Los datos que se suelen publicar y comentar aparecen en la información pública, en lo fundamental, incorporados a análisis globales que expresan el comportamiento de diferentes procesos económicos y sociales en el tiempo. Los respectivos aportes estadísticos no siempre superan la provisión de índices agregados y los analistas que lo comentan extraen conclusiones acerca de dichos comportamientos sólo con la información altamente agregada. Así, por ejemplo, se da cuenta de la trayectoria económica global de un espacio determinado (país o región) a través del desempeño, en los períodos bajo análisis, del Producto Bruto Interno, como principal evidencia de la evolución de la actividad económica en el espacio bajo estudio. Sin  embargo, la posibilidad  de evaluar tal comporta miento o cualquier otro representado por un índice total esconde, en no pocas oportunidades, matices y/o diferencias entre los componentes del dato global que dan cuenta de la   heterogeneidad al interior de la información agregada que es indispensable tomar en cuenta para una adecuada valoración del comportamiento del índice global.

Nos proponemos analizar dos instancias claves de la trayectoria de la sociedad argentina en fechas muy recientes que son altamente representativas de la necesidad de ahondar en la observación detallada de la información agregada si se trata de alcanzar conclusiones certeras sobre su complejo perfil. Una economía dada puede experimentar un descenso acentuado de su nivel productivo, como lo puede expresar el valor del índice del PBI como única referencia estadística. Pero como se verá, en cambio, incorporando los diversos componentes del dato global y sin negar su validez, el juicio acerca de la evolución negativa advertida a través de la lectura del monto del PBI es insuficiente para un preciso diagnóstico de la realidad económica bajo análisis. Resulta indispensable abrir esa información única a partir de referir el estudios a los comportamientos experimentados por los distintos sectores productivos que lo conforman e, incluso, siendo más preciso, reconocer cuales agentes económicos fueron realmente responsables de la caída de la actividad frente a los cuales, eventualmente, hubieron otras unidades productivas tuvieron un perfil positivo pero que no alcanzaron, con su gestión a  compensar el valor negativo de quienes experimentaron una notable contracción.

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^{2 agosto de 2023}