Tras una YPF del litio

Los diputados Carlos Heller y Juan Carlos Junio, del Partido Solidario aliado del Gobierno, presentaron un proyecto con otros legisladores para crear una YPF del litio. La iniciativa, que ya tiene estado parlamentario, prevé declarar de interés público la exploración, explotación, concesión de explotación, industrialización y demás actos consiguientes del litio y sus derivados. “El interés público está por encima del interés particular. A partir de establecer el concepto de interés público planteamos un cambio de paradigma: nosotros no decimos ‘no a la minería’, decimos ‘sí a la minería racional’, dentro de determinadas reglas de explotación y sobre todo cuidando que los intereses de nuestro país estén debidamente protegidos”, sostuvo Heller en una charla debate que se realizó el jueves en el Centro Cultural de la Cooperación, con la presencia de Junio y el asesor en temas de minería, el economista Nicolás Gutman.

Régimen legal de la explotación del litio y sus derivados

ARTÍCULO 1º.- La presente Ley tiene por objeto establecer los instrumentos para la exploración, explotación, comercialización e industrialización del litio y sus derivados, garantizando, como resultado de estas actividades, el desarrollo sustentable en los aspectos económicos, sociales y ambientales.

ARTÍCULO 2º.- Declárase las reservas minerales de litio como recurso natural de carácter estratégico a fin de garantizar el cumplimiento de lo establecido en el Artículo 1º.

La cuestión minera

Fruto de su constante expansión e impacto en materia económica y ambiental, la minería suscita fuertes debates en Argentina, la región y el mundo. Nuestro país, por caso, abrió sus fronteras para que empresas extranjeras exploten distintos tipos de minerales a lo largo del territorio nacional, lo que impulsó una profunda discusión acerca de los beneficios y los perjuicios de una actividad cuyos alcances no se conocen en profundidad.

Nicolás Gutman, licenciando en Ciencia Política (UBA), magíster en Economía y Políticas Públicas (George Mason University) e investigador del Centro Cultural de la Cooperación, presentó en diciembre pasado el libro Argentina en la frontera minera (ver recuadro). Gutman sostiene que el actual debate público alrededor de la actividad minera no es sincero, y que la Argentina necesita mejorar su jurisprudencia para controlar mejor la explotación, o bien crear una empresa estatal para aprovechar el 100% de la renta.

Luces y sombras

¿Minería sí o minería no? El exponencial crecimiento en la cantidad de proyectos mineros a cielo abierto, de sólo 18 en 2002 a 614 el año pasado según datos de la Secretaría de Minería de la Nación, la intención del Gobierno de promocionar la actividad modificando algunos aspectos como la compra de insumos nacionales, la liquidación de divisas o suspensión del giro de utilidades, el espectacular alza en el precio de los metales y el apoyo de una parte del pueblo de las provincias mineras a raíz de los puestos de trabajo generados y el aporte al presupuesto provincial, debería correr el eje de la discusión. La pregunta que surge entonces es qué tipo de minería se hace en Argentina y en qué medida aporta al desarrollo económico. Cash visitó el mayor yacimiento de cobre del país, Bajo de la Alumbrera, y consultó a expertos para dilucidar esta cuestión.

En Argentina, y en general en América latina, se experimenta un boom minero. En 2010, la región explicó el 27 por ciento del presupuesto exploratorio mundial, y Argentina entró en la lista de los 10 países con mayor proyección en la materia. Ese ranking lo encabezan Canadá, Australia y Estados Unidos. Según datos del Banco Central, el stock de inversión extranjera directa en minería en el país creció un 40 por ciento entre 2009 y 2010, y es el cuarto más importante de la economía nacional, detrás del petróleo, la industria química, la automotriz y las comunicaciones. La minería es el cuarto complejo exportador más grande, con ventas por casi 4 mil millones de dólares el año pasado.

Exploración y explotación

La minería, con su impacto ambiental y económico, ha irrumpido con fuerza en el debate público a partir de la tradicional resistencia de movimientos sociales de los pueblos donde se desarrollan los proyectos.

En enero hubo manifestaciones en contra de la minería (y continúan) en las poblaciones de Famatina y Chilecito de la provincia de La Rioja, que en pocos días se extendieron a otras regiones cercanas o alejadas. No es la primera vez. Algo similar sucedió allí hace unos 4-6 años y hace un par de años en la vecina ciudad de Andalgalá. Es importante que la gente participe y esté preocupada por el lugar o entorno en donde vive. Deberán aguantar a los que vienen de otros lados con su lema que, en resumen, es “No a la mina” y se mezclan en esas manifestaciones genuinas machacándoles que la “minera sólo viene a robarse todas las riquezas y degradar tanto su ambiente que no podrán volver a vivir allí”.

La gente preocupada por su hábitat debe tener la máxima información posible sobre la minería (y en general sobre cualquier tema en el que participe). Los medios de comunicación no aportan nada a ello o, lo peor, aportan “verdades a medias”. En algunos casos debe ser porque no saben del tema y, en otros, porque no conviene a sus intereses. Por cierto, los “No a la mina” rechazarán cualquier información o explicación que no sea la de ellos.

Actividad

En minería hay tres etapas básicas de trabajo, distintas entre sí. Conforme a su objetivo y en orden temporal se denominan: prospección (búsqueda), exploración y explotación (producción). Durante la prospección sólo se buscan áreas interesantes para realizar una exploración. Esa exploración estudiará con mayor detenimiento alguna de esas áreas y si es exitosa (muy pocas veces sucede) hallará un yacimiento que puede explotarse, es decir, transformarse en una mina en producción. Desde el inicio suelen transcurrir varios años y aun decenas de años. En Internet grupos “No a la mina” ya tienen la cantidad de onzas de oro que hay en el Famatina. Una cifra fabulosa y con una precisión digna de una exploración muy avanzada. Es curioso porque todavía no se descubrió ningún yacimiento y ni siquiera comenzó la exploración.

No hay una premeditación en el tamaño y tipo de mina. Cuando se descubre un yacimiento, éste puede ser grande o pequeño y la escala de la operación minera será acorde a ese tamaño. Además el mineral hallado puede estar cerca de la superficie o situado en profundidad, lo cual condicionará el tipo de explotación: a cielo abierto o subterránea, respectivamente. Además, pequeñas porciones de esa masa de minerales deben someterse a pruebas en planta piloto para definir cuál es el mejor método para separar los minerales útiles de los no útiles, para después decidir qué tratamiento se aplicará. Existen numerosas tecnologías para ello que, simplificando, dependen del tipo de mineral y del tamaño de sus partículas.

Frases como “no es que nos oponemos a la minería, sino a la megaminería a cielo abierto con uso de cianuro” se expresan porque no comprenden de qué se trata. Los proyectos mineros tienen cierta flexibilidad en alguno de sus aspectos y pueden discutirse para llegar a un acuerdo que beneficie a todos los interesados, pero el condicionamiento que posee esa frase la hace una contradicción: es lo mismo que decir “me opongo a la minería”.

Medio ambiente

La minería no tiene como objetivo contaminar el ambiente. Actualmente se desarrolla con procedimientos muy estrictos para evitar los impactos negativos sobre el ambiente (natural y social). Esos procedimientos, las tecnologías e insumos que se utilizarán en una producción minera se planifican antes de su inicio de modo de prevenir esos impactos y se monitorea su efectividad continuamente durante la “vida” de la mina y posteriormente.

La Ley 24.585 (de 1995) es el marco jurídico ambiental para la actividad minera. Puede ser mejorada, pero es una norma muy completa y comprende todas las etapas de la minería (prospección, exploración y explotación con el cierre y post cierre de mina). Los informes que exige no sólo deben describir exhaustivamente el proyecto y el ambiente de influencia, sino también los posibles impactos sobre el ambiente (incluyendo el social) y las medidas de prevención, mitigación o recomposición. Su cumplimiento debe ser controlado por el Estado y la sociedad.

El cianuro es un producto altamente tóxico. Del total que se produce en el mundo, la minería consume alrededor del 15 por ciento; el resto se emplea principalmente en metalurgia, galvanoplastia y elaboración de plásticos y acrílicos. En la minería de oro se utiliza desde hace más de 100 años, por un lado por su rendimiento en la recuperación de ese metal y, por otro, porque es fácilmente controlable de modo de no producir daños a la salud y al ambiente. La cianuración se practica bajo rigurosas normas de seguridad en un circuito cerrado (reciclado). Los residuos que contienen cianuro se tratan adecuadamente ya que se descompone fácilmente con la luz solar, contacto con el oxígeno y actividad biológica. De esta forma esos residuos tienen restos de cianuro por debajo de lo aceptado por las regulaciones ambientales más estrictas.

El agua es un bien muy preciado y necesario para la vida humana. Los estudios sobre aguas superficiales y subterráneas deberían ser la base para establecer su uso en distintas actividades sin que ninguna de ellas provoque un efecto negativo (o colapso) de la otra, y mucho menos que produzca escasez de agua para consumo humano. Desde luego la industria minera utiliza agua por la que paga un canon a la provincia correspondiente. El volumen que utiliza depende en gran medida de las condiciones climáticas de la región donde se emplaza, debido a la evaporación. Una buena parte del agua que utiliza la minería es de reciclado del propio proceso de tratamiento de minerales, pero el agua que se evapora por las condiciones climáticas debe ser repuesta. Sólo para referencia sobre el agua que utiliza la minería, un ejemplo: aproximadamente 40.000 hectáreas de olivares se han incorporado en las provincias de La Rioja y Catamarca en los últimos 10 años. Estos nuevos olivares en 6 días utilizan para riego la misma cantidad de agua de reposición que usa en 1 año la mina La Alumbrera (Catamarca).

Economía

Además de las leyes generales que correspondan, la minería está regulada por la Ley de inversiones mineras 24.196 (de 1993) y su modificación, Ley 25.429 (de 2001). En ellas se norma el tema impositivo.

Es notable el desconocimiento que existe sobre los impuestos que paga la minería. Es cierto que esta actividad tiene un marco promocional que la exime del pago de algunos impuestos (o los reduce). Esto constituye parte del “gasto tributario” que se define como el monto de ingresos que el fisco deja de percibir al otorgar un tratamiento impositivo que se aparta del establecido con carácter general en la legislación tributaria, con el objetivo de beneficiar a determinadas actividades, zonas, contribuyentes o consumos.

En 2010 el gasto tributario total fue del orden de 28.000 millones de pesos, del cual a la minería le correspondieron 452 millones. Para comparar, fue menos de la mitad de lo que dejó de percibir el fisco por la devolución parcial del IVA por compras con tarjeta.

Ahora veamos lo que paga. Cuando el proyecto es aprobado por la autoridad correspondiente puede entrar en el “régimen de estabilidad fiscal”. Esto es, debe pagar todos los impuestos vigentes a esa fecha sin que pueda aumentarse la carga fiscal total por 30 años. Entre los principales impuestos pagará “Ganancias” (35 por ciento), “retenciones” (5 por ciento en la exportación de lingotes y 10 por ciento en la de concentrados), los impuestos a los combustibles, energía e Ingresos Brutos (provincial). Además debe pagar las “regalías” (3 por ciento sobre el valor en boca de mina”). En 2010 la minería pagó en impuestos alrededor de 4300 millones de pesos a la Nación y 1300 millones de pesos a las provincias: en total doce veces lo que fue el gasto tributario.

Estos datos contradicen la insistente frase “la minería se lleva todo y no deja nada para el país”.

Otro dato económico es que en 2010 Argentina exportó como productos minerales alrededor de 4500 millones de dólares e importó por un valor de cerca de 2000 millones de dólares en ese mismo rubro. Entonces el saldo comercial fue positivo por un valor de 2500 millones de dólares.

Hay numerosas estimaciones acerca de cómo se reparte el dinero que genera un proyecto minero. Una de esas estimaciones realizada por una consultora privada (no gubernamental), con datos propios y de la AFIP, expone que en promedio el dinero generado por la minería se reparte en: 33 por ciento para el consumo intermedio y salarios, 34 por ciento en impuestos nacionales y provinciales y 31 por ciento de beneficio para la empresa

El subsuelo de la Patria

Las movilizaciones contra la megaminería en Catamarca y La Rioja, más los problemas graves en la producción de petróleo y gas, instalaron una nueva agenda de discusión. La reactivación del organismo que nuclea a las provincias productoras de crudo y la creación de otro similar que agrupa a las mineras son algunas de las respuestas oficiales, ya sea para incrementar la productividad, acrecentar la participación estatal en las ganancias de estos sectores o simplemente presionarlos.

La escalada en la confrontación con Repsol no se detiene. Ante la advertencia de la compañía por una eventual falta de gasoil, el ministro Julio De Vido respondió: “Que una empresa que el año pasado remitió utilidades por 1.200 millones de dólares diga que no tiene divisas para importar combustibles suena, por lo menos, irrisorio”.

A continuación presentamos una selección de artículos publicados por Miradas al Sur, el domingo 19 de febrero de 2012. Escriben E. Blaustein y D. Bosque. Entrevista a Héctor Nievas por E. Anguita.

Minería, debate abierto

La sala Jacobo Laks del Centro Cultural de la Cooperación fue escenario de una serie de debates sobre la actividad minera, realizados en el marco de las primeras Jornadas de Desarrollo que impulsó el Instituto Argentino Para el Desarrollo Económico (IADE) y su grupo de estudios.

El objetivo del encuentro fue reflexionar sobre la cuestión de los recursos naturales no renovables en Argentina y América latina. Así lo expresó el director del departamento Editorial del CCC, Jorge Testero, en sus palabras de bienvenida: «Para nosotros es muy importante que se hagan estas jornadas aquí. Este es uno de los temas complejos y sensibles de la Argentina actual que no está ajeno a nuestras preocupaciones».

La fiebre del oro sin freno

El banco suizo USB prevé para este año una cotización promedio de la onza de oro superior a los 2000 dólares. Empresas transnacionales están desembolsando grandes inversiones para explotar este metal. Se trata de un sector dominado por el capital extranjero.

La renta aurífera
Por Arturo H. Trinelli

En circunstancias de inestabilidad financiera y sobreendeudamiento en muchas naciones desarrolladas, algunos activos se han consolidado como grandes reservas de valor. El banco suizo USB prevé para el 2012 una cotización promedio de la onza de oro superior a los 2000 dólares. No es casualidad entonces que muchas empresas transnacionales desembolsen grandes inversiones en los países con reservas auríferas para intentar explotar este metal. Por ejemplo, Brasil acaba de conceder 1270 autorizaciones a empresas mineras para la búsqueda de oro. Se calcula que se destinarán 2400 millones de dólares a proyectos auríferos en los próximos cuatro años, lo que triplica el volumen de inversiones previstas. Al igual que ocurre en la Argentina, se trata de un sector dominado por el capital extranjero, con 2819 explotaciones actuales legales en actividad pero controladas por apenas un puñado de poderosas multinacionales.

Extractivismo minero, conflicto y resistencia social

La sociedad moderna por primera vez en la historia del planeta está transformándolo de tal modo, que algunos expertos incluso sugieren que estamos ante una nueva época geológica: la del Antropoceno. Ello dado que las modificaciones -o nueva “terraformación”- son de gran calado y puesto que su impacto es ya observable en la escala global con perspectivas a futuro inciertas y, de seguir la tendencia actual, probablemente irreversibles.

Chile-Argentina: Una cordillera enajenada. Políticas y perspectivas de la minería

Los debates sobre el trascendente tema de la minería en Iberoamérica no se miden en décadas sino en siglos, desde los principios del “saqueo colonial”. En esta oportunidad dos investigadores suman sus reflexiones a las que nuestra revista publicó en números anteriores y continuará considerando en un grupo de estudios recientemente creado.