Videntes, escuchas y amuletos: la lucha de buscar a tu hijo desaparecido
A Cristina Castro, la mamá de Facundo, le toca vivir lo que a muchas personas con familiares desaparecidos: la búsqueda de la verdad a través del pantano de las noticias falsas, la falta de respuestas de la justicia y la complicidad policial.
Una mujer que se proclama “clarividente” dijo que si buscaban donde ella indicaba iban a encontrar una pista clave sobre la desaparición de Facundo Astudillo Castro. Fue la semana pasada, cuando Verónica Contreras de los Santos empezó a tirar datos en su Facebook que varios medios levantaron para mantener en sus portadas a Facundo, que está desaparecido desde el 30 de abril. El exotismo y lo paranormal gana en clics ¿pero cuánto ayuda a la Justicia? ¿Cuánto aporta a la desesperación de las familias frente a la complicidad policial?
Cristina Castro, la mamá de Facundo, ya no responde WhatsApp, pero sigue paso a paso todas las pistas que hayan sobre la desaparición de su hijo de 22 años. Si bien no es abogada, lee la causa y toma las decisiones a la par de sus representantes legales. Contrató a un perito y un perro sabueso para participar de los rastrillajes y declaró en varias oportunidades que no tiene esperanza de que Facundo esté vivo. Quiere justicia. Está indignada por la corrupción policial, los intentos de empantanar la investigación y el amarillismo de los medios.
“A mí me pasaba una mosca volando y yo le creía”, dijo a Cosecha Roja Rosa Bru, que desde el 17 de agosto de 1993 busca a su hijo Miguel, visto por última vez en la comisaría 9na de La Plata. “Yo la escucho a Cristina y siento que todo lo que está viviendo lo viví. Porque ante la desesperación una queda muy expuesta”.
Hoy Miguel se volvió una causa: la Asociación que lleva su nombre y preside su madre promueve acciones en defensa de los derechos humanos en barrios con derechos vulnerados. “Hace 27 años que la policía desapareció a mi hijo y lo sigo buscando, ¿Qué le puedo decir yo a Cristina? Que no baje los brazos, que no está sola, que todo es un aprendizaje y que a veces no todo es ya”, dice Rosa.
De los Santos es una de las tantas que aportan fórmulas esotéricas para lo que la justicia no cumple. Acumula miles de followers en redes sociales porque dice tener pálpitos cuando hay desapariciones. Por lo general, sus predicciones son grandes titulares y pequeños o nulos aportes judiciales. En 2017 fue demasiado lejos y la justicia la declaró inimputable. Entonces afirmaba una premonición en la que los padres de Sofía Herrera -una nena que desapareció en 2008, cuando tenía 4 años– estaban involucrados. La familia la denunció por difamación, pero el juzgado N°1 de Río Grande sentenció que no la podían juzgar porque no entendía la criminalidad de sus actos.
En el caso de Facundo se rumoreó que la madre había contratado a De Los Santos, pero la querella familiar dijo a Cosecha Roja que “nada que ver”.
Los WhatsApp que complican a la policía
El chat que se filtró este fin de semana deja en claro que la Bonaerense algo esconde. El diálogo es de dos policías, Jana Jennifer Curuhinca y Mario Gabriel Sosa, que se pasan datos. El 16 de junio tuvieron este intercambio:
Sosa: Él la está pasando bomba en otro lado y la familia pensando que le pasó lo mismo que a Maldonado, ja.
Flores: Espero que aparezca porque la última en verlo fui yo, por querer hacerle una gauchada y acercarlo.
Sosa: Sí, vos y nosotros, encima la madre remarca en todas las publicaciones que la policía de Burato lo vio por última vez.
Flores: Ah bueno, me quedo tranquila jajaja, igual la poli de Origone creo que también lo identificó. ¿Qué sabés de lo tuyo, pudiste averiguar algo?
Sosa: Jajaja, vamos a ir todos presos, pero eso no lo dicen en ninguna parte.
El abogado Leandro Aparicio, que representa a la familia de Facundo junto a Luciano Paretto, dijo a Cosecha Roja que “hay muchísimos mensajes de audio y de texto borrados” para esconder la incriminación de más personas.
El 8 de julio intervino de oficio el Ministerio de Seguridad de la Nación. Si eso no hubiera pasado seguro que todas estas pistas hubieran desaparecido: la información de los teléfonos de los policías que lo pararon aquel día salió del sistema de UFED (nada de lo que aporta al esclarecimiento surgió de parte de la Bonaerense).
De momento hay 16 policías imputados y varios civiles. La PROCUVIN (Procuraduría de Violencia Institucional) está participando en todas las declaraciones para custodiar el proceso penal.
Un fiscal piedra
El 24 de julio Cristina Castro tuvo audiencia con la jueza federal Gabriela Marrón. “Le pido como madre que me comprenda y aparte de la causa al fiscal”, le dijo en una audiencia que se hizo en Bahía Blanca. Para la familia Castro, el fiscal Santiago Ulpiano Martínez está desentendido de la causa (dicen que no participa en los rastrillajes y que solo va a algunas de las audiencias). Pero no solo eso: aseguran que incluso colaboraría en generar pistas falsas para desviar la culpa de la Bonaerense, en complicidad con dos medios influyentes en Bahía Blanca.
La querella recusó formalmente al fiscal y está esperando que fijen la audiencia. Ulpiano Martínez no sólo rechazó la recusación con costas (es decir que si la justicia la desestima, la mamá de Facundo deberá pagar el proceso), sino que además adelantó que denunciará a Paretto y Aparicio en el Colegio de Abogados.
En 2018 la designación de Ulpiano Martínez como fiscal de Bahía Blanca fue impugnada por el CELS, ya que plantearon su “incapacidad absoluta para el cargo” por sus investigaciones en delitos de lesa humanidad: su inacción cooperaba con la impunidad de los represores.
Pistas que enredan
Hay una persona que dijo haber visto a Facundo y llamar a la Comisaría de Médanos: “No existe registro de una llamada en ese teléfono”, dijo Aparicio. La ex novia de Facundo, con quien se iba a encontrar cuando salió de su casa en Pedro Luro, denunció amenazas y que “la fueron a apretar varios policías de Mayor Buratovich”, el lugar donde Facundo fue visto con vida por última vez.
La zona donde la “clarividente” tuvo un presagio solo arrojó huesos de animales. También los rastrillajes descubrieron algunas prendas, pero de momento nada indica que fueran de Facundo.
El día que desapareció Facundo a las 20.26 fue enviado un SMS desde su teléfono a su amigo Juan, con quien trabajaba en una cervecería: “Diría que no fue escrito por él, me hubiese puesto “gordo el tubo se me quedó sin señal, está muerto”. El mensaje no fue difundido pero forma parte de la causa y según la madre muestra la primera etapa del encubrimiento.
La semana pasada una vaquita de San Antonio igual a la que la abuela de Facundo le había regalado como amuleto, apareció en la inspección con perros al destacamento policial de Teniente Origone, donde trabajaban los últimos policías que lo vieron con vida y lo multaron por violar la cuarentena.
“Me mintieron desde el primer día, encubrieron todo esto, nadie me la va a contar, lo viví en carne propia”, dijo la mamá en una conferencia de prensa en el centro de Bahía Blanca. “Sentí que a mi hijo le habían hecho algo malo y lo voy a seguir insistiendo hasta el último día. Esa gente me va a tener que devolver a Facu”.
- Matias Máximo, Periodista - Autor del libro "Que el mundo tiemble: Cuerpo y performance en la obra de Effy Beth",
Cosecha Roja - 10 de agosto de 2020