El plan económico del macrismo
Pero también por la coerción si hace falta, como es el caso del envío de los gendarmes para reforzar el operativo de seguridad frente a la advertencia de protestas sociales y posibles saqueos en proximidad de las fiestas de Navidad y Fin de Año en Jujuy, que al desbarrancarse uno de los tres micros en Rosario de la Frontera, Salta, les costó la vida a 43 de ellos, o la de declaración de la emergencia nacional en seguridad.
Con esa misma naturalidad, Prat Gay presentó una serie de medidas para eliminar el mal llamado “cepo” cambiario que encubren una fuerte devaluación de nuestra moneda por un lado, y limitar los roles de control del Estado, para que sea el mercado el que fije el valor del dólar (el tipo de cambio de referencia), por el otro.
El principal mérito que tiene Prat Gay para ocupar el puesto que le dieron en el gobierno que consiste en facilitar el ingreso y el egreso de divisas, eliminando todas las trabas y todos los costos, internacionalizando financieramente nuestro país, fue por haber sido asesor de Amalita Fortabat, a quien al vender la cementera Loma Negra le habían pagado 1.025 millones de dólares, contó con los buenos oficios y los mejores contactos del actual ministro, quien entre los años 2005 y 2008 ayudo a girar dicha suma a cuentas, no todas declaradas, a los EE.UU., Inglaterra, Hong Kong y Suiza. Ese es su principal antecedente, ser un hombre de confianza para los sectores más ricos de la Argentina y con aceitados mecanismos y contactos en la banca mundial.
Sólo un profesional con esas características puede decir socarronamente que no va a ser delito comprar o vender dólares, o que no tiene que intervenir la AFIP, o que no va haber caída del sistema. Es cierto que se debe hacer un trámite y que éste puede ser aburrido y burocrático, pero el mal llamado “cepo” cambiario no era para impedir que “doña Rosa”, esa señora gorda y tonta inventada por Bernardo Neustadt y que era de la simpatía de nuestra mass media, comprara 2.000 dólares por mes, porque seguramente ella y el marido pagaban correctamente sus impuestos, les retenían ganancias (si las tenía), pagaban el IVA en los servicios y bienes que consumían, etcétera, etcétera, sino para que los que venden en negro en el mercado interno, que subfacturan sus ventas y sobrefacturan sus costos, que no hacen los correspondientes aportes patronales, que endeudan a la empresa para beneficiarse ellos, vuelvan a comprar hasta 2.000.000 de dólares por mes. Doña Rosa o cualquier trabajador no pueden comprar ni la centésima parte de esa suma mensualmente y ni en toda su vida.
El objetivo de internacionalizar financieramente al país lo obliga a comparar todos nuestros costos y todos nuestros precios en el mercado mundial. Y como dijo el mismo Ing. Mauricio Macri, el salario es un costo y allí tenemos el verdadero objetivo: como Brasil, por ejemplo, tiene mayor infraestructura y mayor dotación de capital, el salario promedio de un peón industrial, o de un oficial soldador de caños sin costura en la Argentina debe ser menor al homónimo del país hermano. En noviembre de 2015, dichas remuneraciones en dólar oficial (que es por el cual se exporta e importa) es un 50% más caro, por ende en un plazo que para ellos debe ser el menor posible, el salario debe caer en ese porcentaje medido en moneda dura.
Lo dice y lo lleva a la práctica ese otro ingeniero, Paolo Rocca, director general del grupo Techint, cuando celebrando el Día de la Industria en el año 2012 dijo que el costo laboral en la Argentina es de 24 dólares por hora, contra 12 dólares de un obrero en México y 9 dólares en Brasil (cifras que honestamente no sabemos de dónde las extrajo), y en ese discurso Rocca dijo que era optimista para 2017 o 2018. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner se preguntó al otro día: ¿querrán salarios a un tercio o a la mitad de lo que están hoy? Así lo hacen, desde abril de este año suspenden trabajadores y les pagan el 80% del salario, pero ahora que está el Presidente Mau, pretende pagarles el 60% de su remuneración laboral, además de despedir a 190 trabajadores de su planta
El procedimiento es sencillo y lo ejecuta sistemáticamente el mercado. Nosotros exportamos básicamente lo que consumimos, no consumimos soja, que prácticamente el 95% se vende afuera, pero la soja sustituyó geográfica y físicamente otros cultivos y la cría y engorde de animales, de 32.000.000 de hectáreas cultivables, en unas 20.000.000 se siembra soja. Bien las aceiteras Deheza, Vicentín, Molinos Río de la Plata y otras venden en el mercado de Róterdam aceite vegetal argentino de primera calidad para toda Europa y lo hacen a un dólar por botella de 900 centímetros cúbicos, y a igual precio lo venden en la Argentina, esto es en noviembre de 2015 a $9,70, ahora lo vende a $ 14 o $ 15. Y lo mismo pasa con la harina, el azúcar, el arroz, el maíz, los distintos tipos de cortes de exportación. A la vez, todos aquellos productos que tienen componentes importados (celulares, equipos de música y videos, de aire acondicionado, de autos, etc.) también se encarecen porque se deben pagar más pesos por cada dólar: resultado, lo que no se ajusta –y en paritarias (si es que las hay) lo harán en una forma mucho menor– son los salarios, con lo que se cumple el fin perseguido. Con el agravante de que castiga más a los que menos tienen, dado que lo que va a aumentar más son los bienes salarios (alimentos, gas, luz, teléfono, boleto del colectivo, etc.) que proporcionalmente es mayor el porcentaje sobre los ingresos de salarios menores y/o con familia a cargo (y cuánto más numerosa es esa familia).
Las medidas
Se instrumentan en dos niveles, uno, el fiscal, y el otro, monetario y cambiario.
Por el lado fiscal, deja sin efecto la retención del 35% a las adquisiciones de paquetes turísticos o compras en el exterior mediante el pago con tarjeta de crédito o débito, y da de baja a la percepción del 20% a la compra de dólar billete para tenencia personal; en reemplazo de esas dos resoluciones, la AFIP cobrará el 5% en concepto de adelantos al impuesto a las Ganancias y a los Bienes Personales para los paquetes turísticos al exterior que se paguen en efectivo.
Instrumenta un régimen de retención que se aplicará a los contratos de dólar futuro que retendrá el 35% de las ganancias obtenidas, lo que tiene su lógica cuando el gobierno saliente, con el fin de mantener cierta paridad en su final, permitió la compra de títulos y valores ajustados por dólar y “dollar linked” (se ajusta por el valor del dólar oficial).
En el plano monetario y cambiario el ministro de Hacienda y Finanzas de Macri propone la libre disponibilidad de divisas para pagar importaciones y oficializó que el gobierno dará dos opciones a las empresas para saldar las deudas que adquirieron con sus proveedores y casas matrices y que el Banco Central estimó en 5.000 millones de dólares. Los importadores podrán suscribir un bono por ese stock de dinero o acogerse a un cronograma de pagos, que les permitirá a las empresas importadoras comenzar a regularizar los pagos pendientes por compras ya realizadas al exterior y remitidas al país. También, el Banco Central subió unos ocho puntos porcentuales las tasas que paga por las letras con las que regula la masa monetaria elevándola al 38% anual y en breve eso llevará a los plazos fijos por sobre el 30%, para asegurarles a los ahorristas que después de la macrodevaluación producida desde esa fecha (de no menos del 50%), el dólar no crecerá más del 30%, volviendo al mecanismo perverso de tasas contra dólar para perjuicios de los tomadores de crédito que van a pagar esa puja.
Dónde se obtendrán los dólares
Prat Gay, con ese tonito del que no tiene problemas de cuál va a ser el valor del dólar, sostuvo: “Tendremos de 15 mil a 25 mil millones de dólares de ingresos en las próximas cuatro semanas, sin esa tranquilidad no podríamos hacerlo”, la demanda de dividas es concreta, pero la oferta es una promesa.
Según trascendidos periodísticos interesados, las cerealeras (Cargill, Nidera, Bunge Cerval, Noble Grains, etc.) se comprometieron a ingresar 400 millones de dólares diarios en las próximas tres semanas (lo que sumaría 6000 millones). Además, se acordó con el Banco de China convertir a dólares parte de los yuanes que se le prestaron al Banco Central, serían unos 3.100 millones de dólares de los 11.000 millones equivalentes en yuanes que formaban parte de las reservas del BCRA. A su vez, en los próximos días, terminaría de cerrarse el préstamo por 8.000 millones de dólares de un conjunto de bancos internacionales (entre ellos HSBC, JP Morgan, Goldman Sachs, Deutsche Bank y Citibank). En rigor, es el BCRA quien tomará el préstamo, a una tasa del 7% anual, y usará como garantía títulos públicos que forman parte de su cartera. Sin otros ingresos, en el mejor de los casos la oferta de dólares totalizaría 17.100 millones de divisas norteamericanas, recordemos que en el año 2011 que se implementó el “cepo” cambiario se fugaron del país unos 22.000 millones de dólares, y esa suma no descendió en los años posteriores. Por ende, el valor del dólar y de la tasa de interés deberá ser muy alto como para que los que tienen toda la libertad de comprar hasta 2 millones de esa moneda por mes no lo hagan. Y con esas tasa y ese valor de dólar la Argentina solo puede desarrollar un puñado de emprendimientos, incapaz de por sí de dar trabajo a los más de 40 millones que vivimos en este país del sur del mundo.
Miradas al Sur - 20 de diciembre de 2015