Evolución del comercio exterior argentino en la última década: origen, destino y composición

Durante la primera década del siglo el comercio exterior argentino mostró un comportamiento dinámico, acorde con la evolución del comercio mundial y la expansión económica de sus principales socios comerciales. Al tiempo que creció significativamente la participación en el nivel de actividad de la economía, el cambio más significativo desde el punto de vista macroeconómico quizá fue el aporte del saldo de bienes y servicios para el logro de superávit en la cuenta corriente de la balanza de pagos permitiendo que, a diferencia de las décadas anteriores, la economía argentina pueda crecer sin generar desequilibrios en el sector externo.

Si bien los precios de los productos básicos que exporta la Argentina, significativamente más altos que en las décadas previas, jugaron un rol importante en el sostenimiento del superávit externo, los precios de las exportaciones argentinas crecieron por debajo del promedio mundial y de la región latinoamericana.

Enseñanza de la historia y educación para la ciudadanía en el contexto de la crisis del año 2001

Este artículo trata sobre la relación entre ciudadanía y enseñanza de la historia desde el puntode vista de las representaciones culturales de los docentes. En la coyuntura de la crisis del año 2001 nos interesaba saber ¿qué contiene una educación para “formar al ciudadano”? y ¿qué significa una educación para la ciudadanía pensada desde el ámbito de la historia escolar?

Hay temas que no pasan de moda y los problemas de la enseñanza de contenidos ciudadanos en la escuela es uno de ellos. Sobre todo porque es una problemática que se reactualiza permanentemente en el ámbito educativo en diferentes coyunturas políticas y, en cada una de ellas, la educación para la ciudadanía —como ha sido ampliamente demostrado— adquirió sentidos divergentes.

A partir de la última Ley de Educación Nacional (nº 26206) de 2006, la provincia de Buenos Aires con el marco jurídico correspondiente (Ley de Educación Provincial nº 13688) fue implementando —no sin enconados debates — materias de ciudadanía para los seis años obligatorios de la escuela secundaria.

Malvinas, la locura de las guerras

Durante los 45 días de operaciones de combate en el Atlántico Sur, además de los 323 muertos por el hundimiento del crucero General Belgrano, murieron en combate 326 soldados argentinos. La cifra de suicidios de ex combatientes superó ese número. Las estimaciones varían entre 350 y 450 casos y las diferencias de apreciación es por si se suman o no aquellos casos de personas que murieron en accidentes o enfermedades que pudieron tener como un componente fundamental el hecho de haber quedado marcados por haber estado en una guerra. Sólo para evitar confusiones, la tasa anual de suicidios en Argentina es de 8,2 casos cada 100.000 habitantes, de acuerdo con datos del Ministerio de Salud de la Nación. Si en los frentes de combate hubo unos 14.000 hombres, la tasa resulta entre 12 y 15 veces mayor.

Hace seis años, un periodista de La Nación, Oliver Galak, a raíz del suicidio de un ex combatiente se preguntaba: “¿Por qué Argentina ha olvidado a sus ex-combatientes de la guerra de Malvinas? ¿Será acaso porque Argentina no soporta la derrota sufrida y quiere esconderla debajo de la alfombra? ¿Será acaso porque su clase política, tras más de 20 años, tiene mucho que esconder? ¿Será acaso porque la Argentina no soporta mirar cara a cara a los hombres que mandó a la muerte, mintiéndoles?”. Una serie de preguntas de apariencia punzante y, sin embargo, todas ellas sólo útiles para sembrar confusión. Un trabajo revelador de dos psicoanalistas franceses –Françoise Davoine y Jean Gaudillère– (Historia y trauma - la locura de las guerras) contiene una serie de advertencias sobre las conductas de quienes estuvieron en frentes de combate.

De manera resumida serían las siguientes. La negación: lo que pasó no pasó. La culpa del sobreviviente: por qué ellos y no nosotros. La perversión del juicio: las víctimas son las culpables. La fascinación por los criminales. Este último concepto, aclaran los autores, es tomado por Hanna Arendt en su trabajo Los orígenes del totalitarismo.
Estas recomendaciones pueden resultar no sólo de carácter universal sino que pueden muy bien ser tomadas como punto de referencia para analizar las conductas de quienes, como Galak, no estuvieron en la guerra pero pervierten, en pocos párrafos, lo sucedido en 1982 en Malvinas. Lo confirman los deslices del periodista al poner como sujeto a “la Argentina” y no a la dictadura, así como de interpelar a “la clase política” porque “tiene mucho que esconder” en cambio de abordar el discurso de La Nación durante la dictadura y particularmente en la cobertura del conflicto bélico.

Pero hay un aspecto referido a “la Argentina” que va más allá de discriminar las responsabilidades de quienes mandaron soldados conscriptos poco instruidos a un escenario bélico. Concretamente, la idea, generalizada en estas latitudes, de que los británicos salieron menos lastimados que los argentinos. Esa creencia se basa en distintas verdades consabidas: que son un Imperio acostumbrado a la guerra, que salieron victoriosos del conflicto y que, además, sus soldados profesionales están entrenados física y mentalmente para matar y morir.

Los suicidios, lejos de ser un problema exclusivo de los argentinos –derrotados–, afectaron también a los soldados victoriosos. Un artículo del Daily Mail –segundo periódico más leído de Gran Bretaña y tabloide, al igual que La Nación– publicado cuando se cumplían 20 años del conflicto y no 30 como ahora, consignaba que una “shockeante y poco conocida historia en la guerra de Malvinas se conoce hoy: más veteranos se suicidaron que el número de soldados muertos en acción”. El artículo, al igual que el de Galak cuatro años después en La Nación, tomaba como base el suicidio de “un héroe de guerra” inglés. La cantidad de veteranos ingleses que se quitaron la vida era –en 2002– de 264, mientras que los caídos “en servicio activo” habían sido 255. La elaboración de estos datos fue brindada por la South Atlantic Medal Association (Asociación de la Medalla del Atlántico Sur), una asociación que entrega a sus socios –ex combatientes– una insignia colgante con la cara de la Reina Isabel que lleva como inscripción Dei Gratia Regina (Reina por la gracia de Dios). Es decir, la escena resulta por lo menos bizarra: una organización identificada con el imperio que manda a la guerra es la misma que revela las consecuencias del conflicto una vez que se silencian los cañones.

¿Qué hizo la Argentina? Un diálogo con Silvia Bentolila, médica psiquiatra, resultó para este cronista muy ilustrativo de cómo fueron atendidos –o contenidos– muchos veteranos de guerra. En 1997, cuando Bentolila era jefa de servicio en el Hospital Paroissien de La Matanza, se creó un programa de atención a ex combatientes. Los primeros que se acercaban al hospital trabajaron con los médicos y psicólogos no sólo para tratar sus propias situaciones del llamado estrés postraumático, sino que también actuaron como mediadores con otros ex soldados que estaban aislados –mayoritariamente deprimidos– y a los que estimularon para tomar contacto con el programa. Tuvieron un 0800 que funcionaba las 24 horas y atención a los pacientes durante ocho horas diarias. Los médicos llevaron la experiencia al resto la Región Sanitaria VII y se expandió a otros hospitales bonaerenses. Fue la salud pública la que se ocupó de los malvineros precisamente en un momento donde todo era privatizado, incluso mientras el ministro de Salud de la Nación era Alberto Mazza, un empresario del negocio de la hotelería hospitalaria privada de lujo que tocaba la misma melodía que sonaba en todas las otras áreas. Quizá no haya un relato épico de lo actuado por los médicos y psicólogos de un hospital matancero. Pero convendría tomar dimensión de algo más grave que las propias limitaciones, que sin duda las hubo, respecto de haberle abierto las puertas a los veteranos.

Es cierto que por muchos años la sociedad argentina estuvo desmalvinizada. Por diferentes motivos, por diferentes prioridades. Ahora, más allá del calendario, sucede que Gran Bretaña vio agotadas sus reservas de petróleo en el mar del Norte y todo indica que detectó reservas en la zona de Malvinas. Esto, sumado al discurso autoritario y belicista de David Cameron, llevó al gobierno argentino a ser más enérgico en el tema. Entonces, cabe preguntarse si esta reafirmación de la voluntad de soberanía en las islas puede reavivar los fantasmas de guerra, especialmente entre quienes estuvieron en el frente. La respuesta no puede ser unívoca pero requiere de atención: la sensibilidad de quienes quedaron perturbados por la guerra puede verse alterada, seguramente de maneras muy distintas y sería muy pertinente que los servicios de salud pública para los veteranos se reactiven. Sin perjuicio de ello, lo mejor que puede pasar, tanto a quienes estuvieron en el frente como quienes no, es aventar fantasmas de posibles conflictos bélicos. El reclamo de soberanía del Gobierno es pacífico, recurre a los mecanismos diplomáticos y a la solidaridad de los pueblos latinoamericanos, que conocen en sus historias los mismos tipos de atropellos imperiales de los que somos objeto los argentinos y no sólo por Malvinas.

La náusea. Las guerras constituyen circunstancias extremas en las sociedades humanas. Desmoronan los vínculos, crean héroes de personas ordinarias, terminan con las vidas. Las naciones constituyen la categoría cultural de identidad más extendida entre los humanos y son, además, los ámbitos en los cuales algunos humanos pueden relacionarse con otros humanos en espacios tales como las Naciones Unidas, la Organización Mundial de Comercio o el Banco Mundial. También tiene organismos específicos para regular los conflictos bélicos y allí aparece la importancia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde cinco naciones tienen el privilegio de ser miembros permanentes. Estas categorías de naciones son, entonces, imprescindibles. Tienen, a la hora de los escenarios de guerra, tanta importancia como los cañones o los barcos. Es más, una diplomacia firme y decidida puede lograr triunfos que jamás podrían conseguirse mediante un conflicto armado. En ese sentido, vale la pena rescatar un concepto tratado por Hanna Arendt y que es la identificación de las elites sociales con “el populacho”, un concepto peyorativo pero que intenta dar cuenta de que la apelación al patriotismo o al militarismo suele ser una retórica impulsada por los poderosos y tomada por sectores medios empobrecidos o directamente sectores populares.

La guerra no sólo es nauseabunda en los escenarios donde se mata gente. Lo es después. Las cifras de suicidios entre ex combatientes argentinos y británicos son indicativas de que no sólo perdura en el tiempo en la eliminación de vidas, sino que puede ser cruel con victoriosos y derrotados, con profesionales de la guerra o con colimbas voluntariosos. La lucha por la soberanía no es un fantasma bélico. Es un reclamo legítimo de una comunidad nacional –Argentina– que no va a ser apoyada por los ciudadanos de otra comunidad, la británica. Eso no debería alimentar los fantasmas de la guerra. Antes de pensar, por ejemplo, que es importante ganarle a los ingleses en un match deportivo, sería bueno tener presente que la locura de la guerra llevó a muchos argentinos y a muchos ingleses a no poder seguir viviendo y eligieron ser sus propios victimarios.

Plan Estratégico Industrial 2020. Un buen punto de partida

Entre marzo y agosto de 2011 se realizaron once foros convocados por el gobierno nacional con el propósito de sentar las bases de una ambiciosa iniciativa: el Plan Estratégico Industrial 2020. En esos foros, los integrantes de cadenas de valor elegidas por formar “la trama central del tejido productivo argentino, validaron los lineamientos y objetivos propuestos por el Estado y llegaron también a nueve consensos centrales acerca de las principales líneas estratégicas de política industrial propuestas. Con la posterior presentación del PEI 2020, que en 287 páginas reúne las conclusiones y medidas que se prevé implementar en el corto plazo, se cumplió la primera etapa del trabajo. Está pendiente aún el comienzo de un ciclo de reuniones individuales con las once cadenas de valor para avanzar en la definición de los temas concretos de cada una de ellas.

La fábula del salario y la inflación

La Argentina mediática describe las relaciones laborales así: de un lado los empresarios “preocupados”, “angustiados”, “agazapados”, desvalidos frente al “avance desmedido” de los sindicalistas que “muestran los dientes”, “voraces” en sus “presiones salariales” –los encomillados no son casualidad–. En el país que dibujan Clarín, La Nación y sus subsidiarias menores rige una lógica binaria dónde las sufridas empresas locales son rehenes de sindicatos desbocados que, con su desmedida ambición salarial, son responsables casi absolutos de la inflación. Porque ésa es la conclusión que el establishment impuso a sangre y fuego hace tres décadas: que el incremento de salarios es el principal motor de la inflación. No existen otras variables. No hay factores monetarios, fiscales o captación de renta que explique, para este relato, por qué suben los precios. La culpa es de los asalariados y de su temeraria intención de querer vivir mejor.
Habráse visto semejante imprudencia…

Con las paritarias a la vuelta de la esquina, la demonización de los salarios volvió al tope de la agenda política. Desde que el gobierno de Néstor Kirchner restituyó el ejercicio de las paritarias y la noción de dignidad laboral, las campañas tendientes a moderar los reclamos sindicales se convirtieron en un clásico del verano. Esta vez con un ingrediente adicional: el impacto de la “crisis global”. La sugestión, se sabe, suele ser una herramienta eficaz en manos del patrón.

La expansión de la producción industrial en la posconvertibilidad (2002-2010)

Hacia mediados de la década del setenta, con el abandono del modelo sustitutivo de importaciones, se inició un profunda transformación económica y social que trastocó el entramado de relaciones que estructuraban a la economía argentina desde comienzos de los años treinta. Uno de los pilares del nuevo patrón de crecimiento fue la desregulación de la actividad financiera impulsada por la dictadura militar a través de la reforma del año 1977, que implicó una creciente subordinación de la economía real a la evolución de los fenómenos monetarios. A la vez, que la apertura externa y la sobrevaluación de la moneda reafirmaron estas tendencias al determinar una sensible pérdida de competitividad para los sectores productores de bienes. Estos procesos se agudizaron durante la vigencia del régimen de convertibilidad, profundizándose la primarización y desmantelamiento del tejido industrial. La mayor crisis económica y social de la historia argentina producto del colapso del régimen de convertibilidad, condujo al agotamiento de la especulación financiera, la apertura externa y la reprimarización productiva como principios regentes de la economía argentina.

Acto de clausura de la Convención anual de la Cámara Argentina de la Construcción

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ EN EL ACTO DE CLAUSURA DE LA 59 CONVENCIÓN ANUAL DE LA CÁMARA ARGENTINA DE LA CONSTRUCCIÓN, EN EL SHERATON BUENOS AIRES HOTEL & CONVENTION CENTER.

Gracias, muchas gracias, muy buenas tardes a todos y a todas; señor presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, querido amigo Enrique Wagner: en principio quiero referirme a ese otro gran amigo, que es Luiz Inácio Lula da Silva, y desde este lugar hacer votos, junto a todos ustedes, para su pronta mejoría porque es realmente un dirigente del cual la América del Sur no puede prescindir, al contrario lo necesitamos junto a nosotros porque ha sido también, junto a Néstor Kirchner, quienes volvieron, o mejor dicho reconstruyeron, o mejor dicho aún porque en realidad hasta ese momento Brasil y Argentina se veían como dos cosas absolutamente separadas y cuando no adversas y creo que ellos dos recrearon realmente la necesidad de integración de la región y que hoy reafirmamos la Presidenta Dilma Rousseff y yo como una de las claves también para poder enfrentar esta crisis que vive el mundo global.

Ambas estuvimos compartiendo el G-20 y en unos días más, el viernes más precisamente estaremos juntas en Brasil, en una reunión bilateral, y estoy absolutamente convencida – como creo que ella también lo está – que la integración de la región, esencialmente el MERCOSUR, de la UNASUR, y especialmente de Brasil y la Argentina son una de las claves para poder seguir con este crecimiento virtuoso.

El otro, es sin lugar a dudas, un modelo que desde el año 2003 ha hecho de la planificación, y fundamentalmente de la inversión en infraestructura económica y social uno de sus pilares de crecimiento y uno de sus ejes fundamentales políticos.

Inauguración de planta de Aluminio en Berazategui

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN EL ACTO DE INAUGURACIÓN DE LA PLANTA DE EXTRUSIÓN DE ALUMINIO, "TOTAL METAL", EN LA LOCALIDAD DE PLÁTANOS, PARTIDO DE BERAZATEGUI

Muchas Gracias. Muy buenos días a todos y a todas.

Señor gobernador de la provincia de Buenos Aires; señor intendente de Berazategui; señora presidenta de la firma que hoy estamos inaugurando, porque vamos a contar qué estamos haciendo aquí; estamos inaugurando un emprendimiento privado, esto es una empresa que ha decidido construir un parque industrial, el Nº 10 de Berazategui. En el año 2003 Berazategui tenía un parque industrial; a 8 años y medio de gobierno Berazategui tiene 10 parques industriales, este es el décimo que se está abriendo. El país tenía 80 parques industriales y hoy tiene 280 parques industriales.

Me comentaba el señor Intendente que todos los empresarios que están sentados hoy aquí, que nos acompañan, son los empresarios que se han incorporado a los distintos parques industriales a partir del año 2003, así que también quiero agradecerles a todos y a cada uno de ustedes la confianza en Berazategui, en la provincia de Buenos Aires y fundamentalmente en el país, para comenzar emprendimientos.

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Discurso">http://www.iade.org.ar/modules/noticias/article.php?storyid=3553]Discurso de Cristina Fernandez en la UIA
Acto">http://www.iade.org.ar/modules/noticias/article.php?storyid=3568]Acto de clausura de la Convención anual de la Cámara Argentina de la Construcción

“Este modelo es de crecimiento e inclusión”

La Presidenta afirmó que la discusión sobre el reparto de utilidades se tiene que acordar en paritarias y no por una ley. También criticó los conflictos intersindicales por encuadramiento de trabajadores. Tensión con Moyano.

“Entramos en la etapa de la sintonía fina. Tenemos que comenzar a analizar los grandes temas: inversión, salarios, inflación, subsidios y utilidades”, afirmó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante la clausura de la Conferencia Industrial. Durante su extensa intervención ante un auditorio colmado de empresarios, la mandataria defendió la política de administración del tipo de cambio, reclamó mayores inversiones a los empresarios y cuestionó a algunos que compraron dólares por un monto mayor a créditos oficiales recibidos, criticó a las autoridades porteñas por la resistencia al traspaso del subte y cuestionó los conflictos intrasindicales. La Presidenta descartó que el Gobierno vaya a prohibir la remisión de utilidades, pero instó a las compañías a que reinviertan mayores porciones de sus ganancias. Los aplausos llegaron cuando se refirió a Hugo Moyano. La Presidenta se ocupó de destacar la ausencia del secretario general de la CGT, quien había participado por la mañana del encuentro. Acto seguido, CFK consideró que la distribución de una porción de las ganancias empresarias debe ser debatida en cada sector entre sindicatos y empresarios y no por ley, como figura en el proyecto que impulsa la central sindical.

Tal como esperaban los organizadores de la Unión Industrial, la presencia de la Presidenta hizo desbordar el salón del hotel Hilton en Puerto Madero, con más de quinientos hombres de negocios. La intervención de CFK se adelantó y duró casi una hora. Si bien la mandataria realizó reclamos y cuestionamientos, el discurso dejó satisfecha a la cúpula empresaria y los directivos de la UIA con quienes compartió un distendido almuerzo (ver aparte). “Para profundizar el modelo hay que reinvertir para ampliar la capacidad productiva y así abastecer el fuerte mercado interno y también el mercado de América del Sur”, señaló CFK, acompañada por una parte de su gabinete.

La “sintonía fina” tiene como eje la competitividad: “La competitividad sólo es sustentable con inclusión social. Lo aclaro porque algunos interpretan que la competitividad se hace a costa de los salarios o con exenciones fiscales, bajas de impuestos y subsidios”, sostuvo la Presidenta. Inversión, salarios, subsidios, utilidades e inflación fueron las variables macroeconómicas a analizar que destacó CFK. “Hay que tener timing de cómo se manejan las variables macroeconómicas. Nuestro modelo es de crecimiento, trabajo e inclusión, y no de metas de inflación, que es el método del Consenso de Washington”, enfatizó la mandataria ante la atenta mirada del titular de la UIA, José Ignacio de Mendiguren, el gobernador Daniel Scioli y los ministros de Economía, Industria y Planificación Federal.

Dividendos

La mandataria reclamó a las firmas extranjeras que reinviertan esas utilidades y destacó los casos de algunas empresas automotrices que “podrían haber hecho su remisión y sin embargo optaron por hundir aquí su dinero en inversión e innovación”.

CFK cuestionó a las grandes empresas que habían sido beneficiarias de créditos del Bicentenario “con una tasa de interés real negativa” y habían adquirido divisas por un monto superior al préstamo. También criticó a una compañía de “insumos difundidos que recibe subsidios” porque el sostenido incremento en sus utilidades tuvo como correlato una fuerte caída en las inversiones. Según precisaron desde el equipo económico a Página/12, se trataría de la empresa Ledesma, perteneciente a los Blaquier, y Siderar, del Grupo Techint, respectivamente. Los directivos de ambas firmas compartieron la mesa principal con la Presidenta.

“Ofenden la inteligencia quienes creen que se va a prohibir remitir ganancias. Me preocupan los tontos que pueden creer cosas como ésas después de ocho años”, afirmó la mandataria. “No me molesta que ganen plata, las utilidades de las empresas argentinas superan cualquier estándar internacional. No me molesta en tanto y en cuanto no nos provoque una situación de endeudamiento del sector público”, señaló CFK.

Dólar

La mandataria dedicó un párrafo aparte a la política del tipo de cambio. Advirtió que, entre 2007 y 2011, las economías de América latina exhibieron una fuerte volatilidad cambiaria por los flujos de capital. “Argentina nunca revaluó su moneda. Siempre depreciamos, tal vez no con la intensidad que querrían los exportadores. Pero si no que no me vengan a hablar de inflación. Si no controlo la variable del dólar se me terminan referenciando los precios de los bienes y los servicios en esa moneda. Pongámonos de acuerdo, no se puede la chancha, los veinte y la máquina de hacer chorizos”, arremetió CFK.

Luego de defender la previsibilidad cambiaria y la administración del intercambio comercial, Cristina Fernández de Kirchner advirtió que “los sectores más vulnerables no son los que fugan divisas, tampoco son los jubilados que ganan el haber mínimo los que remesan utilidades. Vamos a estar atrás de los abusos del sector financiero para fugar divisas”.

CGT

Por la mañana, Moyano compartió una mesa de debate con Mendiguren y se retiró. “Seguramente les habló de la ley de distribución de ganancias. Por lo menos yo lo leo todos los días en los diarios con mensajes hacia el Ejecutivo. Si no lo hizo, les digo yo lo que opino de la cuestión, es un tema que hace a la competitividad y la inclusión social”, apuntó la Presidenta, luego de destacar la ausencia del dirigente sindical.

“Estoy muy de acuerdo. Hay empresas que ya distribuyen. Pero lo tienen que decir trabajadores y empresarios en cada sector, no lo puede imponer el Estado a través del Parlamento”, consideró CFK en coincidencia con los directivos de la UIA y en detrimento del proyecto de ley que impulsa la CGT en el Congreso. “No pueden decirle a esta Presidenta que no defiende los intereses de los trabajadores. No soy neutral, siempre voy a estar del lado del más vulnerable”, sostuvo CFK, al tiempo que advirtió que “últimamente asistimos a conflictos intrasindicales que no son laborales que, por ejemplo, afectan al Estado en empresas de servicios”, en referencia al conflicto en Aerolíneas Argentinas. También apuntó a los conflictos por encuadramiento sindical, que tiene al gremio de Moyano como el más activo.

Discurso de Cristina Fernandez en la UIA

A continuación reproducimos el discurso de Cristina Fernández en el cierre de la Conferencia Anual de la Unión Industrial Argentina (UIA). La presencia de la Presidenta hizo desbordar el salón del hotel Hilton en Puerto Madero, con más de quinientos hombres de negocios. En su discurso, la mandataria afirmó que los políticos deben “respetar a los mercados”, pero también saber que “los que gobiernan son los que han sido elegidos por el voto popular”.

Muchas gracias. Muy buenos días a todos y a todas.

Señor titular de la UIA; señor titular de este Seminario de la UIA; señoras y señores empresarios: en primer lugar quiero felicitarlos por el excelente corto, casi un cortometraje que hicieron ahí con el péndulo, donde me obsequiaron con una de mis obras artísticas favoritas, de Ernesto de la Cárcova “Sin pan y sin trabajo”, que se lo pedí al Museo de Bellas Artes para el Museo del Bicentenario pero no me lo quisieron prestar, es uno de mis favoritos y el excelente por supuesto siempre Antonio Berni con “Manifestación”, que creo que marcan con exactitud desde el arte lo que ha sido la República Argentina y sus frustraciones.