Instantáneas ingenieriles de la destrucción macrista

Eduardo Dvorkin


Como parte de su masterplan de achique de la Educación Pública Argentina, el gobierno de Cambiemos está sometiendo a las Universidades Nacionales a un planificado proceso de destrucción: deterioro salarial de docentes y no docentes, recorte presupuestario que impide el normal desarrollo de actividades, el necesario mantenimiento de la infraestructura y la ejecución de obras de infraestructura previamente acordadas. Asimismo, y de acuerdo a la línea de acción declarada explícitamente por la gobernadora Vidal, varias universidades del Conurbano están siendo empujadas al cierre, en el año del centenario de la Reforma Universitaria.

Para los funcionarios y funcionarias de Cambiemos la destrucción de las universidades públicas no es meramente un tema presupuestario: es también ideológico. Provenientes de universidades privadas, en general enseñaderos sin actividades de desarrollo de conocimientos, no entienden ni entenderán que “la única actitud silenciosa que cabe en un instituto de ciencia, es el del que escucha una verdad o Ia del que experimenta para creerla o comprobarla” [ii] .

Este ataque a las universidades públicas marcha en conjunto con el ataque al Sistema Nacional de Ciencia y Técnica. En particular, los ingenieros debemos sumar a lo anterior la cancelación de grandes proyectos de desarrollo tecnológico autónomo en el que trabajaron empresas nacionales, pymes e instituciones del sistema nacional de ciencia y tecnología y también sumar la caída general de la industria que, lejos de emplear ingenieros, los expulsa.

En este escenario de destrucción, el viernes 24 de agosto la Asociación Gremial Docente de la Facultad de Ingeniería de la UBA (FI-UBA) organizó una charla debate bajo el título “La crisis en el sistema universitario y tecnológico”. Aunque la Gremial está enrolada en la CONADU Histórica, organización con la que suelo tener diferencias de enfoque, fui invitado a formar parte del panel. El macrismo nos está dando a todos una lección práctica sobre la necesidad de separar las contradicciones secundarias de las principales.

El panel fue un collage de instantáneas de la destrucción macrista.

Un compañero docente de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA e investigador del CONICET fue el primer panelista en intervenir, mostrando con números y gráficos el fuerte deterioro que hubo desde el 10 de diciembre de 2015, en el presupuesto nacional de Ciencia y Tecnología, como así también la drástica disminución en los ingresos a la carrera de investigador científico del CONICET.

Un compañero docente de la FI-UBA especializado en tecnología de las soldaduras, tema fundamental para la industrialización nacional, que viene desarrollando importantes investigaciones en conjunto con el INTI y otras instituciones, también se refirió al deterioro en los recursos disponibles y a su efecto paralizador sobre las investigaciones en curso; que no solamente aportan al desarrollo de nuevos conocimientos científicos sino también de conocimientos imprescindibles para un desarrollo tecnológico autónomo.

Una de sus doctorandas con sede de trabajo en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial describió el régimen policial al que somete a los técnicos y profesionales que trabajan en Migueletes, una empresa privada cuya misión debiera ser la seguridad del predio, del equipamiento y de los trabajadores. Hoy en el INTI no solamente se despiden técnicos y profesionales y se cancelan importantes planes de desarrollo tecnológico, sino que además se usan fondos públicos para maltratar a los trabajadores.

A continuación habló un joven técnico de la Comisión Nacional de Energía Atómica que se refirió a la continua destrucción del enorme potencial que en el campo de la energía nuclear acumuló nuestro país. En la referencia [[iii]] el doctor Andrés Kreiner, investigador superior de CNEA-CONICET, presenta un detallado informe sobre el tema.

Un joven ingeniero naval habló de la situación de la empresa en la cual trabaja: Astilleros Río Santiago. Hizo una prolija presentación técnica de la fábrica, describiendo su enorme potencialidad para producir buques de carga y militares, pesqueros de altura, generadores eólicos y otros grandes equipamientos. Más allá de la producción naviera, en el Astillero se fabricaron pontones, compuertas de acero para diques y represas, el techo del Estadio Único de la ciudad de La Plata, partes de turbinas para centrales hidráulicas, tuberías para obras hidráulicas, entre un gran número de trabajos que se destinaron a clientes estatales y privados. Por su envergadura y su nivel técnico, además de la calificación de su recurso humano, es considerada la única empresa del país con capacidad para realizar esas construcciones. El problema es que Cambiemos prefiere importar esos equipos a fabricarlos en el país, contrayendo deuda externa alegremente y cancelando vías de desarrollo autónomo de tecnología con igual soltura.

Una compañera de ATE CONICET presentó el tema de la equidad de género, un objetivo arduo pero absolutamente impostergable, la gigantesca y combativa ola verde que respaldó en la calle la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo muestra que más temprano que tarde la equidad de géneros se alcanzará.

Por ser el único canoso del panel, me tocó cerrar la actividad. Mi presentación tuvo como título: “La Ingeniería, del desarrollo inclusivo al neoliberalismo periférico y el retorno al desarrollo inclusivo, una descripción de la ruta histórica que nos está tocando atravesar y una esperanza de futuro”. El centro de mi presentación fue que los hechos referidos por mis compañeros de panel —desfinanciación de la Ciencia y la Tecnología y ahogo presupuestario de las universidades nacionales—, son coherentes con el proyecto nacional del macrismo, el de neoliberalismo periférico, así como también el apoyo a la Ciencia y Tecnología y a las universidades nacionales del período 2003-2015 fue coherente con el proyecto nacional de desarrollo inclusivo. Esta coherencia entre proyectos nacionales y estilos científicos y tecnológicos fue enunciada hace años por Oscar Varsavsky [iv] y no estamos haciendo más que validar experimentalmente sus enunciados [v].

Tenemos frente a nosotros dos enormes tareas: resistir la destrucción y planificar la reconstrucción no solo para volver a donde estábamos el 10 de diciembre de 2015, sino para ir por más.

 

Imagen de apertura, de izquierda a derecha: Silvina Boggi (Ingeniería – UBA), de pie; Fernando Stefani (UBA y Conicet), Eduardo Dvorkin (Ingeniería – UBA), Daniel Sánchez (ATE – Centro Nacional de Energía Atómica, CNEA); Victoria García (ATE – Conicet), Hernán Svoboda (Ingeniería – UBA), Valeria de la Concepción (Instituto Nacional de Tecnología Industrial – INTI), Leonardo Ferrante (Astilleros Río Santiago).

 

[i] Doctor en Ingeniería

[ii] Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria, Córdoba, 1918.

[iii] Ver https://www.pagina12.com.ar/136449-el-sector-nuclear-esta-en-grave-riesgo

[iv] O. Varsavsky, Estilos Tecnológicos – Propuestas para la selección de tecnologías bajo racionalidad socialista, Buenos Aires: MinCyT, 1974 (reeditado en el 2013).

[v] E. Dvorkin, Página 12, 27/11/2015 y 08/12/2016

 

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