Cientos de miles de muertos después…
EE.UU. amenazó a Saddam con hacer retroceder a su país “hasta la Edad de Piedra”… y va camino de lograrlo.
“La guerra es de vital importancia para el Estado; es el dominio de la vida o de la muerte, el camino hacia la supervivencia o la pérdida del Imperio: es forzoso manejarla bien.” No, no es una frase de George W.Bush, aunque la hubiera suscrito con las dos manos. La dijo hace casi 2.500 años Sun Tzu en El arte de la guerra, un libro de cabecera del 43º presidente de Estados Unidos.
La Historia no absolverá a George W. Bush
A diez años de la guerra de Irak, la ocupación que decidió EE.UU. da balance negativo.
Se cumple el décimo aniversario de la polémica invasión a Irak, encabezada por los Estados Unidos.
Una mentira que costó millones de dolores y billones de dólares
Se ha cumplido una década de la invasión a Irak y no parece que el terrorismo haya acabado en un país que EE.UU. y sus socios de la OTAN “liberaron” de esa peste.
Los “desaparecidos” del imperio
Un artículo reciente firmado por John Tirman, director del Centro de Estudios Internacionales del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y publicado en el Washington Post, plantea con crudeza una reflexión sobre un aspecto poco estudiado de las políticas de agresión del imperialismo: la indiferencia de la Casa Blanca y de la opinión pública en relación a las víctimas de las guerras que Estados Unidos libra en el exterior.
Como académico “bienpensante” se abstiene de utilizar la categoría “imperialismo” como clave interpretativa de la política exterior de su país; su análisis, en cambio, revela a los gritos la necesidad de apelar a ese concepto y a la teoría que le otorga sentido. Tirman expresa en su nota la preocupación que le suscita, en cuanto ciudadano que cree en la democracia y los derechos humanos, la incoherencia en que incurrió Barack Obama –no olvidemos, un Premio Nóbel de la Paz- cuando en su discurso pronunciado en Fort Bragg (14 de Diciembre de 2011) para rendir homenaje a los integrantes de las fuerzas armadas que perdieron la vida en la guerra de Irak (unos 4.500, aproximadamente) no dijo ni una sola palabra de las víctimas civiles y militares iraquíes que murieron a causa de la agresión norteamericana.
Irak, otra derrota político-militar de EE.UU.
Mirado desde 1945, el récord político-militar de Estados Unidos en las guerras prolongadas es mediocre. La guerra de la península coreana de 1950-1953, que contó con la activa participación de Estados Unidos, terminó con un armisticio que estableció la frontera entre Corea del Norte y Corea del Sur en el paralelo 38, es decir, con la situación idéntica al inicio de las hostilidades. Esa guerra, que en Estados Unidos careció de fuerte apoyo de la opinión pública, no tuvo un bando victorioso.
Más adelante vino la Guerra de Vietnam (1960-75). Con casi tres millones de vietnamitas, entre 200.000 a 300.000 camboyanos, 20.000 a 200.000 laosianos y 58.220 estadounidenses muertos, Washington se retiró del país asiático desgastado en el campo de batalla y presionado por vastas movilizaciones internas. El desastre político-militar en Vietnam fue estrepitoso.
Informe Irak: no hay tregua en la crisis humanitaria
Tras cinco años de guerra, la situación humanitaria en Irak es una de las más graves del mundo. Cada día, muchos iraquíes mueren a causa del conflicto, frecuentemente en ataques indiscriminados. Las infraestructuras y los servicios de salud son insuficientes. Además de la actual crisis, perduran los efectos de los anteriores conflictos armados y de los años de sanciones económicas.
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5 años de guerra. Balance y perspectivas en Irak / Thierry Meyssan*
Mientras que la prensa dominante se pregunta si la nueva estrategia des Estados Unidos en Irak está dando resultados o si habría que retirar rápidamente las tropas estadounidenses, Thierry Meyssan establece un doble balance de la guerra en Irak: el de los hechos y el de las mentiras. Observa que la Casa Blanca ha decidido sacrificarlo todo con tal de obtener la adopción de la ley sobre el petróleo y del acuerdo de defensa entre Irak-EE.UU., y señala las consecuencias previsibles: reactivación del conflicto, derrota anunciada en los pantanos de Al-Basra y fin del imperio estadounidense.
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