La red que destruyó Ucrania

Ya en 2022, pocos meses después del inicio de la llamada «Operación Militar Especial», el Washington Post (un periódico que no se presta precisamente a ser acusado de rusofilia) había completado una investigación que demostraba cómo los fondos y numerosas armas enviadas desde Occidente a Ucrania se esfumaban, desviándose al mercado negro por comandantes militares poco entusiasmados con su guerra.

Los tres febreros: crónica de un cerco

“Expandir la OTAN sería el error más fatídico de la política estadounidense en toda la era posterior a la Guerra Fría. Se puede esperar que tal decisión estimule las tendencias nacionalistas, antioccidentales y militaristas en la opinión rusa; tener un efecto adverso en el desarrollo de la democracia rusa; restaurar la atmósfera de la Guerra Fría en las relaciones Este-Oeste e impulsar la política exterior rusa en direcciones que decididamente no son de nuestro agrado.” El que escribe esta advertencia es George Kennan, en un artículo publicado por el New York Times en febrero de 1997.

Unión Europea, Estados Unidos y la pugna por mantener la hegemonía mundial

En Grecia es el modelo económico lo que está en juego; en Ucrania el geoestratégico. Se trata de salvaguardar y expandir el modelo de libre mercado en su expresión neoliberal, bregando contra sus principales amenazas: un eventual modelo alternativo que tome en cuenta la situación e intereses de los sectores mayoritarios de la población en Grecia, y una Rusia rica en recursos naturales, eventualmente aliada de China, en su frontera oriental.