La crisis económica y el cambio en el poder geopolítico en Europa
A finales del siglo pasado y principios del actual, se planteó a nivel mundial un cambio de ciclo hegemónico. Esta sucesión de poder se hizo más patente, en los últimos años, con la llegada de la crisis financiera mundial, que golpeó sobremanera a la economía estadounidense. Se concebía entonces que, con permiso de las potencias emergentes, la Europa comunitaria podía convertirse en el nuevo líder hegemónico por su fuerte peso económico y político a nivel mundial. Representaba, en principio, un modelo cohesionado y complementario, donde se habían aplicado desde la fundación de la CEE una serie de políticas de convergencia basadas en criterios de solidaridad interregional dentro de un conjunto de países cada vez más numeroso que acordaban cesiones de soberanía y concebían un crecimiento conjunto de sus economías, llegando a conformarse un enorme mercado de más de 500 millones de habitantes en 2011. Mostraba además, a pesar de las desigualdades regionales existentes, una economía competitiva por sectores, un desarrollo complementario basado en criterios de solidaridad interregional, una industria competitiva, unas estructuras sociales solidarias con unos Estados de Bienestar de gran tradición y altas cotas de sensibilidad medioambiental liderando todas las políticas y protocolos de actuación medioambientales.
Una salida realista de la crisis del euro: convertir la moneda única en un conjunto de Derechos Especiales de Giro
El euro es la moneda nacional de un país que no existe. Aunque existe un continente europeo, como existe Norteamérica, nunca ha habido un país llamada Estados Unidos de Europa, y probablemente nunca lo habrá.
El euro no es, así pues, una moneda como el dólar norteamericano, y sin embargo se le obliga –de mala manera— a fingirlo con el Tratado de Maastricht, por el que los países europeos abandonaron el derecho a producir sus propias monedas nacionales.
Con el volumen del euro controlado por una autoridad supranacional (el BCE) y con estados miembros punible por quebrantar las reglas del gasto público (un déficit máximo del 3% y un máximo de un 60% de déficit acumulado), el euro, lejos de funcionar como una moneda, funciona más bien como un conjunto de Derechos Especiales de Giro (DEG), según fueron concebidos por Keynes en su plan para Bretton Woods. En su programa de un sistema monetario internacional para despuñes de la II Guerra Mundial, Keynes propuso que se usara para el comercio internacional una moneda (el “Bancor”), reservando el uso de las monedas nacionales para el comercio interior. Las tasas de cambio entre las monedas nacionales y el Bancor estarían fijadas de modo tal, que los países con déficit comercial persistente se verían obligados a la austeridad y a la devaluación, mientras que los países persistentemente excedentarios tendrían gravámenes en Bancors y se les exigiría estimular sus economías para incrementar sus importaciones.
Un plan que no logrará revertir la crisis del euro
El plan del BCE es técnicamente sólido, pero económicamente desacertado. Más destrucción de la demanda no salvará a la moneda única.
Mario Draghi cumplió con su parte. El Banco Central Europeo (BCE) irá a los mercados financieros, en un intento por mantener unida la moneda única hasta tanto los políticos avancen hacia una mayor unión política.
Esa es la buena noticia. La mala es que el proyecto de Draghi no bastará. La impresión que deja el anuncio del jueves de una compra ilimitada de bonos en los mercados secundarios es que técnicamente es sólido, pero económicamente es un error .
Los políticos europeos prisioneros de su propia creación
Observar la actitud de los gobernantes de la Unión Europea (UE) en medio de esta crisis que se afinca y destruye las conquistas sociales que definieron a muchas de las sociedades europeas desde finales de la segunda Guerra Mundial es como ver una interminable película del Gordo y el Flaco, con las torpezas previsibles que se repiten en no importa que contexto, mostrando así que no hay cambios posibles en el guión que los políticos que gobiernan el mundo del actual capitalismo “desarrollado” están llamados a interpretar.
Esta semana Holger Stelzner, editor de la sección económica del diario alemán Frankfurter Allgemeine, puso el dedo en la llaga cuando escribió que frustrados con el fracaso de sus políticas hacia la crisis en la zona euro (ZE), los políticos europeos están ahora escondiéndose detrás del BCE (Banco Central Europeo). Y que cuando a su vez la BCE fracase los políticos deberán reconocer su responsabilidad por haber “aceptado una política de ganar tiempo, pero sin cambiar algunas de las estructuras subyacentes” de la UE.
Rajoy no logra frenar la fuga de capitales
En los primeros seis meses del año salieron de España capitales por 219.817 millones de euros. De los 18 millones de desempleados de la eurozona, 5,7 están en el país ibérico.
Mariano Rajoy intenta por todos los medios transmitir tranquilidad y sólo provoca desconfianza y temor. Los capitales huyen de España en busca de otros países de la eurozona más estables, o fuera de ella. Si 2011 terminó con un saldo favorable de 22.000 millones de euros en el intercambio con el exterior, este año todo se ha invertido; de enero a junio de 2012 ya habían salido del país casi 220.000 millones, 22% del PIB.Y la huida sigue.
La crítica situación económica de España y la desconfianza ante la gestión de Mariano Rajoy han hecho aumentar el temor a un inminente “corralito”, provocando la retirada de depósitos de los bancos por parte de miles de personas y la desinversión de capitales extranjeros.
Robert Castel: “Hay un reinado de la incertidumbre”
Disiente con quienes hablan del fin del trabajo y de la sociedad del riesgo, pero advierte sobre la precarización que todo lo fragmenta. El sociólogo francés visitó Buenos Aires.
Cae la tarde en Recoleta. En el bar del hotel se recompone Robert Castel después de una jornada intensa, al igual que lo fue toda su semana. Dio charlas en la Universidad Nacional de General Sarmiento, la Fundación Sur, la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y hasta se acercó a la intendencia de Morón, junto a otros intelectuales franceses e italianos para conocer detalles de la gestión del joven intendente sabbatellista Lucas Ghi. Sereno y experimentado, Castel habla de inseguridades, incertidumbres, incertezas y el porvenir, en los arrabales parisinos y en las ciudades de la crisis europea.
Se estanca el motor alemán
En una advertencia inesperadamente dura, el Ministerio de Economía alemán señaló que la baja del crecimiento y una fuerte caída en la confianza empresarial en los últimos meses apuntan a “riesgos significativos” para el panorama venidero.
El informe mensual del Ministerio de Economía alemán difundido ayer produjo una señal de alerta sobre la posibilidad de recesión futura. En tanto, el gobierno alemán analiza la convocatoria de un referéndum para definir qué hacer ante un eventual derrumbe del euro.
Alemania se estanca y va a una recesión
El gobierno de Angela Merkel admitió ayer que su economía corre "riesgos significativos"; cayeron varios indicadores decisivos
Parecía blindada contra la crisis que somete al resto del mundo desarrollado, en especial a las otras potencias europeas. Pero en los últimos días, Alemania sintió el derrumbe a su alrededor y entró en riesgo de recesión, al conocerse indicadores que mostraron caídas en la producción industrial, las importaciones, exportaciones e incluso el hasta ahora invulnerable mercado laboral.
En una advertencia inusualmente dura, el Ministerio de Economía admitió ayer que esas cifras y una fuerte caída en la confianza empresarial apuntan a "riesgos significativos" para el panorama del país.
Alarma en la isla de los benditos: la gestión alemana de la crisis pasa factura a la propia Alemania
Decir las cosas tal y como son. Caer en este atrevimiento es llamar al ostracismo social en Alemania, el país de los ilusionistas. “¿Crisis? ¿Qué crisis?”, se preguntan los ciudadanos de la República Federal Alemana mientras señalan con el dedo al resto de Europa. La crisis es cosa más bien de los demás, no nuestra. A nosotros nos va estupendamente. 2011 fue un año récord. Por vez primera el volumen de las exportaciones alemanas a todas las regiones del mundo rompió todos los récords y alcanzó cifras billonarias. Alemania es una isla en auge económico rodeada por la miseria de los países vecinos, que uno tras otro caen en la crisis.
Los bancos británicos, en el ojo de la tormenta
¿Algo huele a podrido en la City de Londres, donde se concentra la industria financiera británica?
En las últimas seis semanas, los tres grandes bancos británicos que habían conseguido salir relativamente ilesos de la crisis financiera se han visto inmersos en escándalos, perjudicando la ya enturbiada reputación de la banca británica y socavando los esfuerzos del sector para eludir regulaciones más estrictas.