Macri vendió caro

La incógnita sobre el caudal electoral del ex Presidente. El impacto dentro de Juntos por el Cambio. Qué piensan Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. La gira de Alberto Fernández y su mirada doméstica.

Todo fallo es político

Tras la salida de la crisis del 2001 se fraguó el consenso social y político para la reconstrucción institucional, moral y jurídica de la Corte. Al oscuro invierno de la "mayoría automática" menemista le llegó la primavera y se abrió espacio en la Justicia para una agenda más amplia de discusión y tutela de derechos. Así nacieron fallos emblemáticos, como los que permitieron la reapertura de los juicios contra los genocidas de la última dictadura. Con los nuevos vientos políticos y los cambios en la composición del tribunal llegó la temporada de podas y muchos de los fallos garantistas quedaron como golondrinas sin veranos: se enseñan en las facultades pero pocas veces se aplican. Este es un breve recorrido por la jurisprudencia de la Corte para tratar de entender cómo falló en los últimos veinte años.

Esa mujer

El jueves 9, el Tribunal Oral Federal 2 de la Capital Federal publicó los fundamentos de la condena a CFK a seis años de prisión por administración fraudulenta, en la causa por la obra pública en la provincia de Santa Cruz, cuando ella era Presidenta de la Nación y había una docena de escalones de distancia con quienes licitaban y adjudicaban las obras, incluidas en el presupuesto nacional votado tanto por el oficialismo como por la oposición.

Canje de deuda y desactivación de bomba financiera auspiciada por la oposición

El acuerdo al que llegó el Ministerio de Economía con los principales tenedores de títulos de más de 7 billones de pesos de deuda pública, que vencían entre marzo y junio del 2023, para canjearlos por nuevos títulos con vencimientos durante los años 2024 y 2025, con aceptación del 64%, desactiva la posibilidad de una crisis financiera que podía provocar la incertidumbre de que el Estado no pudiera pagar y/o refinanciar esa deuda, posibilidad muy fogoneada por economistas de una oposición más interesada en provocar crisis económica y política, para mejorar sus chances electorales, que en pensar en el bien del país y mucho menos del sector popular mayoritario.