XVIII Conferencia Anual de la UIA: Palabras de la Presidenta de la Nación
Muy buenos días a todos y a todas.
Querida amiga, compañera Presidenta de la República Federativa del Brasil, Dilma Rousseff, bienvenida a la Argentina, bienvenida también toda la extensa comitiva que la acompaña de funcionarios, de empresarios; señores gobernadores de las distintas provincias argentinas; legisladores; señores empresarios argentinos: luego de la intervención del titular de la Unión Industrial Argentina, que logró conjuntamente con sus pares brasileños este encuentro que yo creo que debe ser el primero de muchos más que se sigan sucediendo porque siempre he escuchado hablar de la integración desde el reclamo o desde el deseo.
Enseñanza de la historia y educación para la ciudadanía en el contexto de la crisis del año 2001
Este artículo trata sobre la relación entre ciudadanía y enseñanza de la historia desde el puntode vista de las representaciones culturales de los docentes. En la coyuntura de la crisis del año 2001 nos interesaba saber ¿qué contiene una educación para “formar al ciudadano”? y ¿qué significa una educación para la ciudadanía pensada desde el ámbito de la historia escolar?
Hay temas que no pasan de moda y los problemas de la enseñanza de contenidos ciudadanos en la escuela es uno de ellos. Sobre todo porque es una problemática que se reactualiza permanentemente en el ámbito educativo en diferentes coyunturas políticas y, en cada una de ellas, la educación para la ciudadanía —como ha sido ampliamente demostrado— adquirió sentidos divergentes.
A partir de la última Ley de Educación Nacional (nº 26206) de 2006, la provincia de Buenos Aires con el marco jurídico correspondiente (Ley de Educación Provincial nº 13688) fue implementando —no sin enconados debates — materias de ciudadanía para los seis años obligatorios de la escuela secundaria.
A ocho años de “nuestras rebeliones”
La población mostró después de un tiempo prudencial signos claros de hartazgo y se profundizaron las expresiones de bronca y desesperación. ¿Nos olvidamos acaso del cotidiano “riesgo país”, el empobrecimiento y la desocupación sin contención social que llevaba a muertes y sufrimientos impensables en períodos democráticos? Los acontecimientos del 19 y 20 de diciembre necesitan reflexión.