La Economía Social y Solidaria crece con la resistencia popular

Alberto Gandulfo * (Especial para sitio IADE-RE) | El papel de este sector de la economía argentina ante el avance de la "restauración conservadora". "Se trata de más de cinco millones de trabajadores y trabajadoras vinculados a través de múltiples formas organizativas de autogestión, que practican los principios y valores de la economía popular, social y solidaria", remarca el texto.

En épocas de grandes crisis, la Economía Social y Solidaria (ESS) acontece, sucede, ocurre, se multiplica. Se organiza en forma silenciosa, horizontal, subterránea, casi invisible. Es una constante que se repite y multiplica en los barrios, en cada pueblo, en las organizaciones, entre los trabajadores que buscan nuevas respuestas ante la falta de trabajo y el recrudecido deterioro social.

Sin dudas vivimos un profundo cambio de épocas a nivel mundial, algunos hablan de crisis civilizatoria, que establecen nuevas formas de acumulación y explotación del capitalismo especulativo a través del avance de los gobiernos de Derecha con su Restauración Conservadora en América Latina. Macri y su gobierno de CEOs conduce este proceso en la Argentina, avanza con sus políticas corporativas de mayor concentración económica que generan mayores niveles de exclusión social. Políticamente confronta con el proyecto de desarrollo endógeno que encarno el kirchnerismo, busca disciplinar las conquistas salariales como cuando desconoce la Paritaria Nacional Docente (porque pretende aumento salarial por debajo de la inflación) y avanza con las medidas de flexibilización laboral noventista, como el acuerdo de explotación empresarial- sindical en Vaca Muerta.

Sin duda atravesamos momentos muy difíciles ante la crudeza del ajuste y la recesión que nos impone el gobierno de Macri con el saqueo del aparato del Estado en favor de los grupos económicos más concentrados, el creciente endeudamiento externo y la mayor la fuga de capitales que se haya registrado en nuestra historia. La inflación restringe el poder de compra de la clase media y destroza el salario de los trabajadores; la apertura de las importaciones congela la actividad productiva de las pymes, el desmedido aumento en las tarifas de los servicios públicos perjudica cualquier tipo de costo productivo; el poder abusivo de la intermediación comercial acentúa la crisis de las economías regionales y de los pequeños productores agropecuarios; mientras en las ciudades la falta de trabajo en sectores como la construcción y la indumentaria imposibilitan “la changa diaria”, se generaliza la “tranza” barrial y se deteriora la calidad de vida de las familias. En medio de esa situación tan crítica, la ESS se afirma como herramienta de reproducción de la vida porque busca generar el autosustento con los principios y valores de la economía solidaria.

Se trata de más de cinco millones de trabajadores y trabajadoras vinculados a través de múltiples formas organizativas de autogestión, que practican los principios y valores de la economía popular, social y solidaria; dispersos militantes de la cooperación, la reciprocidad, la ayuda mutua y el esfuerzo compartido; son los que siempre promueven la organización popular y apuestan por el trabajo y la producción. Los que en su accionar cotidiano constituyen prácticas comunitarias, de ejercicio de ciudadanía y también de movilización política. Hoy los trabajadores autogestivos encuentran amenazadas sus fuentes de trabajo ante el congelamiento del consumo popular; organizan las multisectoriales para mitigar el aumento de las tarifas; son los que buscan ganarle a la inflación y los que todos los días enfrentan la pérdida del poder adquisitivo de los ingresos familiares. Ante esta situación, los trabajadores solidarios se movilizan, participan y se constituyen en motores de la resistencia popular.[1]

Más allá de las bravuconadas de algún gobernador feudal, el gobierno de Macri eligió sostener injustamente presa a Milagro Sala[2] y demás dirigentes de la Tupac Amaru que supieron ser la principal organización social en la generación de empleo, construcción de viviendas en barrios populares y capacidad de movilización política durante la época del NO AL ALCA y construcción de la Patria Grande latinoamericana. En el mismo sentido, Macri vetó la LEY 27344 de EXPROPIACION DEL HOTEL BAUEN[3] [4] símbolo del movimiento internacional de Fábricas Recuperadas y empresa social referente de la OTRA ECONOMIA. No resulta casual que de manera autoritaria Macri decida enfrentar dos iconos de la ESS kirchnerista, justo las dos experiencias más relevantes del cooperativismo de trabajo en la Argentina. Decide confrontar porque busca el reaseguro del sistema capitalista: resguardar la propiedad privada y penalizar la producción colectiva. Simbólicamente, ejerce el poder presidencial y árbitra una medida ejemplificadora que busca disciplinar la protesta social.

Mientras, por un lado, Macri necesita garantizar la gobernabilidad. Por eso logró el acompañamiento de un conjunto de organizaciones sociales que impulsaron la Ley 27345 de EMERGENCIA SOCIAL[5] (prorroga de Ley 27200), que establece un SALARIO SOCIAL COMPLEMENTARIO de $ 4.000 mensuales a los beneficiarios de los Programas Sociales; le permite “pactar” la paz social que necesita para aplicar sus medidas antipopulares y sortear el año electoral para poder profundizar el ajuste y la recesión que requieren el cambio de época. Con la aplicación del Salario Social Complementario el macrismo masifica el Programa de Ingreso Social con Trabajo (Argentina Trabaja y Ellas Hacen) e integra los demás Programas de Empleo y de promoción de la ESS; desiste del formato de cooperativas de trabajo mal llamadas “protegidas” y blanquea la modalidad ilusoria de la contraprestación en una suerte de Proyectos Productivos Comunitarios (resolución conjunta entre MTSS y MDS) Estas medidas permiten ampliar la cobertura de los “Planes”, logra contener las demandas sociales crecientes del conurbano profundo y establece una tregua social con las principales organizaciones piqueteras hasta diciembre del 2019. Se trata del anunciado PROGRAMA EMPALME[6], que pretende ser la herramienta de transición programática hasta que pueda implementarse el Salario Social Complementario.

Por otro lado, en términos estratégicos y en forma simultánea, Macri logra la sanción de la Ley 27349[7] de Apoyo al Capital Emprendedor que se instrumenta en jurisdicción del Ministerio de la Producción. Si bien la norma busca recrear el sálvese quien pueda de la salida individual y facilitar la iniciativa del lucro capitalista eliminando todo tipo de controles y pautas regulatorias; lo importante es que avanza con una nueva jurisprudencia sobre la composición de las Sociedades Comerciales al crear la figura de la Sociedad por Acciones Simplificadas - SAS. Las SAS dispondrán de cotización en Bolsa con la creación de un mercado de capitales específico de apoyo al emprendedorismo, (involucra la Comisión Nacional de Valores) a partir de nuevas formas de financiamiento: inversores, donantes, y patrocinadores. Crea un Fondo Fiduciario para el Desarrollo del Capital Emprendedor, con nuevos instrumentos de aplicación: préstamos y subsidios, aportes no reembolsables - ANR, aportes de capital, exenciones impositivas, etc. También instruye al Ministerio de Educación de la Nación para que incorpore en los diseños curriculares oficiales los contenidos de la Cultura Emprendedora (artículo N° 66)

La Ley de Apoyo al Capital Emprendedor pone en discusión el SUJETO TRABAJADOR de la Economía Solidaria, históricamente desnaturaliza el Trabajo como derecho y a la Producción como un fin colectivo, y los sustituye con fines netamente instrumentales (financiamiento) por el EMPRENDEDOR, único beneficiario de una ley que se centra en la voluntad individual y exalta la capacidad particular. De esta manera engloba a los cuentapropistas, los monotributistas, el amplio espectro de profesionales y técnicos, el voluntariado, las pasantías y becarios, y también sobre la “informalidad” del mercado de trabajo, involucrando todo lo que está por fuera del Empleo Registrado.

Por supuesto que al tratarse de una Ley se requiere de voluntades políticas, decisiones presupuestarias y administrativas, con acciones burocráticas de varios ministerios que pondrán en juego la capacidad de gestión (aun no demostrada) del gobierno del Pro Cambiemos. Es una política que abarca más de 10 millones de personas en sintonía con el pensamiento dominante, que pretende dar respuesta a las nuevas modalidades de flexibilización laboral, contratación temporaria, precarización del empleo, generaliza la tercerización y despoja de toda representación y acción gremial al conjunto mayoritario de trabajadores argentinos. El macrismo apunta a transformar las condiciones del mercado de trabajo y legaliza la precarización laboral.

Sin dudas es una pelea de trasfondo cultural, de lucha por la hegemonía, de fuerte impronta ideológica. No se trata de una cuestión instrumental, de simple aplicación y acceso a los recursos públicos. No solamente el gobierno del PRO CAMBIEMOS condiciona las negociaciones salariales de los sindicatos, pacta gobernabilidad con los grupos piqueteros y decide la confrontación más autoritaria contra dos emblemas de la ESS; con sus pretensiones de Restauración Conservadora y espíritu de construcción hegemónica, la derecha postula el emprendedurismo como nueva forma jurídica de relación laboral, fundante de las nuevas formas de acumulación y relaciones de producción (vendrán otra vez con el fin de las ideologías?)

En la actual situación de “Emergencia Social” y avance de la Restauración Conservadora la economía solidaria, una vez más, deberá asumir la defensa de los trabajadores autogestivos y formar parte activa en la organización de la resistencia popular al modelo de exclusión social imperante; asumir la movilización popular como práctica reivindicativa de derechos y la Autogestión como herramienta de transformación social para evitar caer en la restauración de las prácticas compensatorias de “lucha contra la pobreza” (programas focalizados, certificado de pobreza, el salario social) y terminar por ser funcionales a la lógica de depreciación salarial y disciplinamiento de la protesta social. Es un momento político en que se requiere fortalecer la organización popular, fortalecer las identidades culturales, promover valores de solidaridad y cooperación, valorar los espacios de lucha y resistencia, priorizar la unidad de los trabajadores.

 

* Lic. en sociología y excoordinador general de la Comisión Nacional de Microcrédito (CONAMI).

 

[1] En 16 meses del gobierno de Macri los trabajadores y trabajadoras de la ESS participaron en forma activa y protagónica de las movilizaciones populares desbordantes de oposición a las políticas de ajuste del macrismo; ganaron la calle en contra de los despidos; integran las multisectoriales contra el tarifazo; marcharon en defensa del trabajo y la producción nacional junto a las Centrales Obreras. Este año fueron protagónicos en la manifestación por Pan y Trabajo de San Cayetano, la Marcha Federal de la CTA, por la Ley de Emergencia Social. El 24 de Marzo, el Paro Nacional de la CGT, el Paro de Mujeres, la Marcha Docente, la imponente movilización contra el 2 x 1

[2] Resulta violatorio del “debido proceso” y del “principio de inocencia” la arbitraria prisión de MILAGRO SALA y  de los principales dirigentes de la organización barrial TUPAC AMARU con que inició la nueva gestión del Gobierno de Jujuy.

[3] Veta por Decreto 1302/16, la Ley de Expropiación del Hotel Bauen que en realidad es un acto de reparación histórica del Estado Nacional ante el incumplimiento de pago sobre un crédito del BANADE por parte de la Familia Iurcovich.

[4] Simultáneamente en Provincia Bs AS, Vidal lo emuló con el Veto a la Ley de expropiación de la ex Petinari

[5] CTEP, movimiento Evita, Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa CCC

[6] Bendecido en el Acto del 1° de Mayo en Ferro en el escenario montado por la UATRE del Momo Benegas

[7] Resulta relevante el carácter correlativo de estas dos leyes estructurantes de la gestión del macrismo

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