Los gritos de Alcorta
La incorporación de mano de obra a esa superficie inabarcable de uno de los países más ricos del mundo se efectuó a través de contratos que parecen inspirados en Esopo y su fábula «La parte del león». Se trataba de una cadena cuyos eslabones incluían, entre otros, costos exorbitantes del arrendamiento, obligación de compra de insumos y herramientas a los arrendadores a precios desmesurados y venta de la producción a cifras inferiores a una retribución de subsistencia.
Luego de varios años de malas cosechas los agricultores vivían una situación desesperada. Cuando en 1912 la producción fue extraordinaria, sus frutos tampoco llegaron a los arrendatarios que continuaban endeudados y sin constituirse en sujetos de reparto. Esta situación fue uno de los detonantes de la huelga que se declaró en la Sociedad Italiana de Alcorta aquel 25 de junio de 1912 y que dio origen a la creación de la Federación Agraria Argentina –el 15 de agosto de ese año en la Sociedad Italiana de Rosario– para representar a los pequeños y medianos productores que luchaban por mejores condiciones de vida y acceso a la tierra.
El movimiento de Alcorta fue logrando cada vez más adhesiones de amplios sectores populares provenientes del socialismo, anarquismo, pequeños y medianos comerciantes y profesionales. Tampoco estuvo ausente la Iglesia, con varios de sus párrocos, uno de ellos hermano del abogado y sostén de la protesta, Francisco Netri. A pesar de las amenazas patronales, los huelguistas fueron ampliando el espectro de adhesiones y hacia 1913 la mayoría de los agricultores había logrado una significativa rebaja en los arrendamientos, aunque el resto de las cláusulas leoninas se mantuvieron. La represión terrateniente cobró víctimas, entre ellos los dirigentes agrarios anarquistas Francisco Mena y Eduardo Barros en un acto en Firmat. El 5 de octubre de 1916, Francisco Netri, presidente de la FAA, que impulsaba a los agricultores a continuar su lucha, también fue asesinado en el centro de Rosario.
En 100 años las estructuras económicas y sociales de la Argentina se han modificado significativamente. En ese siglo se reflejaron luchas y realineamientos sociales y políticos. Estos últimos, a veces, entraron en contradicción con los principios fundacionales de entidades de histórica raigambre popular. Las conquistas logradas después de la protesta de 1912 fueron muchas y vibrantes. Recordemos la Reforma Universitaria, las Mujeres Agropecuarias en Lucha, el «no al ALCA», los movimientos campesinos como el Mocase, entre otros.
Trabajos como La renta agraria y ganancias extraordinarias en la Argentina, de Javier Rodríguez y Nicolás Arceo, publicado en 2006 en Realidad Económica, nos recuerdan que muchas inequidades distributivas continúan vigentes. Sin embargo, 36 años después de «la noche del apagón» en Libertador General San Martín (Ledesma para quienes se consideran sus dueños), el terrateniente Carlos Pedro Blaquier deberá declarar ante la justicia por ser cómplice de torturas, asesinatos y desapariciones. Rechazar las recientes amenazas a testigos y contribuir a su seguridad es el «Grito de Alcorta» de hoy.
Revista Acción - Segunda quincena de junio