Bachelet tiene quien la vote

Nicolás Rojas Scherer
El Partido Comunista chileno decidió apoyar la candidatura presidencial de Michelle Bachelet. La medida reflota los tiempos de la Unidad Popular y la histórica relación PC-PS. De forma oficial, el Partido Comunista de Chile ha decidido apoyar a Michelle Bachelet en la carrera presidencial desde el primer momento, lo cual significa acompañar a la ex presidenta y pre- candidata del bloque PS-PPD-MAS-IC en las primarias del 30 de junio próximo.

Con la oficialización del apoyo comunista a Bachelet, el proceso político-partidario chileno cobra nuevos bríos y comienzan a delinearse de forma más clara las correlaciones de fuerza al interior del sistema político.

Si bien ciertos sectores de la sociedad política se han visto estremecidos por el apoyo del PC a Bachelet, recordando los tiempos de la Unidad Popular y la histórica (y conflictiva) relación PS-PC que llevó al gobierno a Salvador Allende, la actual coyuntura histórica está lejos de constituirse en una crisis orgánica. El reacomodamiento de fuerzas al interior de los partidos y de ciertos movimientos sociales en la esfera de la sociedad civil demuestra más bien que Chile atraviesa una crisis de coyuntura, con signos de potencial profundización. El cambio en el sentido común del grueso de la población respecto a la necesidad de una educación gratuita y de calidad y la usura que significa un sistema previsional privatizado son señales que las dirigencias políticas han captado muy bien y que demuestran que después de ocho años de movilizaciones estudiantiles, ecologistas, sociales y regionales, las demandas ciudadanas deben ser tomadas en cuenta para poder continuar en el ejercicio del poder.

Sin embargo, el proceso no está exento de profundas contradicciones. Al interior mismo de la Concertación, la principal dicotomía corre en el eje PC-DC. Para la democracia cristiana no es fácil articular una alianza con el comunismo, dada la larga y compleja historia que los separa y los une. Así lo han planteado tanto su presidente, Ignacio Walker, como su candidato presidencial Claudio Orrego. Sin embargo, dentro de este partido las posiciones no son homogéneas. Hay una corriente que piensa en la alianza programática con el comunismo como la mejor manera de producir los avances que el país necesita en materia institucional. Siendo parte de esa corriente, ha expresado el ex Ministro Secretario General de Presidencia de Lagos y militante DC Francisco Huenchumilla que “se trata de que no obstante las diferencias, se pueda construir un proyecto y programa para un período concreto de un ciclo histórico del país”. Y se pregunta si la DC “¿deberá pisar el palito del anticomunismo endémico de la derecha o tener una mirada realista y más propia del siglo 21 sin muros y sin murallas?”

Otra contradicción que parece por el momento superada es la que enfrentaba a sectores proclives al cambio institucional con la dirigencia que lideraba Camilo Escalona y la Nueva Izquierda dentro del Partido Socialista. Esta corriente, a la que pertenece Bachelet, desde hace al menos una década se había convertido en el eje de poder de la mano de Escalona, Senador, ex presidente del Senado y ex Presidente del Partido. Tal es la crisis al interior del partido, que el hombre fuerte de la tienda bacheletista ya no sólo no podrá competir por una repostulación al Senado, sino que ya no ejerce ni la jefatura del partido ni la dirección de su corriente política. Eso sí, aún mantiene aliados, amigos y cercanos en sectores clave del proceso político actual, como Osvaldo Andrade, presidente del PS, o Alberto Arenas, ex Director de Presupuestos y “hombre de confianza” de Bachelet en el comando presidencial. Sin embargo, con la caída de Escalona, el eje PS-DC que aseguraba la “estabilidad” y el “resguardo a las instituciones” al mundo empresarial pierde fuerza. Baste recordar las declaraciones del ex timonel socialista respecto de una posible Asamblea Constituyente, calificándola como “un quiebre institucional”. “No nos pongamos a fumar opio”, declaró.

Respecto de la oficialización del PC a la candidatura de Bachelet, la directiva del Partido más Karol Cariola, Secretaria General de las Juventudes Comunistas, se reunieron este lunes 27 de mayo, dando paso a una conferencia de prensa donde Guillermo Tellier, Presidente del Partido, afirmó que “se trató de una conversación bastante grata donde ella (Michelle Bachelet) nos informó largamente respecto de los objetivos que se propone, nosotros hicimos algunas preguntas, vimos cómo nos vamos a incorporar inicialmente a conversar y trabajar sobre todo temas programáticos; hay voluntad para que nosotros vayamos a las comisiones, hemos quedado con unas coordinaciones iniciales”. Además, declaró que “nos queda todavía como oposición –y ésta es una mirada crítica– el construir la lista parlamentaria única. No hemos sido capaces de terminarla”. Respecto a la posible incorporación de la tienda de la hoz y el martillo a un gobierno de Bachelet, Tellier respondió que “nosotros no estamos pidiendo ahora participar de ese gobierno”. Aun así, un periodista insistió con la pregunta: “¿Pero lo van a evaluar?”, “Lo vamos a evaluar. Por eso queremos conocer el programa único que va a salir” respondió el presidente del Partido.

Esta situación ha generado una escalada en el tono y la retórica de publicistas y políticos de derecha. Después de la reunión PC -Bachelet, Pablo Longueira, ex Ministro de Economía de Piñera y candidato presidencial de la UDI, declaró que “el 50% de los partido que apoyan a Bachelet son chavistas” y que “son partidos que están comprometidos con un camino que sólo ha causado dolor en los países latinoamericanos donde existen”, consignó radio Biobío. En tanto, Andrés Allamand, candidato de RN, declaró que “la Concertación, cuando incorpora al PC pierde su identidad en uno de sus aspectos fundamentales, y creo que desde el punto de vista electoral nos favorece a quienes siempre hemos tenido una posición de centro derecha. Creo que es un tremendo error electoral y una gigantesca incoherencia política”. Ambas declaraciones pueden ser leídas en un doble contexto: respecto de Longueira, buscando azuzar el clásico anti- comunismo de la derecha más recalcitrante, trayendo a la memoria colectiva la distorsionada historia del desabastecimiento y los paros en la Unidad Popular, homologada ahora al “chavismo”. Y las declaraciones de Allamand, buscando atraer al centro político, especialmente DC, inconformes con la alianza comunista.

Sin embargo, estas declaraciones encontraron respuesta por parte del PC. Primero, de Daniel Jadue, alcalde de Recoleta, una importante comuna de la capital y miembro del Comité Central del Partido. En una entrevista realizada a CNN, declaraba el actual edil que “el Objetivo para este período del PC es terminar con la institucionalidad heredada de la dictadura. Han pasado 20 años y aún tenemos la misma estructura institucional de la dictadura y ahora tenemos la oportunidad de no cometer el mismo error y ser una nueva mayoría para llevar en estos 4 años los cambios fundamentales que Chile necesita y demanda hace 25 años y aún no los podemos lograr”. Ante la pregunta del periodista de si Bachelet no cumple con el programa, respondió que “vamos a estar nuevamente en la oposición y en la calle protestando como lo hemos hecho siempre”. En cuanto a Karol Cariola, declaró que “nosotros no estamos firmando un cheque en blanco, hemos tenido conversaciones con el comando de Michelle Bachelet como con los otros precandidatos presidenciales; ya hay ciertos compromisos adoptados, por ejemplo, respecto de la educación gratuita, a pesar de que tuvo que dar vuelta una opinión con la que llegó primero a Chile, ella hace hoy en día un compromiso con la educación gratuita universal”.

A pesar de haber cerrado filas en torno de la candidatura de Bachelet, el Partido de Pablo Neruda, Víctor Jara y Luis Emilio Recabarren encuentra contradicciones en el seno mismo de su colectividad. Así, supimos que el día 29 de mayo las Juventudes Comunistas de Osorno se restaron de apoyar a la ahora candidata presidencial del Partido. Y es que el accionar de la Concertación durante el período de la ex presidenta encuentra muchos detractores, en especial dentro de elementos jóvenes ligados al movimiento estudiantil.

Miradas al Sur - 9 de junio de 2013

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