Fidel Castro: la gran travesía humana al futuro

John Saxe-Fernández

Sr. Embajador de Cuba, Manuel Aguilera, señoras y señores:

agradezco desde lo hondo esta invitación que me hace La Jornada y Casa Lamm. Lo digo de manera sentida, porque cuando se hace una reflexión sobre Fidel Castro tenemos ante nosotros, los que éramos adolescentes latinoamericanos cuando la Revolución Cubana marchaba victoriosa por Santiago y La Habana, a una “persona” en interlocución persistente con nosotros desde entonces y por tanto, con ese tipo de intimidad en la génesis del carácter que sólo se asigna a “los otros significativos”, que forman parte dinámica del eje que Freud identificó como “el yo”, en permanente “manejo y mediación” entre el “id” y el “super-yo”, es decir, de alguien que caminaba junto al pueblo cubano y también con nosotros, en la intimidad subjetiva, y al mismo tiempo -y esto es lo trascendental-, asimilábamos  la otra dimensión de esa persona, la histórica y ancestral, que Juan Bosh -quien nos enseñó a entender el “imperialismo”- con aguda -y madura- percepción calibró, al pasar de varias décadas, como una inmensidad histórica cubana, caribeña, latinoamericana, mundial: para mí esencialmente humana, en sentido profundo, antropológico: es decir con un vínculo arraigado en nuestros ancestros, en los homínidos, en la forma en que la familia Leaky y en particular, tiempo después, Richard Leaky,1 nos enseñaron a pensar el camino humano, medido en millones de años de evolución.

En mi experiencia se dio el cruce biográfico entre Darwin y Castro porque las noticias de lo que ocurría en Cuba, abriendo caminos al futuro en 1959 y mostrándonos a los que apenas salíamos de la secundaria, que las carnicerías oligárquico-imperiales como la batistiana podían ser vencidas, llegaban junto a la celebración, ese año, del cen tenario de la publicación del Origen de las Especies, alrededor del cual, a los 19 años, escribí y publiqué mi primer artículo, en la Revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica.

 

Cubadebate - 17 noviembre 2010

Noticias relacionadas

Rúben Padrón Garriga. A menos de 24 horas de que el primer ministro Manuel Marrero Cruz compareciera en televisión naci
Atilio Boron. Cuando al anochecer del 31 de diciembre de 1958 la columna dirigida por el Che Guevara sometía en...

Compartir en