Prat Gay, la pesada herencia

 

Prat Gay dio sus primeros pasos en la política de la mano de Cavallo, quien lo propuso para el cargo de vicepresidente del Banco Central en las vísperas de la crisis de 2001, cuando Prat Gay aún era Director del área de Estrategia de Tipos de Cambio de JP Morgan. No ocupó el cargo porque la oficina anticorrupción consideró inaceptable su designación por los evidentes intereses contrapuestos que violaban la Ley de Ética.

El desplome

 

En el segundo trimestre la economía ingresó en una fuerte recesión. Los números oficiales hablan de una caída interanual del 3,4 por ciento. Cuando esto sucede significa que por detrás del indicador de síntesis, el “-3,4”, existen montones de malas noticias cuyo sólo relato resulta agobiante.

Festival de bonos

El nuevo ciclo de endeudamiento externo público y privado comenzó con 26.710 millones de dólares en apenas tres meses. Se suman otros 5000 millones de dólares recibidos por el Banco Central en un préstamo de corto plazo, con una garantía de 10 mil millones en bonos públicos. Más otros 1489 millones en Letras del Tesoro a corto plazo. El saldo en un solo trimestre alcanzó los 33.199 millones de dólares. Ese monto seguirá aumentando en lo que queda del año. Esta semana habrá una nueva ronda de esas Letras en dólares a 3, 6 y 8 meses, y el plan del blanqueo de capitales de por lo menos 20 mil millones de dólares, según estimaron funcionarios de Hacienda y Finanzas, tiene previsto que una parte se canalice a través de la emisión de títulos públicos a tres y cinco años.

El inmenso esfuerzo social de cancelación neta de deuda iniciado con el pago al FMI, en enero de 2006, proceso que se extendió hasta el final del anterior gobierno, dejó el terreno despejado para que un gobierno conservador pudiera desplegar lo que mejor sabe hacer: endeudamiento gigantesco para maquillar el descalabro fiscal autoinfligido y para abordar la debilidad del sector externo por el déficit comercial y la constante fuga de capitales. Así fue durante la dictadura militar, en la década del noventa con la convertibilidad y ahora en el gobierno de Macri.

El gobierno de Macri sin estrategia y sin conocimiento

El gobierno de Macri va a la deriva de un seguro naufragio, sin un norte claro y sin brújula para llegar a él, se agotó en cinco meses de una anodina gestión, fruto de su falta de representación y sin un plan de verdad, donde nunca se pensó en el mediano y largo plazo , por lo que el único camino que sabe es el de generar oportunidades y negocios para los sectores de mayores ingresos, pero esos sectores no lo reconocen ni como referente, ni como conducción.

El trasfondo del programa financiero de Macri

La multitudinaria marcha del viernes 29 de abril 2016 debe ser un hito, el límite preciso del avance del capital especulativo después de 150 días de jolgorio, incluso lo hicieron por encima de las inconsistencias técnicas de la administración macrista.

Gracias a la movilización y el acto de cierre del mismo, no el macrismo más duro que no logra comprender, sino para el gran capital nacional y extranjero que está detrás del gobierno y que es su principal beneficiario, sabe, ya tiene claros y tajantes indicios que le gente se cansó y que no se puede seguir expulsando trabajadores, aumentar alegremente los precios y ganar lo que se gana en la “timba” financiera, sabedores que lo paga el pueblo argentino en el presente y lo va a pagar en el futuro con la hipoteca que deja la política de endeudamiento por obligaciones de dudoso (más que dudoso incierto) origen y de nuevas emisiones de títulos que lo único que busca es, aprovechando las severas limitaciones técnicas de la administración, que le permite comprar dólares y fugarlos, en una nueva y “agiornada” vuelta de la “tablita” de Martínez de Hoz y de la Convertibilidad.

Reconversión y desocupación

En un contexto de sobre producción relativa de la economía mundial, con epicentro del problema en los países más desarrollados, las mercancías ofrecidas inundan los mercados mientras que la demanda global se ve reducida por vía de las políticas de austeridad aplicadas, y la consecuencia es que se agrava la crisis de sobreproducción. La guerra comercial es inevitable, y todo este ambiente pone a nuestro país en situación vulnerable.

Autoayuda

“Es el neoliberalismo, estúpido”, diría Bill Clinton a los que hablan de pesada herencia. Medido de año a año, pero en especial a partir de diciembre del año pasado y considerando la devaluación, el tarifazo y las paritarias, los sectores de menos ingresos perdieron un 25 por ciento de su capacidad adquisitiva. En la otra punta, los bancos ganaron un 65 por ciento más que el año pasado, en especial por la devaluación y el aumento de las tasas de interés, medidas que tomó el nuevo gobierno. Los cincuenta mil millones de pesos que hasta el año pasado pagaban las mineras, los exportadores de granos y la industria por retenciones a la exportación, ahora los pagan los hogares por consumo eléctrico sin subsidios.

Transmutación de almas

¿Cuál es el criterio para juzgar a un hacedor de políticas económicas? La respuesta no es su ideología ni la naturaleza de los fines perseguidos. Estos factores serían, en todo caso, valoraciones morales. Una posibilidad aséptica, si tal cosa existiese en una ciencia social fascinante, es partir de una de las definiciones más tradicionales de la economía, esa que la define como una simple “caja de herramientas”. El hacedor de política económica persigue determinados fines y para alcanzarlos posee una caja de herramientas, su ciencia, un buen punto para comenzar a valorar su eficacia.

Transmutemos las almas e imaginemos, por un momento, ser un policymaker macrista. Bajo este espíritu los objetivos son claros. Existe un enorme déficit fiscal y es necesario sanearlo para liberar los frenos de las fuerzas productivas. El saneamiento permitirá reconstruir la confianza, desatar un boom inversor y, superado el mal trago inicial, retomar la senda del crecimiento.

El plan de Macri: la recesión programada

Han pasado algo más de 100 días del gobierno de la derecha en la Argentina y hay mucha gente que aún se ilusiona con sus promesas. Ello a pesar de los evidentes signos que demuestran que el rumbo real va en el sentido contrario a sus palabras, comenzando por el incremento violento de la inflación que se disparó desde el anuncio de la devaluación, el recorte de programas sociales y el despido de miles de empleados públicos que los atendían, una creciente desocupación en las actividades privadas, los entreguistas acuerdos con los fondos buitre con su usuraria carga de capital, intereses y endeudamientos potenciales.

La fuga

La compra de moneda extranjera para atesoramiento, lo que antes se llamaba el dólar ahorro, se multiplicó por 2,5 en el primer bimestre del año. La fuga de divisas por esta vía escaló a 3500 millones de dólares entre enero y febrero, contra el record anterior de 723 millones de noviembre, cuando las expectativas de devaluación se habían disparado por la posibilidad de un triunfo de Cambiemos, que se concretaría luego a fines de ese mes.