue del 65%, solo zafaron muy levemente los empleados según convenios colectivos de trabajo. Un 45% del total, pero a la vez sufrieron fuertes retrocesos el otro 55% del empleo, pues la inflación fue del 65%.

Cerramos este análisis consignando en un gráfico preparado en base a datos del INDEC y aparecido en BAE Negocios el 21 de junio, la verdad completa mostrando el derrumbe del salario real de los trabajadores registrados entre diciembre del ’23 y abril del ’24 de casi un 40% con respecto al 2017 y la caída del mes de diciembre luego de la gran devaluación del peso de más de 11 puntos de porcentual. Los leves incrementos posteriores están todavía muy distantes de la necesidad de achicar el derrumbe de fines del 23.

4. El incremento de la pobreza

No debe sorprender, luego del análisis anterior, que datos sobre la expansión de la pobreza preparados por la Universidad Torcuato di Tella sean anticipo inexorable del agudo deterioro social que seguramente confirmaran, en su oportunidad, los datos oficiales del INDEC.

Transcribimos la estimación de la UTDT volcados a un gráfico preparado por un medio periodístico especializado en economía referidos al índice de pobreza que esa Universidad a través de un instituto especializado lleva regularmente. El aumento de este primer cuatrimestre de la pobreza a nivel nacional está marcado por la línea de puntos que crece acentuadamente. Los datos no necesitan comentario alguno. Son impactantes en sí mismos.

5. Nuevos datos invalidan la presencia de déficit fiscal como causa de inflación

Desde el Gobierno Nacional se sigue insistiendo en asignarle a la presencia de déficit fiscal en las cuentas públicas del tesoro nacional el rol de causante central del proceso inflacionario. El presidente Milei afirmó, no hace mucho, y luego de la media sanción de diputados sobre el aumento a las jubilaciones que, si tal decisión del parlamento llegara a incidir en el déficit fiscal, va a proceder a vetar la ley, y que le importa “tres carajos” cómo se aprecie su decisión enfrentándose al poder legislativo. Más allá que dicha expresión muestre un perfil profundamente agresivo de las expresiones a nivel presidencial, están reflejando un fenómeno que es multicausal reduciéndolo solo a un factor persistente en la economía argentina y en la de la gran mayoría de los países del mundo, la responsabilidad de nuestro nivel desmedido de la tasa de inflación. Pruebas al canto. Según la oficina respectiva del Gobierno de Estados Unidos, en el mes de abril de este año, el déficit fiscal total en ese país alcanzó al 7,2% del producto bruto. En Francia fue del 5,5% del PBI. Ese monto de números en rojo en el saldo entre ingresos y egresos a nivel federal en ambos países se enfrenta con la variación de precios que, anualizada, si se toma el mes de abril como referencia, fue del 3%. El índice aludido del déficit fiscal en Estados Unidos es muy superior al de Argentina, que en el mismo período la política gubernamental lo hizo descender drásticamente y lo convirtió en un leve superávit. En nuestro país, la persistencia de un elevado índice inflacionario en las últimas décadas descansa fundamentalmente en las variaciones muy bruscas y por demás elevadas del valor de nuestra moneda en relación al dólar. A cada devaluación muy significativa como la de diciembre del 2023 le sucedió un fuerte incremento del nivel inflacionario. La persistencia de tasas de crecimiento de precios muy acentuadas, que se vinculan en modo elevado a las alzas en el tipo de cambio, constituyen el signo más evidente de nuestra incapacidad en generar suficiente dotación de moneda fuerte – en este caso el dólar – para hacer frente a su demanda interna. Hay por supuesto otros factores como la formación de precios en mercados muy controlados por una o pocas empresas, tendencias inerciales y conductas especulativas que toman ventajas en momentos de dificultades cambiarias. El objetivo del déficit fiscal cero, y el logro de incluso superávits temporarios se instala como meta del gobierno nacional actual con la única intención de lograr respaldo del mercado financiero internacional y lograr ingresar a préstamos necesarios para el sostenimiento de la actividad productiva interna. La inexistencia del déficit fiscal, se supone, es garantía plena de que se podría acceder a mercados externos que suministren créditos en divisas fuertes a baja tasa de interés. Pero con el ejemplo norteamericano y el francés a los que se les podría agregar el de gran parte de los países de la Unión Europea y muchos otros países importantes de América Latina como Brasil, Chile, y Colombia, se puede afirmar que la tasa de inflación en nada se vincula con la presencia de déficit fiscal en las cuentas del gobierno central.

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