España en caída libre hasta 2018
El disgusto que le dio el Fondo Monetario Internacional (FMI) no fue el único, aunque sí inesperado y contradictorio. España estuvo muy presente en la cumbre de ese organismo en Tokio. El Fondo pronostica en su informe Monitor Fiscal que en 2013 el PIB de España caerá un 1,3% más –el triple de lo que preveía el gobierno–, la peor situación mundial después de Grecia. También pronostica que el déficit público no bajará al 3% –el techo máximo que admitirá la UE en 2014– hasta 2017 y que la economía española, al igual que la griega y la portuguesa, no recuperarán los valores anteriores a la crisis hasta 2018. Un mazazo, un verdadero mazazo. Hace justo un año el FMI preveía que en 2012 comenzaría la recuperación española, con un crecimiento del 1,8%.
Rajoy, tan fiel seguidor del FMI, se habrá puesto enseguida a pensar qué otros recortes tenía que hacer, pero, un día después de conocerse ese informe, la directora del Fondo, Christine Lagarde, daba un giro de 180 grados a lo que han sido sus recetas para la crisis europea, y parecía descubrir… lo que todos los ciudadanos ya saben: que la política de recortes y más recortes sólo lleva a un estrangulamiento de la economía. Y por ello Lagarde propuso que las cosas se hagan más lentas y que se dé más tiempo a España, Grecia y Portugal, para poder cumplir con los objetivos de déficit que se les exigía hasta ahora.
Alemania ya ha expresado su total disconformidad con semejante relajo, lo que augura un duro debate sobre las fórmulas para salir de la crisis. Y, para más Inri, la UE acaba de respaldar la postura alemana de retrasar la unión bancaria pactada en Junio pasado y que permitiría una recapitalización directa de los bancos. Otro palo para España y Grecia. Y otro más: la agencia de calificación S&P ha bajado la valoración de los bonos de deuda españoles, equiparándolos casi con los bonos basura.
El gobierno atribuyó esto a “la mala imagen de España” que dan los independentistas catalanes últimamente, con su objetivo de celebrar un referéndum. Añadiendo un poco más de leña al fuego, Wert. El ministro de Educación, dijo que “hay que españolizar a los niños catalanes”, lo que ha provocado una ola de protestas.
Protagonismo de los indignados. La otra desagradable y también inesperada sorpresa que le deparó la semana a Rajoy fue la reunión que mantuvieron varios portavoces del 15-M –el movimiento de los indignados– con diputados alemanes del CDU –partido de Angela Merkel–; de Los Verdes, socialdemócratas y liberales, que se desplazaron especialmente para ello a Madrid. “Nos han impresionado los sólidos conocimientos de los temas que se nos han planteado”, dijo una de las parlamentarias del Bundestag.
Querían conocer de primera mano la otra versión de la realidad española y se quedaron alarmados de saber que en España se producen al día una media de 500 desalojos de personas que ya no pueden seguir pagando su hipoteca.
Los indignados están más omnipresentes que nunca y su popularidad crece cada día.
Ayer, sábado, volvieron a movilizar a miles de personas en todo el país, sumándose a la convocatoria internacional Global Noise “contra las desigualdades y la opresión” que tuvo lugar en distintas ciudades del mundo.
Una macro encuesta encargada por El País a Metroscopia, uno de los grandes centros de sondeos de opinión, concluía que el 77% de los encuestados comparte los objetivos de la plataforma 25-S, que impulsó un par de semanas atrás la gran manifestación frente al Congreso. El 57% considera que la policía se excedió ese día en la represión; el 68% dice que los recortes del gobierno no servirán de nada; el 91% que en España la crisis la pagan todos menos los bancos y los ricos, y el 90% considera que los partidos políticos han abandonado el espíritu de la llamada Transición (post franquismo) y que sólo piensan en sus propios intereses.
Simultáneamente, el juez Santiago Pedraz –amigo personal de Baltasar Garzón–, decidió liberar a todos los presos en esa manifestación del 25-S, tras denunciar el intento del Ministerio del Interior de condenarlos a penas de cárcel por “alterar el funcionamiento de un órgano del Estado”. En su auto, Pedraz sostuvo que los convocantes actuaron contra “la decadencia de la clase política”, palabras que provocaron un furibundo ataque e insultos de parte del gubernamental Partido Popular, al punto que el Consejo General del Poder Judicial tuvo que salir en su defensa.
El gobierno y el PP pierden puntos a una velocidad vertiginosa. Si el malestar de la calle se canalizara hoy en votos, Rajoy sufriría una estrepitosa derrota.
Miradas al Sur - 14 de octubre de 2012