Los que más bancan

Pablo Ceballos *
El Banco Nación es la entidad financiera que más les presta a las micro, pequeñas y medianas empresas de la Argentina, seguido por el Banco Galicia, el Banco Provincia de Buenos Aires, Santander Río y el Banco Credicoop. Esto surge de estimar el volumen total, en pesos, de préstamos otorgados a empresas MiPymes. Un banco público estatal, que en varias oportunidades sufrió intentos de privatización, resultó ser la entidad que destina el mayor volumen de recursos hacia este segmento de empresas.

El ranking surge del “Informe de Financiamiento a MiPymes”, elaborado por el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda, en marzo de 2015. Los datos derivan de una metodología especial elaborada para evaluar el volumen que cada banco destina a las MiPymes. Es la primera vez que se publica una estimación del volumen de préstamos de cada banco a las pymes.

Al analizar la “cartera pyme” de cada banco, encabezan el listado el Banco Credicoop, el Nuevo Banco de Santa Fe, el Banco de la Provincia de Buenos Aires, el Banco Patagonia y el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE). Estas cinco entidades financieras son las que mayor participación de pymes tienen en el total de su cartera de préstamos (incluyendo préstamos a personas y tarjetas de crédito). A diferencia del indicador anterior, que medía el volumen de financiamiento, este dato mide el porcentaje de su propia cartera. Así, por ejemplo, el Banco Nación, aunque tiene un menor porcentaje de otorgamiento a pymes de su propia cartera, tiene un volumen de depósitos mucho mayor que, por ejemplo, el Nuevo Banco de Santa Fe, y eso le permite asistir a lo largo de todo el territorio nacional a una mayor cantidad de MiPymes.

Los bancos públicos con mayor participación pyme en su cartera son el Banco Provincia y el Banco de La Pampa. Por el lado de los bancos privados, los no tan amigos de las MiPymes son el Banco Hipotecario, el Itaú, el Citibank, el Industrial, el HSBC y el ICBC.

Metodología

Para construir el ranking, se elaboraron tres indicadores: a) la participación de los “documentos descontados y comprados” en la cartera de cada banco; b) el importe promedio de cada crédito”, y c) la desconcentración de carteras.

En relación al primer indicador, debe señalarse que los documentos comprados y descontados, como los cheques de pago diferido, la cesión de certificados de obra, son instrumentos muy utilizados –aunque no exclusivos– por las MiPymes, por la sencillez de la operatoria. Además, el descuento de cheques puede realizarse con garantías de Sociedades de Garantías Recíprocas, que facilitan el acceso al crédito y desligan al banco de la evaluación de riesgo de crédito.

El “importe promedio de cada crédito” es un indicador que permite inferir el tamaño de los destinatarios: por ejemplo, la operación promedio del Citibank es de 2,8 millones de pesos, mientras que el del Banco Credicoop, 138 mil pesos.

Por último, la “desconcentración de carteras”: mientras que el Banco Credicoop tiene un 20 por ciento de su cartera colocada en sus primeros 160 clientes, el Banco Itaú le asigna el 58 por ciento.

Estos indicadores permiten inferir en qué medida se desvían de los valores medios, y con ello se puede estimar el volumen de créditos que cada banco asigna a las Pymes.

El estudio, además, expone algunos datos relevantes sobre la problemática del financiamiento a MiPymes:

- El sistema bancario destina el 20,44 por ciento del total de préstamos, a las MiPymes.

- El 45 por ciento de los documentos comprados y descontados son absorbidos por la MiPymes, mientras que del total de los préstamos a MiPymes, el 62 por ciento se realiza con estos instrumentos.

- El mercado de capitales muestra una ausencia casi total de Pymes en instrumentos más sofisticados de deuda (fideicomisos financieros, acciones y obligaciones negociables). En 2014, el 90 por ciento de los 694 millones de dólares negociados por las Pymes en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, fue en cheques de pago diferido.

- Las tasas que pagan las Pymes son mayores en los “adelantos”: un 5 por ciento mayor en promedio al resto de las empresas no MiPymes. Los otros instrumentos de crédito (documentos, hipotecarios, prendarios) presentan tasas más bajas para las Pymes. Una vez más, cabe señalar el rol de las Sociedades de Garantías Recíprocas (SGR) en la disminución del riesgo de crédito.

- En cuanto a las SGR, las que más operaciones registraron en la Bolsa de Buenos Aires, son Garantizar, Don Mario, Acindar Pymes, Agroaval, y Los Grobo, concentradas en casi un 90 por ciento en Provincia y Ciudad de Buenos Aires, Mendoza, Santa Fe y Córdoba, en donde se ubican sendas Bolsas de Valores.

Financiamiento

Estos datos nos muestran un panorama del financiamiento a MiPymes por parte de las diferentes entidades del sistema financiero argentino. Entre 2010 y 2014, la participación del crédito a las Pymes, creció de 2,4 a 3,8 por ciento del PBI, lo que muestra un incremento del 58 por ciento. Ello nos lleva a la pregunta y al debate:

–¿Están bien asistidas las MiPymes por el sistema financiero?

–¿Responde el nivel actual de financiamiento a una asignación eficiente del crédito?

El gobierno nacional ha zanjado parte de ese debate tomando partido por una política de mayor intervención en la fijación de tasas y plazos, mediante la Línea de Crédito para la Inversión Productiva, la cual no parece haber afectado sensiblemente la rentabilidad de los bancos. La crítica tradicional de orientación liberal sostiene que el Estado no debe fijar tasas preferenciales para ningún sector (ni por su actividad económica ni por tamaño de empresa), ya que de esa manera se desvirtúan los mecanismos naturales de asignación de precios (en este caso la tasas de interés) del mercado. Bajo esa visión, la Línea de Créditos para la Inversión Productiva es una decisión equivocada, ya que establece tope de tasas del 19 por ciento para pymes.

Continuará el debate sobre la asignación eficiente de crédito y la intervención del Estado en la fijación de topes de tasas de interés. No obstante ello, vale la pena recordar que las MiPymes representan, al menos, el 39 por ciento del PBI, generan el 51 por ciento del empleo formal del país, y son el 98,14 por ciento de todas las empresas del país. Por lo tanto, un sector de este peso en la economía requiere una asistencia financiera acorde al valor agregado que crean.

También resulta interesante señalar un dato que no ha sido incorporado a la discusión: los resultados de los bancos por tarjetas de crédito son iguales o menores que las que arrojan los instrumentos de crédito preferidos por las pymes (Documentos), en cuatro de los bancos privados más importantes: Galicia, Patagonia, Santander Río y HSBC. Los resultados por intereses por tarjetas de crédito son los que generan menores ingresos para los bancos, pero al mismo tiempo resultan los productos más promocionados.

Geografía

El otro debate que se abre, más allá del nivel cuantitativo de la cartera de préstamos de los bancos, es su territorialización. El análisis geográfico de la distribución de depósitos y préstamos refuerza las asimetrías en materia de economías regionales. La privatización de los bancos públicos provinciales no produjo mejores resultados que el alivio fiscal en aquellas provincias que requerían auxilios del Tesoro. En Catamarca, el préstamo promedio por habitante es de 2700 pesos, mientras que en la Capital Federal es de 85.000 pesos; 16 provincias tienen préstamos promedios por habitante menores a 10.000 pesos, entre las cuales se incluye la Provincia de Buenos Aires. Por supuesto que existe una concentración geográfica de los depósitos que no es responsabilidad de los bancos. Pero una agenda de desarrollo requiere rediseñar los patrones de distribución de crédito en base a oportunidades y sectores con potencial competitivo.

Privatización

Más de una década atrás, hubo varios proyectos para privatizar el Banco Nación, como se hizo con muchos bancos provinciales. Un intento fue en 1996, cuando Domingo Cavallo era ministro de Economía, y el segundo intento serio fue con el gobierno de la Alianza, en la gestión quincenal de Ricardo López Murphy al frente del Palacio de Hacienda.

El Banco Nación nunca arrojó déficit ni requirió auxilio económico del Tesoro Nacional, por lo que no se presentaba, en este caso, el argumento principal que sostuvo las privatizaciones. En el fondo, se trataba más de una postura ideológica anti-Estado, que en una evaluación seria de los beneficios sociales que acarrearía tal decisión. Hasta la Sociedad Rural llegó a considerar inoportuna la privatización del banco, por el stock de préstamos que el agro mantenía con la entidad.

En la actualidad ningún sector político plantea la necesidad de privatizar los bancos públicos. Tal vez se haya comprendido que los bancos públicos reinvierten sus ganancias en el país, permitiendo llegar a sectores de la economía, que otros bancos, por su composición societaria, no pueden cumplir.

* Integrante del Grupo de Estudios de Economía Nacional y Popular (GEENaP)

Suplemento CASH de Página/12 - 24 de mayo de 2015

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