«Ninguna familia sin Navidad»: por octava vez, se realizó la Navidad para gente en situación de calle
Con un incremento de la pobreza y la indigencia en nuestro país, la UTEP y el MTE volvieron a celebrar su tradicional Nochebuena frente al Congreso para personas en situación de calle.
Son las seis de la tarde de un diciembre no tan caluroso en Buenos Aires. En la plaza de los Dos Congresos, voluntarios bajan sillas de plástico de un camión con acoplado y las reparten entre las mesas. Son más de 1300 los que se anotaron para colaborar de manera gratuita con la causa. Luego colocarán manteles naranjas, azules y negros sobre los 200 tablones y los coronarán con centros de mesa. Es 24 de diciembre y, como viene sucediendo hace ocho años, la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) y el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) celebran su cena de Nochebuena para las personas en situación de calle bajo la consigna “Ninguna familia sin Navidad”.
“La Navidad en el Congreso surgió hace ocho años por una necesidad que veía el MTE en los comedores de acompañar a las personas desde lo alimentario en una fecha tan significativa”, contó a este medio Mariana González, vocera de esta organización. “Eso se fortaleció y se complementó con el paso del tiempo para cubrir otras áreas. Hay personas encargadas de la decoración, personas que hacen los centros de mesa, están las carpas de salud, los espacios para las niñeces. Todo sostenido por militantes y voluntarios”, continuó la mujer de anteojos y pelo rubio.
Si el año pasado llegaron más de 2500 personas, este año fueron alrededor de 4000, demostrando los estragos de la crisis económica que trajo el gobierno de Javier Milei. En esta coyuntura de ajuste y apriete, son las organizaciones sociales las que articulan respuestas frente a la desprotección estatal.
“Se siente la diferencia con respecto a otros años porque cada vez hay más personas en situación de vulnerabilidad. Lo vemos en todos los espacios que tenemos”, afirmó Mariana. “Nosotros lo que intentamos es abrazar a las personas para que no se sientan solos porque todos nos merecemos una Navidad digna. Hoy es una jornada donde cada persona puede elegir si se baña, se corta el pelo y se sienta a compartir una celebración”, aportó.
Como todas las ediciones, estuvo presente Juan Grabois quien sostuvo: “Este es el octavo año que hacemos la Navidad con compañeros, hermanos que están en la calle, familias humildes que no tienen con qué pasarla. Empezamos con la devaluación de Macri, cuando empezó a hacerse espiral la pobreza y la indigencia, seguimos durante el gobierno de Alberto que no bajó la pobreza y éste es el primer año que nos quedamos sin comida. Es muy triste”. Luego agregó: “el pesebre nos enseña que siempre hay un lugar para quienes son descartados por la sociedad. Nuestras obligación moral es estar con los descartados no solo desde un lugar de amor y solidaridad, sino también desde uno de amor y lucha”.
Desde hace meses que militantes y voluntarios vienen trabajando para garantizar que todo esté listo para la cena. Se sirvieron platos navideños -una entrada fría y un primer plato caliente-: pollo, cerdo, carne, ensaladas, mesa dulce y las tradicionales confituras. Hubo bebida sin alcohol hasta el brindis, para evitar disturbios. Además estuvo presente papá Noel repartiendo regalos a los niños y niñas. Mientras esperaban la cena, que comenzó a las ocho de la noche y se extendió hasta las dos de la mañana, las personas en situación de calle pudieron pasar por un espacio de aseo y peluquería, montado en varios gazebos. También hubo talleres de arte para las infancias, inflables y hasta una cama elástica. Durante la cena hubo diferentes bandas musicalizando el evento.
Brian Ezequiel González es militante del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y trabajador de la rama de Vientos de Libertad, una organización que acompaña a personas que sufren problemáticas de consumo y están en situación de calle. Para él, la realidad es mucho más grave que cualquier actividad que se pueda organizar. “Lo que nosotros vemos es que la problemática se incrementó tanto que ni siquiera el protocolo que hicieron en la Ciudad de Buenos Aires logra ocultar la realidad”, retrató.
El cambio de gobierno vino aparejado de una mayor estigmatización hacia las organizaciones sociales, que fueron difamadas con argumentos falsos. Mientras el Gobierno no reparte los alimentos destinados a los comedores y hace auditorías falsas, militantes y vecinos arman un entramado de resistencias para contener a la gente que queda expuesta a la pobreza.
“Dicen que somos vagos, pero la realidad es que nosotros estamos todos los días con las personas en situación de calle. Muchas de las personas de las que se habla mal son las que llevan días cocinando para que hoy haya comida, especialmente mujeres a las que les recortaron el salario. Ellas pasan muchas horas de su tiempo haciendo cosas para los demás, porque saben lo que es estar en el lugar de quienes necesitan”, afirmó Mariana. El evento de Nochebuena se sostiene únicamente a través de donaciones. En este caso hubo más de mil donantes que dejaron su aporte a través de un alias que se difundió por redes sociales.
Sergio Sánchez, cartonero y uno de los principales organizadores, sostuvo: “A nosotros el Papa Francisco nos inculcó que hay que ayudar al otro. Y eso hacemos, hoy decimos que estamos para el otro”.
Adrian Becerra también es militante del MTE y de Vientos de Libertad. Lleva tatuada la palabra «amor» en el cuello y explica que ante la coyuntura adversa son los militantes los que articulan redes de contención. “No solo hay más gente en situación de calle, sino que son más perseguidas. En la Ciudad de Buenos Aires se recrudeció el accionar policial ante las personas que están en situación de calle y de vulnerabilidad. La lógica del Estado es llevar a las personas a los paradores, pero allí no hay equipos suficientes para contenerlos y atender las necesidades, por lo cual la pasan mal”, aseguró. El panorama actual es una diatriba: la pasan mal en los paradores y la pasan mal en la calle.
Con los recortes del Gobierno y los nuevos protocolos en materia de seguridad, se agudizó la persecución a los cartoneros y vendedores ambulantes. Esto hace que se torne más difícil sobrevivir. Cada vez son más las familias que se quedan desprotegidas y sin un techo. “Nuestro rol es contener, alojar, abrazar. Tuvimos que defender todos nuestros espacios este año, tuvimos que defendernos de todos los que decían que teníamos comedores fantasmas, de los que decían que dar un plato de comida estaba mal, de los allanamientos. Nuestro rol es seguir trabajando para que nuestros espacios existan y seguir conteniendo a todas las personas que son vulneradas”, complementó Brian.
Los tres entrevistados coinciden en que la respuesta de quienes concurren a la Navidad en Congreso es de gratitud. Muchos de los que acuden este 24 de diciembre ya participan de los comedores y merenderos y tienen un seguimiento de la organización. Allí les ayudan a obtener el subsidio habitacional. “Desde hace años que las organizaciones sociales vienen dando respuesta a temas como el hambre, las problemáticas de adicciones, las falencias laborales. Donde hay un Estado que no tiene una perspectiva de incluir y contener al sector de la sociedad más golpeado, es donde aparecen las organizaciones sociales”, aseguró Brian. “Esto es una muestra de que la salida es colectiva, la salida es en comunidad. Es una manera de sentirse en compañía y saber que hay más personas pasando por la misma problemática”, remarcó.
“Las personas que se acercan se sienten bien porque están acostumbrados a la indiferencia de gran parte de la sociedad. Hay una crisis política, pero también hay una crisis humanitaria. Ya darle un abrazo a alguien y decirle felices fiestas, compartir un plato de comida, es un gesto enorme”, enfatizó por su parte Adrián. “Un barrio donde no hay una organización se organiza a través del narcotráfico. Las organizaciones dan la respuesta que el Estado no da”, concluyó.
Fuente: El Grito del Sur - Diciembre 2024