Actual debilidad del sector externo y sus perspectivas
Este texto, para situarnos temporalmente, está redactado en medio de la turbulencia financiera mundial que ha desatado el nuevo presidente de Estados Unidos con sus decisiones en términos del sector externo de la economía estadounidense, y también en función de la evolución de nuestra economía en ese mismo sector. Este sector está marcando situaciones extremadamente críticas, que es importante comentarlas salteando el discurso oficial plagado de tergiversaciones y mentiras. El shock a nivel global generado por la suba de los aranceles que impuso Trump a México, Canadá y China (los primeros dos postergados con posterioridad por 30 días) y que ahora ha extendido al acero y al aluminio agrava seriamente la situación de la economía a nivel mundial. Las relaciones económicas internacionales se van a ver afectadas por estas decisiones que acentúan un panorama incierto y muy cuestionado de la gestión oficial en nuestro sector externo Dicho panorama local se da en el marco de un atraso cambiario que crece sin cesar más aún con el dato del avance devaluatorio de sólo el 1 % mensual que se moverá por abajo del aumento de precios internos según lo revelan los datos del Tipo de Cambio Real Multilateral que publica mensualmente el Banco Central. El gobierno se contradice y no atiende a la consigna central del proyecto presidencial que especifica la absoluta libertad en la determinación de los precios en la economía por parte del mercado. Fija, arbitrariamente, un valor en permanente actualización preestablecido, sin atender a las cambiantes tendencias del comercio mundial y de la correspondiente evolución de los precios relativos de bienes y servicios que se experimentan en todos los países. Es un valor obligatorio, inflexible y determinado por una decisión del odiado Estado. En este momento, por la apreciación cambiaria que se produce y que no se puede negar, como lo hace el ministro Caputo, y por los compromisos financieros previos (endeudamiento con el FMI del 2018, como factor principal) se verifica un creciente saldo en rojo de la cuenta corriente en la balanza de pagos de este año. Recordemos. Hay dos saldos que el Estado controla permanentemente para definir el perfil de su política económica y su capacidad de maniobra. El saldo que surge de las relaciones entre ingresos y egresos fiscales internos y el saldo en moneda dura, en moneda extranjera, que surge de las relaciones de Argentina con el mundo. Hace 6 meses, este segundo saldo está en rojo, en déficit cada vez mayor. Ello implica una necesidad creciente de dólares para poder cubrir ese agujero. En este momento se estima que el valor de las reservas, o sea lo que tiene acumulado el Banco Central como resultado del movimiento de divisas que entran y que salen por intercambio comercial, remesas de utilidades, intereses de la deuda pública, turismo, etc. presenta desde mediados de año un saldo neto ( y también bruto) negativo que se acrecienta progresivamente y que ahora llega a los 10.000 millones de dólares dado que el stock de reservas brutas que se nos informa está afectado por deudas que lo exceden en mucho y que se expande sin cesar. Pese al que se exporta más que lo que se importa los otros factores de las relaciones financieras de Argentina son cada vez más deficitarios., Y se vienen, en fechas próximas, compromisos de repago de la Deuda que no tienen ninguna certeza de poder cancelarse. De ahí el desesperado pedido al FMI para que preste la citada cantidad de dólares, en el cortísimo plazo, a fin de evitar un nuevo default. Es por eso que el Gobierno no toca el famoso cepo que puso Macri en el año 2019, que supone un estricto control de cambios, Tremenda paradoja perversa. El Gobierno reclama libertad para todo, la reivindica y dice que la está aplicando, pero en su principal instrumento que vincula la economía argentina con el mundo, como ya marcamos establece un precio a las divisas y no admite que se realicen transacciones por afuera de las valorizaciones oficiales. Segunda mentira central del argumento libertario que no se cumple Ahora acaba de enunciar una decisión que es incumplible “Al principio del 2026 se levanta el Cepo haya o no préstamo adicional del FMI” Esto es otra mentira porque si no hay entre 10 a 15 mil millones de dólares adicionales en el monto de las Reservas del banco Central, la corrida va a ser imparable. Aquí asoma la cuarta mentira. Se nos dijo que Caputo traía al ser nombrado ministro a fines del 2023 en poco tiempo 30.000 millones de dólares de nuevos préstamos. Hasta ahora solo consiguió 1.000 millones de un grupo de Bancos extranjeros a una tasa altísima, casi el 9 % de interés anual.
Es realmente risueño si no fuera trágico, que estemos en presencia de una economía regida firmemente por decisiones del Estado al que el Presidente dice que odia y que va a destruir, pero sin embargo, lo usa impunemente para fijar valores totalmente arbitrarios a nuestras relaciones internacionales. Eso se da en el marco de otros fenómenos ligados al sector externo. En primer lugar el tipo de cambio para los turistas, que también está fijado por el Gobierno, es un valor que tiene un recargo por gastos que se hacen en el exterior y que aparece todos los días en la información del Banco Central. Está también el monto de los intereses que hay que pagar de la deuda externa, los gastos por seguros de los intercambios comerciales, las remesas de las empresas extranjeras que tienen filiales en Argentina que reciben sus utilidades en sus casas matrices fuera del país, y el movimiento de los precios internacionales de los productos que la Argentina compra y vende, sobre el cual la Argentina no tiene ninguna capacidad para incidir. El precio de la soja, el maíz y el trigo, no se decide internamente. Lo que sí se decide internamente son los impuestos a la venta de esos tres productos, y también ahí interviene el Estado Nacional, fijando un valor totalmente arbitrario a los Derechos sobre las Exportaciones(retenciones), Nunca explica ni explicó por qué lo fija, por qué la soja pagaba el 33% como el derecho de exportación, y ahora bajó ese derecho a un 26%. Tampoco explica qué cálculo económico hizo y cuánto estima que eso va a suponer como ingreso adicional. Una consultora economica prestigiosa afín al Establishment calculo en 1.700 millones de dólares el adicional que obtendría el Banco Central de resultas de la disminución de las retenciones. Poco y nada frente a lo que necesita para decretar libertad en las transacciones del sector externo, todas ellas controladas desde el repudiado Estado y que supondría un valor libre del dólar impredecible pero seguramente muy superior al actual.
En la Argentina no se sabe claramente cuánto va a tener que pagar de intereses nuevos por los préstamos, como el que el gobierno le pide ahora al FMI a fin de que ese rojo en crecimiento de las cuentas con el exterior no haga derrumbar el mercado de cambios el día que se aflojen las restricciones que impuso Macri y mantuvo Milei, El mundo no es como ellos lo pintan, el mundo está plagado como en la Argentina, de intervenciones estatales que favorecen a algunos, como en nuestro caso con la reducción de las retenciones a los grandes grupos exportadores de cereales y oleaginosas, y perjudican a otros, a los empresarios que producen bienes dentro del país cuando muchos de tales bienes se pueden importar desplazando a quienes los producen internamente por lo barato que resulta importar con el dólar planchado. ¿Qué sucede? El Gobierno prometió cuando subió en diciembre del '23, que traía decenas de miles de millones de dólares y hasta ahora consiguió solo 1.000 millones como ya se dijo. No ha podido por el momento arreglar en el Fondo Monetario, básicamente porque el Fondo le exige una devaluación ¿Por qué le exige una devaluación? Porque pretende que haya mayor capacidad de venta e ingresos desde el exterior por compras de bienes argentinos, favorecidos por un tipo de cambio más elevado pero el Gobierno no quiere tocar para nada el tipo de cambio actual muy bajo, porque sabe y lo dice, aunque muchas veces lo oculta, que la inflación interna depende del valor de la moneda nuestra en el mercado mundial. Entonces sí hay una devaluación, se produce un traslado del aumento de los ingresos que tienen los exportadores a los precios para el mercado interno de los bienes que se exportan y la inflación se dispara. Y las elecciones de noviembre se podrían perder. Más aún en el momento en que estamos en un panorama muy negro en términos de solvencia financiera internacional como acaba de explicarse. Si uno traslada este análisis al mundo de los negocios internos, va a ver cómo el Estado interviene firmemente, fijando otros precios, y desmintiendo totalmente sus aseveraciones de que “viva la libertad” y otras expresiones desmedidas. Por ejemplo, si fija el tipo de cambio, limita también la tasa de incremento de los salarios, no es libre la negociación paritaria. Cuando un gremio hoy en día acuerda un aumento de sueldos con la patronal arriba del 1% o 1,5% mensual por un período determinado, generalmente 3 o 4 meses , está marcando un dato que no se puede modificar, porque si un gremio consigue el 2%, o el 3% o el 4%, el Estado no lo convalida, no lo hace oficial, no le pone el sello y la firma al acuerdo, de modo tal que, como en el caso de las acerías en este momento, hay un acuerdo entre la UOM y los empresarios que supera ese 1%, pero no está vigente porque el Gobierno no lo acepta oficialmente. Ahí también se fija un precio, como cuando establece tarifas a todos los servicios públicos y precios al combustible mes a mes en permanente ascenso. Son precios que no nos marca el mercado, los marca el Estado. ¿A qué apunta, en este momento, desde el Estado nacional? Un solo objetivo: hacer lo más baja posible la tasa de inflación mensual para ganar las elecciones de noviembre. Punto y aparte. Quién cae en la rodada no les importa, quién se favorece o se perjudica resulta siempre muy evidente. Se desmiente lo que se dice públicamente de que en este país hay plena libertad Después de noviembre, si es que lograran algún apoyo del Fondo sin una devaluación del 20% o 30%, que es lo que aparentemente exige el FMI según el Bank of América, ello se trasladaría a los precios y adiós triunfo electoral, Entonces tratan de patear todo para adelante y que se llegue sin sobresaltos al mes de noviembre. Esa es la puja con el Fondo Monetario que nunca da un centavo de dólar de crédito si no se ajusta al tipo de cambio, a su valor realmente competitivo. Es una condición sine qua non del Fondo que este Gobierno a lo mejor logra postergar hasta noviembre, pero después van a aparecer devaluaciones acumuladas, aumentos de tarifas no realizados, tasas de beneficio de empresas multinacionales a las cuales el Gobierno se comprometió a respetar cuando se hicieron o se van a hacer en el futuro inmediato las inversiones y no lo ha hecho, intereses de LECAP capitalizados y pateados hacia adelante etcétera, etcétera. Va a pasar lo que pasa sistemáticamente hace 50 años en la Argentina. un día se acumula tanta tensión y presión que explota, salta todo por los aires como en 1982, como en 1991, como en el 2001-2002 y también en el gobierno de Macri en el 2018 y así de seguido. Estamos entonces ante un panorama muy incierto porque el Gobierno es mucho más intervencionista que lo que afirma e interviene para equilibrar ficticiamente las cuentas del Estado y el estado general de la economía. Pruebas al canto. El viernes 3 de enero el Banco Central, como lo hace todos los días, se dio a conocer el monto de las reservas brutas en oro y divisas que acumula dicha institución. No proporciona el dato real que vale: las reservas “netas” descontando de las brutas las tenencias que son préstamos a devolver. El dato de las “brutas” consigna un monto de32.774 millones de dólares. Un mes después el 3 de febrero, la máxima institución del sistema bancario del país informó una tenencia de 28.307 millones de dólares. Nada menos que casi 4.500 millones de dólares menos. El funcionamiento “normal” del sector externo se verifica sin que todavía- en el dato más cercano- aparezcan los supuestos beneficios de la baja de las retenciones- y con las fuertes salidas de divisas por turismo ,sumado al pago de intereses- por deuda publica renegociada- y venta de dólares para calmar la cotización del billete ilegal o financiero. Es realmente impactante la caída de las tenencias En lugar de acumular, desacumulan quienes manejan las finanzas nacionales del sector externo. Detener esta sangría y, a la vez, sumar dineros frescos provenientes de operaciones crediticias con el FMI o con fuentes internacionales privadas no parece poder alcanzarse en el corto o mediano plazo
Un último dato de muy reciente publicación
Un informe hecho público de la agencia Bloomberg, la más conocida sobre temas económicos en Estados Unidos de América, afirma que el dólar oficial en Argentina podría saltar hasta 38% este año, según importantes bancos de Wall Street (Ver:://www.bloomberglinea.com/latinoamerica/argentina/dolar-oficial-podria-salt...)
En pocas palabras, en una publicación de dicha Agencia muy reciente, se puntualiza en detalle la noticia De acuerdo a las proyecciones de los principales bancos de Wall Street, se afirma en el texto de la noticia, que un conjunto de muy destacadas entidades financieras de nivel internacional financieras prevén un salto entre el 23,3%y el 37,5 % para el dólar a fin de año en el sistema cambiario oficial de la Argentina-Para la media de los referidos Bancos internacionales dicho valor arriba expresado en cantidad de pesos argentinos por dólar norteamericano llegaría a $ 1.412,50 para finales de año lo que representaría un aumento de casi el 34 por ciento desde su valor de $ 1.054,72 al cierre de la semana anterior. Los Bancos citados por Bloomberg son:
Wells Fargo proyecta $ 1.450 pesos argentinos por dólar a fin de año; BBVA estima un valor unitario del dólar a $ 1.400 para el cierre del año, Bank of Tokio-Mitsubishi UFJ prevé un dólar a $ 1.400 a fin de año y Morgan Chase prevé un dólar para el final de este año en 1.300 pesos argentinos
De concretarse estas predicciones, el futuro del Plan del actual gobierno se tornaría inalcanzable y el proyecto anarco-capitalista sufriría un serio golpe.