Inconsistencias de una inédita agresión
En las primeras semanas de gobierno, Milei ha transparentado el descomunal atropello que pretende implementar. Ninguna denominación exagera esa ofensiva. Es ¨un plan de guerra contra la clase trabajadora¨, una ¨motosierra contra los desposeídos¨ y una ¨contrarreforma integral de la sociedad argentina¨. Aplica la doctrina neoliberal del shock con una virulencia nunca vista. Martínez de Hoz, el Rodrigazo, Menem o Macri son tibios antecedentes de la brutalidad en curso.
Milei espera consumar en un año, la cirugía del gasto público que el FMI propuso efectivizar a lo largo de un quinquenio. Proclama la conveniencia del sufrimiento y pronostica un desplome aún mayor de los ingresos populares, antes de lograr la prometida recuperación económica. Omite que esos padecimientos no se extenderán al puñado de poderosos que enriquece su gestión. También oculta el carácter innecesario y premeditado del daño que está provocando a toda la población.
El libertario presenta su mazazo como la única contención posible a una inminente catástrofe de la economía. Pero fundamenta ese diagnóstico con cifras disparatadas. Inventa una hiperinflación del 15 mil por ciento, déficits gemelos del 17% del PBI y advierte contra un encarecimiento del litro de leche de 400 a 60 mil pesos. Exagera alocadamente los desequilibrios de la herencia recibida para disimular la atrocidad de sus medidas.
En pocos días ha desmentido todos los mensajes de la campaña electoral. Sus decretos penalizan al grueso de la población y no a un puñado de políticos. Ya sustituyó las menciones de la ¨casta¨ por todo el Estado como destinatario del recorte. Ahora confiesa que su tijera se extenderá al sector privado, pero omite que los grandes grupos capitalistas quedan eximidos de ese ajuste.
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27 de diciembre de 2023