La guerra y la paz en el siglo XXI
Al empezar un análisis que en algo sea útil a la investigación para la paz es menester aclarar cómo es la guerra hoy y en qué se distingue de las del pasado inmediato. La lucha internacional por la Paz que prevaleció en la Post-guerra puso especial énfasis en los peligros de la guerra nuclear y de la guerra convencional entre las grandes potencias.
En los hechos, durante un largo período se dieron la “guerra fría” entre “la democracia” y “el comunismo”, y también los más variados movimientos armados de liberación nacional, unos directa o indirectamente vinculados a las potencias “comunistas” y otros a un “Tercer Mundo” cuya máxima expresión se dio en Bandung.
A la competencia entre la URSS y Estados Unidos por aumentar el poder nuclear de uno contra otro, en medio de altibajos dramáticos en los descubrimientos de una y otra parte, se añadió una guerra ideológica que puso en el centro de las persuasiones y las persecuciones al comunismo y el anticomunismo, con purgas de un lado, y cacerías de brujas, de otro, que pasaban de exaltar las bondades del socialismo o la democracia a castigar pública y penalmente a los disidentes. Tal vez lo que más distinguió a la guerra fría de la actual fue la lucha entre dos sistemas, el capitalista y el socialista, y tanto su impacto en las luchas de liberación nacional como en la posterior restauración del capitalismo y triunfo del capitalismo y del llamado “mundo libre”.
Durante ese período, en las guerras por mantener su dominio, los antiguos países coloniales e imperialistas siguieron varios tipos de políticas, unas de contrainsurgencia, golpes de estado, intervención militar abierta y encubierta, y otras de descolonización formal y relativa que dio creciente importancia a la categoría de la “dependencia”. En todos los casos se emplearon políticas combinadas de cooptación y represión, y la vieja teoría de “La zanahoria y el garrote” amplió considerablemente sus experiencias.
Al mismo tiempo, varias metrópolis del mundo capitalista impulsaron el Estado Social o “Welfare State”, que en buena parte fue una formidable arma de guerra, al ofrecer a buena parte de los trabajadores obtener por la paz lo que otros querían por la guerra. El keynesianismo se volvió un gran paradigma, apoyado por notables economistas y por socialdemócratas y numerosos líderes progresistas del Tercer Mundo.
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