Políticas públicas y reclamos privados
En su discurso, la presidenta de la Nación puntualizó los aspectos de las políticas públicas contracíclicas que impulsaron este resultado, destacando la contraposición entre lo hecho y las críticas de sectores que, sin admitirlo, llevarían con sus propuestas a una recesión interna y a una mayor concentración económica.
Cristina Fernández encabezó, el último miércoles, el acto de conmemoración del 161° aniversario de la Bolsa de Comercio, evento que había sido suspendido la semana anterior por la afección que padeció la Presidenta. Tras la palabra del titular de la entidad y anfitrión, Adelmo Gabbi, la mandataria respondió prácticamente uno a uno cada reclamo o crítica a las políticas de Estado que había formulado su antecesor en el uso de la palabra (tal cual lo señala Alfredo Zaiat en su columna de opinión de la página anterior). Pero cabe hacer referencia aquí a los pasajes referidos a cómo inciden estas políticas públicas contracíclicas en la inversión privada, en un escenario internacional adverso que los críticos pertenecientes al establishment no suelen tomar en cuenta en su relato.
“YPF aumentó las inversiones en el primer semestre (respecto de 2014) de 8845 a 12.409 millones de pesos, un 40,3 por ciento más. Si el sector privado tuviera, por lo menos en lo que hace a petróleo y de gas, un comportamiento similar, tendríamos también un muy buen nivel de inversión. Pero la inversión aumentó por lo que aumentó precisamente YPF. Por eso creo que la dicotomía de que lo público es malo y lo privado es bueno, o viceversa también, es equivocada.”
“El consumo es fundamental para alentar la inversión, porque ¿quién invierte si no tiene asegurado el consumo? Ahora, ¿por qué tuvimos doce años de crecimiento y de inversión? ¿Por qué descendió el desempleo? Porque hemos aumentado el poder adquisitivo de los argentinos y cuando los argentinos comienzan a consumir, bueno, los industriales comienzan a producir. El problema es que la tasa de inversión y el riesgo que toman nuestros empresarios no es del ritmo que debería tener para acompañar lo que hace el gobierno en materia de políticas públicas.”
“¿Saben cuánto se redujeron los flujos de capitales hacia los países emergentes? Pasaron de 1,3 billones de dólares en el 2013, a 0,9 billones en el 2015. Y si la FED (Reserva Federal, autoridad monetaria de Estados Unidos) decide aumentar las tasas, esto se va a agravar, porque se produce lo que se denomina fly to quality, el vuelo hacia mercados de valor y van, precisamente, al centro de donde empezó la crisis, que después nos trasladaron a todos nosotros.”
“Necesitamos que cada cadena de producción pueda tener la mayor cantidad de eslabones radicados acá en el país. Esto es clave para el valor agregado argentino, para seguir sosteniendo también el trabajo. Y para esto necesitamos, también, profundizar las políticas de inversión en materia de investigación, desarrollo, ciencia y tecnología que, como nunca, ningún otro gobierno ha hecho en la República Argentina.”
Los cuatro párrafos transcriptos –aunque hubo más alusiones al tema en el discurso– sintetizan el enfoque sobre políticas de inversión que la jefa de Gobierno le transmitió a los inversores bursátiles, que adscriben usualmente a las propuestas de mercados sin intervención estatal: el ejemplo de inversión de YPF en manos del Estado (frente a la inmovilidad privada por la baja del precio mundial del petróleo), la política oficial de aliento al mercado interno creando oportunidades de negocios para los privados, el reflujo de los capitales internacionales abandonando los países emergentes, y la inversión pública en el desarrollo científico tecnológico como sustento a la densidad industrial.
En condiciones externas totalmente desfavorables, los resultados del primer semestre e incluso del mes de julio reflejados por Orlando Ferreres marcan el saldo positivo de esas políticas. Según el informe que publicó el martes 25 dicha consultora, “en julio la inversión real creció 4,4 por ciento medida en términos de volumen físico (descontando el efecto de los precios) con respecto al mismo mes del año pasado”. Este resultado sucede a un crecimiento de la inversión del 4,6 por ciento en el primer trimestre del año (enero/marzo) y del 3,3 por ciento en el segundo (abril/junio), siempre respecto del año 2014. El resultado de dicha evolución es una inversión real acumulada en los siete meses 4 por ciento superior a la de enero/julio del año pasado. Valorado en cifras corrientes, representa una inversión total equivalente a 51.347 millones de dólares entre enero y julio de este año.
Por grandes rubros, la consultora Ferreres verifica que en Construcción el crecimiento interanual para el mes de julio fue del 3,7 por ciento, pero el incremento es aún mayor cuando se compara la inversión acumulada en los primeros siete meses de cada año: 4,8 por ciento. Para el otro gran rubro de la inversión, el correspondiente a Maquinaria y Equipo durable de producción, se observa en cambio un crecimiento más acelerado en julio (5,9 por ciento respecto del año pasado) que en la medición acumulada para los siete primeros meses (2,2 por ciento de aumento).
Después de tres años de evolución de la inversión bruta entre negativa o levemente positiva (caídas del 4 por ciento en 2012 y 3,6 por ciento en 2014, y repunte de apenas 1,8 por ciento en 2013), los datos resultantes para lo transcurrido del año 2015 son promisorios y, en buena parte, las consecuencias de políticas que buscaron sostener el mercado interno aun en un contexto global marcadamente desfavorable.
Página/12 - 30 de agosto de 2015