El retorno de Donald Trump ensombrece el futuro del mundo
Hace tres años, el asalto al Capitolio por los seguidores de Donald Trump avergonzaba a Estados Unidos, incluidos una parte de los republicanos, y sorprendía al mundo. La autodeniminada democracia más poderosa del mundo mostraba en directo la profanación de sus instituciones.
Trump era todavía presidente, perdedor de las elecciones, y se resistía a asumir responsabilidades. En los siguientes meses, su imagen pública sufrió una fuerte sacudida. El trumpismo si bien quedó tocado, no fue hundido, y hoy aflora buscando regresar a la Casa Blanca.
Los conservadores volvieron a abrazar a un Trump que presentó una batalla pública y judicial hasta recuperar buena parte de la popularidad. Su mensaje: el trumpismo no puede salir adelante sin él, sin Trump. No importa que sobre él pesen 91 acusaciones de delitos en cuatro casos criminales, desde su participación en la insurrección del 6 de enero hasta las maniobras para anular las elecciones de 2020, la posesión ilegal de documentos clasificados y el cohecho por el silencio de una actriz porno
Y así, la historia vuelve a repetise, pero esta vez no es un tango. Cuatro años atrás dos ancianos políticos se enfrentaron por el sillón más caliente del mundo: uno tenía 73 años y otro sumaba 77- Los analistas dijeron que era un indicio del envejecimiento de la democracia estadounidense. Cuatro años después, como si nada hubiera pasado en el interín, los mismos contendientes van por la presidencia y el desquite, ya casi octogenarios.
Y volverá a ser su rival el actual presidente demócrata Joe Biden, para quien el líder republicano es una «amenaza existencial» para el país. Los demócratas terminaron confiando en el viejo presidente, quien buscará poner el miedo en el cuerpo al electorado blandiendo el peligro de inestabilidad e imprevisibilidad que supondría el regreso al poder de Trump.
Pero es precisamente la capacidad de romper las reglas establecidas, lo que a ojos de mucha gente desafecta con la política y perjudicada por el encadenamiento de crisis hace tan atractivo a alguien que promete saltarse las normas. Trump se presenta más que nunca como un cowboy solitario contra el sistema, alguien que utilizará todas las armas para defender la libertad de hacer lo que le dé la gana para «salvar al país». Aunque para él salvar el país signifique sumar más riqueza.
Paso a paso
Para marcar este cuadro de situación, la primera decisión clave llegó el lunes de la semana pasada desde la Corte Suprema de Justicia -de mayoría conservadora-, que finalmente falló a favor de que Trump pueda ser candidato, pese a estar acusado por empujar un levantamiento contra el resultado electoral. De nuevo se ha hecho fuerte en el discurso ultranacionalista y antiinmigración, aderezado de religiosidad y proteccionismo aislacionista.
El día siguiente no fue un martes cualquiera, sino que se protagonizó una joirnada importante dentro del proceso electoral. El llamado supermartes, donde tanto Donald Trump como Joe Biden ratrificaron que mandan en los dos partidos, republicanos y demócrtas respectivamente. Y el miércoles, Nikkie Haley, rival de Trump, no sólo renunció a la contienda sino que encomendó a Dios a sus compatriotas.
Haley, aademás de lograr el 50 por ciento de votos en Vermont, ganaba 41 por ciento en Utah, 37 por ciento en Massachusetts, 35 por ciento en Virginia, 33 por ciento en Colorado, 29 por ciento en Minnesota, 26 por ciento en Maine y 23 por ciento en Carolina del Norte.
De Davos a Wall Street, el mundo empresarial ya ha empezado a anticipar el impacto de su elección en los mercados. De Bruselas a París y Varsovia, pasando por Berlín, la perspectiva de su regreso a la Casa Blanca provoca, excita o inhibe. En Washington, entre los gruesos muros del think tank más poderoso de Estados Unidos, la hipótesis de un segundo mandato va tomando forma y se prepara con calma.
El contraataque del aún presidente Joe Biden llegó el jueves, con un sorprendente “Discurso ante la Unión”. Reporteros del New York Times hablaron de un discurso enérgico y apasionado, raro en quien nunca fue un orador audaz, A quien no convenció Biden fue al editor de la revista de izquierda Jacobin, Branko Marcetic, quien asegura que mas allá de los gestos no hubo variación alguna en los contenidos.
Y es que mas allá del desenlace que conoceremos en noviembre, absolutamente trascendental, lo cierto es que la iniciativa y la capacidad de disrupción vuelven a estar en el bando conservador. Hay quienes prefieren dar por hecho su triunfo, como los responsables del portal español Diario Red.
Los franceses de Le Grand Continent, la revista del Grupo de Estudios Geopolíticos de la Escuela Normal Superior, no son tan tajantes pero se preparan para un escenario similar, y en dos escritos publicados esta semana abordan el potente programa de transformaciones que la Fundación Heritage preparó para el regreso de la ultraderecha a la Casa Blanca.
De ser elegido, Trump pondría fin a las normas establecidas en los años setenta a raíz del Watergate para garantizar una forma de independencia del Departamento de Justicia frente a la Casa Blanca.
En el informe de la Heritage Foundation, el exasesor del Departamento de Justicia Gene Hamilton (2017-2021) describe un departamento que «ha perdido el rumbo en los últimos años y la confianza de gran parte del pueblo estadounidense», y «secciones enteras del cual han sido tomadas por una clase de gestores burocráticos que no rinden cuentas y por ideólogos radicales de izquierda que se han incrustado en todas sus oficinas y componentes».
Para perseguir a Joe Biden «y a toda su familia criminal» mediante el nombramiento de un fiscal especial tras su llegada a la Casa Blanca, la Heritage Foundation se basa en una lectura poco ortodoxa de la Constitución estadounidense, en particular del artículo II: la teoría del ejecutivo unitario. Esta teoría se basa en la opinión de que el presidente ejerce un control directo total sobre toda la administración federal, incluido el Departamento de Justicia.
La previsible vendetta de Trump no se limitará a Joe Biden, sino que también afectará a todos aquellos que han expresado públicamente su oposición al expresidente: su exfiscal general William Barr, su exjefe de gabinete Mark A. Milley y su exjefe de gabinete John F. Kelly.
Para limitar la independencia del Departamento de Justicia y reforzar el ejercicio del control directo de la Casa Blanca, el informe pide «una reforma del Departamento de Justicia -y del FBI- y de su cultura para alinear el departamento con sus objetivos fundamentales y avanzar en el interés nacional».
Trump tiene un plan
Los conservadores estadounidenses ven a liberales y demócratas como intrusos que contribuyen al desmoronamiento de la democracia y las instituciones.Ya sea sobre la inmigración ilegal, la financiación y la deuda del gobierno federal, la economía o la promoción de medidas «woke» dentro de los departamentos, en la educación o incluso en la cultura, los trumpistas quieren una revisión completa de todo lo que se ha hecho bajo la actual administración demócrata -y las anteriores- para «restaurar» la grandeza de Estados Unidos.
Para no repetir los errores de su primer mandato, Donald Trump, que tiene muchas posibilidades de ser elegido en noviembre frente a Joe Biden, se ha desprendido de “los traidores” y rodeado de un ejército de administradores, abogados, militares y asesores políticos de lealtad inquebrantable que estarán listos para aplicar su programa en caso que llegue a la Casa Blanca el 20 de enero de 2025.
Entonces, Trump podrá recurrir a un manual cuidadosamente elaborado por un centenar de organizaciones que se supone representan toda la diversidad de la constelación conservadora estadounidense, todas ellas bajo la dirección de la Heritage Foundation, un centro de investigación conservador con sede en Washington
La guía puesta a disposición del candidato republicano que ganará las elecciones presidenciales en noviembre forma parte de una larga serie de publicaciones, la primera de las cuales se remonta a 1981, cuando Reagan llegó a la Casa Blanca. Apenas diez meses después de entregar al presidente el documento de 3 mil páginas, la Heritage Foundation criticaba las decisiones y la eficacia de la administración sobre el contrato de personal para las oficinas y agencias federales
En 2022, la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca calculó que habría 4.34 millones de empleados federales en Estados Unidos, entre todas las ramas. Con el fin de seleccionar candidatos preparados para trabajar en la próxima administración republicana y que compartan los valores y convicciones de Donald Trump, la Fundación Heritage aspira a tener una lista de decenas de miles de posibles funcionarios.
Aunque el nacionalismo cristiano no es una tendencia nueva en Estados Unidos, ganó visibilidad con la elección del republicano Mike Johnson, de Luisiana, como presidente de la Cámara de Representantes en octubre de 2023, tras la destitución de Kevin McCarthy. El ascenso de Johnson refleja la creciente influencia del electorado evangélico dentro de la base republicana, y con ello la aparición de una frontera difusa entre la identidad cristiana y la estadounidense.
Heritage, el think tank
El Proyecto 2025 de la Heritage Foundation forma parte clara de esta ideología, que conduce a la profetización de la vida política estadounidense y a la mesianización de Donald Trump.
Quieren hacer del ideal nacionalista cristiano «una de las prioridades» del segundo mandato de Donald Trump. Esto podría incluir la creación de programas y grupos de trabajo para «combatir la persecución de los cristianos en Estados Unidos». Otras posibilidades serían abolir las políticas de ayuda a las personas LGBT y a las madres solteras, como dice de forma bastante explícita el informe de la Heritage Foundation.
Una eventual condena de Trump en sus numerosos juicios no le impediría aparecer en las papeletas electorales en noviembre. De ser elegido, pondría fin a las normas establecidas en los años setenta a raíz del Watergate para garantizar una forma de independencia del Departamento de Justicia frente a la Casa Blanca.
En el informe de la Heritage Foundation (HF), se describe un departamento que «ha perdido el rumbo en los últimos años y la confianza de gran parte del pueblo estadounidense», y «secciones enteras del cual han sido tomadas por una clase de gestores burocráticos que no rinden cuentas y por ideólogos radicales de izquierda que se han incrustado en todas sus oficinas y componentes».
Sin dudas, la inmigración está en el centro de las preocupaciones de los estadounidenses. En diciembre de 2023, el número de entradas ilegales alcanzó el nivel más alto jamás registrado (302 mil cruces, 250 mil detenciones). Aunque la economía ha sido tradicionalmente la principal prioridad de los estadounidenses en las elecciones, este año algunos sondeos de opinión fiables sugieren que la inmigración será el principal tema que determine la decisión de los votantes.
El programa de Donald Trump para combatir la inmigración ilegal y deportar a los migrantes y solicitantes de asilo que han entrado ilegalmente a Estados Unidos ya es bien conocido.
Consiste en «la mayor operación de deportación a escala nacional de la historia estadounidense», siguiendo el ejemplo de la Operación Espalda Mojada, organizada en 1954 bajo el mandato de Eisenhower, la reintroducción de medidas discriminatorias como el decreto 13769, o Muslim ban, firmado en enero de 2017, la creación de un «ejército rojo» formado por fuerzas policiales y Guardias Nacionales de los estados republicanos, y la construcción de «enormes campos de detención» en los que se mantendría a los migrantes a la espera de ser deportados.
Para llevar a cabo esta política, la Heritage Foundation recomienda nada menos que «legislar para desmantelar el Departamento de Seguridad Nacional (DHS)», que se dividiría en varios componentes, la mayoría de los cuales dependerían directamente del gabinete del presidente. Durante la actual sesión legislativa, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, fue el blanco de los miembros republicanos de la Cámara, que votaron a favor de su destitución el 13 de febrero, convirtiendo a Mayorkas en el primer secretario destituido desde 1876.
Libertades, educación
La libertad de expresión y las libertades individuales en su conjunto son la piedra angular de las demandas conservadoras. La Heritage Foundation denuncia el papel del FBI «en actividades relacionadas con la lucha contra la difusión de la llamada información falsa y desinformación por parte de estadounidenses que no están vinculados a actividades delictivas plausibles .
El «derecho a la libertad de expresión» está siendo utilizado por Trump como baluarte contra las acusaciones de, entre otras cosas, su papel durante el 6 de enero de 2021. La promoción de la libertad de expresión contenida en la Primera Enmienda también es utilizada por los conservadores cristianos como herramienta en la lucha contra las personas LGBT.
Al igual que en el caso de la Seguridad Nacional, la Heritage Foundation recomienda abolir el Departamento de Educación: «Cuando se ejerce el poder, se debe dar poder a los estudiantes y a las familias, no al gobierno. En nuestra sociedad pluralista, las familias y los estudiantes deben ser libres de elegir entre un conjunto diverso de opciones escolares y entornos de aprendizaje que mejor se adapten a sus necesidades»
En cuanto a la enseñanza, el think tank recomienda eliminar «los nocivos principios de la ‘teoría crítica de la raza’ y la ‘ideología de género’ de los planes de estudio de todas las escuelas públicas del país». Trump también destaca otras prioridades en materia de educación: «mantener a los hombres fuera de los deportes femeninos», crear un organismo de acreditación para certificar a los profesores «que abracen los valores patrióticos», abrir investigaciones en materia de derechos civiles en todos los distritos escolares «que hayan incurrido en discriminación por motivos raciales»
Debilitar la OTAN
Los recientes comentarios de Donald Trump sobre la OTAN fueron recibidos con horror. En febrero, declaró: «Dije: ‘Todo el mundo va a pagar’, y me respondieron: ‘Si no pagamos, ¿nos van a seguir protegiendo?”, les respondí: ‘En absoluto’. No podían creer lo que oían […] No, no los voy a proteger. De hecho, los animaría a hacer lo que quisieran. Tienen que pagar. Tienen que pagar tus facturas”.
El Congreso debió actuar en diciembre para limitar la amenaza de una retirada estadounidense de la OTAN añadiendo una disposición a la Ley de Autorización de Defensa Nacional para el año fiscal 2024: «El presidente no suspenderá, anulará, denunciará o retirará a Estados Unidos del Tratado del Atlántico Norte, concluido en Washington el 4 de abril de 1949, excepto por y con el consejo y consentimiento del Senado, siempre que dos tercios de los senadores presentes estén de acuerdo”.
La Heritage Foundation no recomienda que Estados Unidos se retire de la OTAN, sino que la Alianza se transforme «de modo que los aliados de Estados Unidos sean capaces de alinear la gran mayoría de las fuerzas convencionales necesarias para disuadir a Rusia al tiempo que dependen de Estados Unidos principalmente para nuestra disuasión nuclear, y seleccionar otras capacidades al tiempo que se reduce la postura de fuerza de Estados Unidos en Europa»
Cambio climático
En 2022, Joe Biden firmó la Ley de Reducción de la Inflación, que ha sido descrita como la acción más importante jamás tomada en Estados Unidos para combatir el cambio climático. Aunque Donald Trump ya retiró al país del Acuerdo Climático de París en 2020, podría ir más lejos en la desregulación en un posible segundo mandato.
En su informe, la HF considera que «un presidente conservador debe comprometerse a desbloquear todos los recursos energéticos de Estados Unidos y poner la economía energética a trabajar para el pueblo estadounidense, no para intereses especiales». Para «poner fin a la guerra contra el petróleo y el gas natural», la organización recomienda derogar las leyes de Inversión en Infraestructuras y Empleos y de Reducción de la Inflación.
La HF ha sido acusada junto con otros think thanks como la ultraderechista Fundación Atlas, de haber recibido más de siete mil millones de dólares: obtienen beneficios y contratan a personas para escribir libros que aseguran que el cambio climático es un mito.
FMI y BM fuera de Washington
Trump no confía en el multilateralismo ni en el sistema de alianzas, que considera un factor de riesgo para la pérdida de soberanía estadounidense. Además del Acuerdo de París sobre el clima, Donald Trump también retiró a Estados Unidos del Acuerdo de Asociación Transpacífico y de la UNESCO, que finalmente se reincorporó el pasado mes de junio. Un regreso de Trump a la Casa Blanca llevaría a una mayor desvinculación del sistema multilateral.
La Heritage Foundation anima a una administración republicana a retirarse del Banco Mundial y del FMI y «poner fin a su contribución financiera a esas dos instituciones». Junto con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) «defienden teorías y políticas económicas contrarias a los principios estadounidenses de libre mercado y gobierno ‘limitado’». La retirada estadounidense no conllevaría el fin de la ayuda económica y humanitaria estadounidense, que sería unilateral.
La HF especifica que la política de ayuda estadounidense debe «reorientar» la estrategia de ayuda hacia el «crecimiento», lo cual implicaría fomentar y facilitar que el sector privado estadounidense se involucre en esos países, ya que «la ayuda al desarrollo por sí sola contribuye poco al desarrollo de los países», sino que corre el riesgo de «alimentar la corrupción y los conflictos violentos».
Con miras a «resetear» la diplomacia estadounidense, la Heritage Foundation recomienda la retirada de todos los embajadores destinados en el extranjero, ya sean políticos o diplomáticos de carrera.
Prohibición del aborto
En 2016, Trump se comprometió a nombrar jueces conservadores del Tribunal Supremo favorables a acabar con la garantía constitucional del derecho al aborto a nivel federal, pero no ha reivindicado una posición clara al respecto durante la campaña.
Actualmente el aborto está prohibido en 17 estados, principalmente en el Sur, pero sigue siendo legal en la mayoría de ellos, a veces con ciertos límites y especificidades. En su informe, la Heritage Foundation considera que esta división del país favorece una forma de «turismo del aborto». Para luchar contra los abortos químicos a escala nacional, recomienda la aplicación de la Comstock Act, una ley de 1873 destinada a luchar contra el envío por el servicio postal estadounidense de artículos considerados «obscenos», «indecentes» o «destinados a provocar un aborto».
Sin dudas, un triunfo de Trump daría alas a la involución mundial hacia la ultraderecha. Pero la alternativa pareciera que fuera otro geronte, el actual mandatario Joe Biden, que de progresista no ha mostrado nada.
- Álvaro Verzi Rangel, Sociólogo y analista internacional, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y analista senior del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
estrategia.la - 11 de marzo de 2024