Contra los que pronostican el fin del Mercosur

Victoria Ginzberg
Quedó aprobado en la cumbre del 17 de julio en Brasilia. Resta el paso formal de la aprobación de los Parlamentos. Cristina Kirchner aseguró que la región mantendrá el crecimiento económico y se solidarizó con los gobiernos a los que buscan desestabilizar. El presidente Evo Morales se puso de pie. El resto de los mandatarios que integran el Mercosur lo aplaudió. Fue la forma de celebrar el ingreso del Estado Plurinacional de Bolivia como miembro pleno del bloque. “Es un fracaso para quienes pronosticaron con profecías que el Mercosur no iba a servir.

Estoy convencida de que la unidad de América del Sur va a poder sostener estos años de crecimiento económico y de inclusión social sin precedentes que ha tenido la región”, dijo la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante su discurso en la 48ª cumbre del bloque, que se realizó ayer en Brasilia. Durante el encuentro, los presidentes firmaron un documento en el que respaldaron a Argentina en sus principales reclamos internacionales: la soberanía de las islas Malvinas, el rechazo al accionar de los fondos buitre y la necesidad de contar con una herramienta global que regule el pago y la reestructuración de las deudas soberanas, sobre la que se está trabajando en Naciones Unidas por impulso del gobierno argentino.

La Presidenta habló en la sala Portinari del Palacio de Itamaraty, donde se reunieron los jefes de Estado del Mercosur, los representantes de las naciones asociadas y organismos internacionales invitados. En el recinto que rinde homenaje al pintor brasileño hay dos grandes cuadros suyos, pero también otras obras de arte, como dos grandes ángeles tallados en madera que cuelgan del techo.

Al lado de la Presidenta estaban el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el vicecanciller, Eduardo Zuain. CFK recordó que hace ocho años, cuando asumió la presidencia del país, los miembros del bloque eran Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. Y se alegró por la ampliación lograda durante este tiempo, con Venezuela y Bolivia. En esa línea, dejó un mensaje para sus compañeros miembros del Mercosur: “En el mundo los conflictos siguen siendo profundamente políticos, tienen que ver con el poder. La economía es un capítulo importante, pero la política sigue siendo fundamental”. Poco antes había recordado que se cumplen 40 años de la Operación Cóndor, el plan de coordinación de la represión de las dictaduras del Cono Sur durante la década del ’70, que contó con la colaboración de la CIA. “Tal vez se esté pergeñando en algún lugar un nuevo plan, que no tenga intervención de las Fuerzas Armadas, sino más sutil. A lo mejor son buitres y no cóndores. Son siempre aves de rapiña. Tenemos que fortalecer más que nunca la democracia”, dijo. Y ofreció su solidaridad con los estados y pueblos que intentan ser “desestabilizados”.

Sus palabras iban dirigidas a los integrantes del bloque que en los días previos al encuentro de presidentes habían hecho declaraciones con hincapié en el fortalecimiento del comercio intrarregional como principal función del Mercosur, en especial los representantes de Uruguay y Paraguay, que propusieron discutir los mecanismos arancelarios y paraarancelarios de los países miembro, cuestión sobre la que hablaron los presidentes en la sesión cerrada que realizaron antes del plenario.

CFK no rechazó ni se opuso a la idea. De hecho, mencionó la “necesidad de profundizar la integración en momentos en los que en el mundo se intenta una vez más volver a cambiar los términos de intercambio comercial que durante décadas favorecieron a los países del centro y perjudicaron las economías emergentes y también de profundizar la integración en términos reales. Se advierte el potencial como mercado de consumo, como mercado comercial que tenemos y que todavía no hemos explotado suficientemente”. Pero luego hizo la advertencia acerca de darle prioridad a la política por sobre la economía.

Para el gobierno argentino, tanto el Mercosur como la Unasur y la Celac deben servir para profundizar la unidad de la región, poder negociar en mejores términos con países más poderosos y fortalecerse ante posibles ataques o intentos de desestabilización. Por eso, la Presidenta mencionó como un logro del Mercosur y de la Unasur la inclusión de la cláusula democrática, que implica que cualquier país cuyo gobierno no sea producto de elecciones libres y democráticas pierde su condición de Estado miembro. “Esto debe ser sostenido no sólo desde lo jurídico sino desde lo político y social, con la solidaridad a los Estados y pueblos que intenten ser desestabilizados y atacados en su democracia”. A los presentes no les pasaba desapercibido que se trata de días complicados para la presidenta brasileña, ya que la oposición viene amenazando con iniciar un juicio político.

CFK habló también del conflicto entre el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y el de Guyana, David Granger, que motivó que se acordara un encuentro extraordinario de la Unasur y el Mercosur para agosto (ver aparte). Esta pelea le sirvió para recordar que en estos bloques regionales todos los países tienen un voto sin importar su tamaño ni su peso económico y que las decisiones se toman por consenso y unanimidad y diferenciarlos del mecanismo que rige en Naciones Unidas, en el que los miembros del Consejo de Seguridad tienen poder de veto.

En el objetivo de profundizar en la densidad política del Mercosur, Argentina cuenta al presidente Morales como un aliado y, por lo tanto, su inclusión como miembro pleno es un avance en ese rumbo. El vicecanciller Zuain aseguró que esperaba que “el Mercosur consolide la idea de ser un sujeto político más que un sujeto económico-comercial, que ayude a consolidar las democracias, pero también los procesos de crecimientos con inclusión social y que contribuya, por ejemplo, a la lucha por una arquitectura financiera internacional más justa”.

Para que la entrada de Bolivia esté formalmente completa, los Parlamentos de Paraguay y Brasil deben ratificar el nuevo protocolo aprobado en la cumbre. Argentina, Uruguay y Venezuela ya votaron un instrumento anterior, pero el gobierno de Cartes no quería votarlo porque había alusiones a la expulsión de su país del bloque en 2012. A pesar de que aún falta ese paso, ayer, en Brasilia, se festejó y se presentó a Bolivia como un nuevo integrante pleno.

Morales agradeció a los presidentes y los equipos técnicos y afirmó que tenía confianza en que el Mercosur colaborara para continuar con el desarrollo. “En corto tiempo –señaló– hemos dado una nueva imagen a nuestra querida Bolivia. Antes era vista como el último país de Sudamérica. Gracias a la lucha de los movimientos sociales y de los movimientos originarios nos reunimos para decir que tenemos derechos políticos y nosotros mismos nos gobernamos. No perdemos la esperanza de integrar organismos siempre que estén al servicio de nuestros pueblos”.

Página/12 - 18 de julio de 2015

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