¿Qué esta pasando en Chapadmalal?

“Yo te saco de la cabeza. Te doy media hora gordo pelotudo. Vos sos un forro hijo de puta mandado por Grabois como todos esos negros de mierda que están ahí”, así se dirigía, tranquera por medio, una persona identificada como “vecino” a los productores hortícolas del cinturón marplatense organizados en el MTE, ante la difusión del proyecto de construcción de un polo agroecológico en Chapadmalal.

En el mismo video difundido por las redes de la organización, el Secretario de Seguridad de la Municipalidad de Mar del Plata, lejos de aportar seguridad y sosiego, amparaba a los violentos y exaltados, intimando a los productores: “Vamos a hacer lo posible para que no se establezca la granja (sic). Todo el proyecto que ustedes quieran hacer acá, vamos a hacer todo lo posible para que no pase”.

Así: con violencia y desinformación, fomentadas desde las máximas autoridades políticas del Municipio y los grandes medios de comunicación, la sociedad marplatense se asoma al debate social sobre construir una importantísima experiencia de producción agroecológica en terrenos públicos sin uso.

El convenio

Después de un largo tiempo de conversaciones, la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) y la Asociación Civil Tercer Tiempo ligada al MTE de Mar del Plata, firmaron el 16 de febrero pasado un convenio de custodia provisoria de 140 hectáreas de propiedad pública linderas a El Marquesado, por un plazo de 180 días, durante el que los custodios deberán presentar un Proyecto de Producción Agroecológica, donde trabajarán productorxs rurales del cordón hortícola marplatense. Su aprobación podría habilitar la firma de un comodato por 15 años entre ambas instituciones para concretarlo, sin que implique traspaso de propiedad.

Este proyecto tiene un largo proceso de gestación, articulando esfuerzos entre la organización, distintos estamentos del Estado, la Universidad Nacional de Mar del Plata y el CONICET, tanto por sus requerimientos técnicos como por su importancia estratégica.

Para Maximiliano Álvarez, referente del MTE local“todas estas tierras originalmente estaban destinadas a la producción de alimentos para abastecer a los hoteles de Chapadmalal y ojalá podamos recuperar ese proyecto”. “Yo también soy vecino de la zona y acá el deseo es que se empiece a producir de una forma sustentable. Hay una lucha constante contra el uso de los agroquímicos y es necesario generar un modelo de producción que pueda cambiar ese paradigma”, sostuvo.

La noticia despertó la preocupación de algunos vecinos de la zona, pero sobre lo que pudo ser una inquietud lógica, a poco de andar se montaron todo tipo de especulaciones y desinformación con argumentos del tipo “vienen 100 familias de bolivianos” a “conurbanizar” la zona; y rápidamente una cesión en custodia, totalmente legal, pasó a ser una “usurpación de tierras” de “gente de Grabois”.

Para Roberto Cittadini, sociólogo y docente, especialista en agricultura familiar y agroecología, con una enorme trayectoria en el INTA y vinculación con experiencias productivas agroecológicas argentinas y europeas, “se informó correctamente la situación y a esta altura no pueden seguir manifestándose en estos términos”.

El Proyecto

Cittadini es parte del equipo técnico de la Universidad de Mar del Plata que, en interacción con los productores destinatarios del mismo, está diseñando el Proyecto de Producción Agroecológica en Chapadmalal, y al respecto aclara: “la propuesta es un proyecto agroecológico integral, donde se va a hacer horticultura, pero también ganadería, tambo, algo de ovejas, cultivos extensivos, etc. O sea, un proyecto que armonice distintos componentes productivos para que realmente se puedan dar las sinergias que la agroecología plantea; con la máxima biodiversidad posible, con rotaciones de cultivos e integración de ganadería para mantener los suelos vivos y regenerar el sistema”.

Hoy la situación de las familias productoras de los cordones hortícolas es muy precaria: carentes de acceso a la tierra, están sometidas a contratos de alquiler cortos y onerosos, que las empuja a producir según el modelo “convencional” con uso de agroquímicos y fertilizantes que impactan sobre su salud y la de la población. Además de la presión de desarrolladores inmobiliarios sobre las áreas productivas desplazándolas. Es por eso que, con la posibilidad de tener garantizado el uso de la tierra por un período más largo, esas mismas familias, con el correspondiente acompañamiento técnico, están en condiciones de realizar los cambios productivos que la agroecología requiere, imposibles de hacer en las condiciones actuales. Además de mejorar sus condiciones de vida, desde la vivienda al acceso a la tecnología.

La demanda de alimentos agroecológicos crece exponencialmente en las ciudades de Argentina y el mundo y, siendo Mar del Plata una de las ciudades más importantes del país por su magnitud demográfica, las grandes preguntas son ¿cómo abastecerla de esos alimentos sanos? ¿dónde y cómo producirán las familias rurales? ¿cómo ordenar el territorio para que la especulación inmobiliaria no se lleve puestas las áreas productivas?

 

Parte de la propuesta integral agroecológica

Estigmatización y oportunismo electoral

Todas estas preguntas deberían ser parte de la “agenda grande” de temas estratégicos para nuestras sociedades en este mundo en crisis. Sin embargo, la misma gestión municipal que hace la vista gorda frente a la liberación masiva de agrotóxicos en General Pueyrredón y que combatió el amparo judicial que establece 1.000 metros de exclusión de estos venenos, arremete contra la instalación de un polo agroecológico. La misma gestión que defiende la ilegal apropiación privada de la costa en desmedro del acceso público, denuncia malintencionadamente la “ocupación de tierras”, cuando hay un convenio que establece claramente plazos y requisitos, sin traspaso de propiedad.

La sobreactuación política de la oposición nacional y el oficialismo local, a caballo de una creciente estigmatización política sobre las organizaciones sociales y los humildes, claramente tiene una finalidad política en un año electoral. En este sentido, para Montenegro en particular y Juntos por el Cambio en general, “garpa” polarizar “con Grabois”.

De esta manera, un proyecto de puesta en valor de tierra pública para la producción de alimentos de forma agroecológica, capaz de abastecer a una de las mayores ciudades del país, trayendo algo de justicia para la situación en la que producen y viven las familias del cinturón hortícola marplatense, corre peligro de malograrse por una dinámica política, donde las argumentaciones y la racionalidad pasan a estar en segundo o tercer orden, frente a los peores prejuicios que inoculan en nuestra sociedad los grandes medios de comunicación y la derecha política.

“No a la usurpación de Grabois” – foto de Infobae

La agroecología y la Argentina que viene

Pero la parte de la población capturada por este relato, es eso: sólo una parte. En medio de tanta desinformación planificada la clave sigue siendo compartir datos concretos y argumentos de cara a los miles que, de forma creciente, se asoman a los grandes problemas que afrontamos en cada territorio. Con ellos y ellas, además de las organizaciones populares y quienes militamos la agroecología y la justicia social, es importante profundizar el diálogo y la articulación concreta para: que las y los trabajadores de la tierra puedan tener mejores condiciones de vida y trabajo, fundamentalmente accediendo a la tierra; concretar proyectos productivos que garanticen el acceso a alimentos sanos y agroecológicos; y que el patrimonio público pueda ser utilizado en función del bien común.

Esta es una disputa global y local. Todo el daño a la salud, ambiental, y social, negado por las corporaciones y sus voceros, es ya evidente. Frente a esto la agroecología como paradigma holístico nos demuestra que otro modelo agroalimentario no sólo es necesario, sino absolutamente posible. Apostando a recomponer la sinergia de la vida, es posible sanar los suelos produciendo plantas y animales sanos para alimentarnos. Sanar las mesas, sanar nuestros cuerpos, y quizá así también pueda desintoxicarse y sanar nuestra sociedad.

>> DESCARGÁ LA PRESENTACIÓN DEL PROYECTO <<

Fuente: Huerquen - Marzo 2023

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