Después del neoliberalismo: Estado y procesos políticos en América Latina.
La aparición de un libro de Carlos Vilas constituye siempre un acontecimiento para celebrar. Cuando lo leemos comprobamos una vez más que defiende el interés nacional y las conquistas populares, y que lo hace con seriedad, rigor técnico y muy buena prosa.
Jean Touchard, legendario director del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Paris, solía recordar en su cátedra, que a escala internacional existían dos grandes escuelas de ciencias políticas: la norteamericana y la francesa. El rasgo distintivo de cada una -sostenía- era que la norteamericana estudiaba a fondo, exhaustivamente y con gran rigor en el método, problemas irrelevantes, que importaban a muy pocos. En cambio, la escuela francesa estudiaba con superficialidad temas fundamentales.
El dilema europeo
Europa está intentando sortear una crisis financiera derivada de la alta exposición de sus bancos a las deudas soberanas de los países de la región. Los problemas se desencadenaron en Grecia, Irlanda y Portugal, pero también se extienden sobre España e Italia, que tienen un peso específico mucho mayor.
Y en este entorno, debe lidiar con muchos problemas para evitar el mal más temido: el contagio de un país al resto de la región. Tarea difícil por partida doble, por un lado, por la acendrada concepción neoliberal que impera en los dirigentes de la UE, y por otro, por las decisiones indiscutidas del sector privado financiero, y dentro de éste, de las calificadoras de riesgo, que acentúan los riesgos sistémicos.
El ajuste es un callejón sin salida, puesto que además de sus altísimos costos sociales, lleva a una caída del producto y de los ingresos fiscales, intensificando aún más los déficits presupuestarios.
Una estafa de 16 billones de dólares
La atención de la opinión pública internacional está centrada en el acuerdo pírrico firmado entre Barack Obama y el Congreso mediante el cual el presidente se compromete a aplicar un duro programa de ajuste fiscal, centrado en el recorte de gastos sociales (salud, educación, alimentación) e infraestructura por 2,5 billones de dólares (2.500.000 millones de dólares) pero preservando, como lo exige el Tea Party, el nivel actual del gasto militar y su eventual expansión. A cambio de esto, la Casa Blanca recibió la autorización para elevar el endeudamiento de Estados Unidos hasta 16,4 billones de dólares (es decir, 16.400.000 millones de dólares), cifra superior en unos dos billones al PIB de ese país. Con esto se espera –confiando en la “magia de los mercados”– superar la crisis de la deuda pública y reactivar la languideciente economía norteamericana. Esta receta ya fue implementada a sangre y fuego en América latina y no funcionó; y tampoco lo hizo en la convulsionada Europa de estos días. Con este acuerdo, lo único seguro será el agravamiento de la crisis y, de su mano, la acentuación de la belicosidad norteamericana en el escenario mundial.
La catastrófica claudicación de Obama
El acuerdo para elevar el techo de la deuda federal está a punto de ser aprobado. Si esto sucede, muchos comentaristas anunciarán que se ha evitado la catástrofe. Se estarán equivocando.
Porque el acuerdo en sí, según la información disponible, es una catástrofe, y no sólo para el presidente Barack Obama y su partido. El acuerdo perjudicará a una economía que ya está en recesión, probablemente agrave aún más el eterno problema del déficit norteamericano y, lo que es más importante todavía, al demostrar que la extorsión descarada funciona y no tiene costo político, arrastrará a Estados Unidos por el camino de las repúblicas bananeras.
El avance de la derecha 1975-1983
El libro recientemente publicado del periodista Diego Ramírez "Horacio Giberti: Memorias de un imprescindible" ha tenido una significativa aceptación, no solamente entre los lectores familiarizados con la temática sural, sino con el publico en general.
El volumen –que repasa y contextualiza los principales acontecimientos desde los años previos a la crisis de 1930, hasta el mayo conflicto agropecuario desatado en el país en el 2008- fue editado por el Centro Cultural de la Cooperación y la Universidad Nacional de Quilmes, con los auspicios del Fondo Nacional de las Artes, la Fundación Estado Trabajo y Producción, y el Instituto Argentino para el Desarrollo Económico.
En el nº257 de Realidad Económica se reprodujo como anticipo algunos fragmentos del capítulo 10 “Un período intenso: 1973-1974”. En esta oportunidad publicaremos una parte del capítulo 11 “El avance de la derecha 1975-1983”.
Historias mínimas - Experiencias de Pequeñas Empresas
Autopartista
La empresa API SA se encuentra ubicada en Romang, Santa Fe, una ciudad que cuenta con apenas diez mil habitantes. Nació hace sesenta años, a partir de incorporar una técnica que sus primeros dueños llevaron desde Buenos Aires para fundición de hierro. “En ese momento sólo había un cubilote (horno) y trabajaban apenas ocho personas”, explica Julio Erro, responsable actual de la firma. Con esa estructura la empresa incursionó en 2005 en el sector de autopartes. “Gestionamos un crédito Fonapyme del Banco Nación para nuestra primera máquina hoyera automática y mixturador para autopiezas. Fuimos de los primeros”, relata. Hasta el momento se manejaban con financiamiento propio. La máquina costó en el exterior 230 mil dólares y le permitió a la empresa entrar el Grupo Fiat, a quien abastece de 30 piezas para la división de camiones Iveco y tres piezas para los modelos Palio y Siena, tanto los que se producen en el país como en Brasil. Actualmente cuentan con una planta de 90 empleados y gestionan un nuevo crédito para ampliar su capacidad productiva. Ya fueron tentados por el país vecino para instalar la planta allá. “No hay chances, el desarraigo de nuestro pueblo sería terrible”, se sincera Erro. Las firmas Volkswagen y General Motors se contactaron con la empresa para tenerla como proveedora de autopiezas. En estos momentos trabajan con el Grupo Fiat en el desarrollo de los modelos que fabricará la terminal en 2014
Boom...
Pocas veces en la historia económica argentina se conjugaron altos niveles de crecimiento económico con una mejora sustancial de la matriz productiva. En los últimos años, se exhibe un escenario novedoso: aumento record de la actividad, tanto en porcentaje como en permanencia, y recuperación del aparato productivo. En este marco, la protección de la pequeña y mediana empresa dejó de ser un discurso para ser el centro de las políticas oficiales. Este segmento es vital en el desarrollo económico, lo que puede verificarse en su participación en los países desarrollados. Las pymes constituyen las organizaciones con mayor capacidad de adaptación a los cambios tecnológicos y de generación de empleo, con lo que representan un importante factor de política de distribución de ingresos a las clases media y baja. El principal escollo del sector es la falta de crédito bancario. En un relevamiento realizado por Cash se observa que el Gobierno destinó más de 21 mil millones de pesos en distintas formas de financiamiento y acceso a préstamos.
Las pymes en general, y las dedicadas al sector industrial en particular, comenzaron a adquirir mayor relevancia en la economía argentina en los ’50 y ’60, durante la vigencia del modelo de sustitución de importaciones. Ese desarrollo se vio obstaculizado en las tres décadas subsiguientes, producto de una política que privilegió la importación por sobre la fabricación local, sumada a las recurrentes crisis que vivió el país en esos años. Tras la debacle económica y social de 2001-2002, se inició un nuevo proceso productivo en el que las políticas públicas pusieron a este segmento de empresas en el centro de la escena.
Los mercados atacan Lisboa
La agencia de calificación Moody’s vaticinó que Portugal necesitará pronto un segundo rescate financiero. Paralelamente, la Bolsa de Valores cayó en picada esta semana y ensombreció más el panorama.
Las agencias de calificación de riesgo estadounidenses parecieran decididas a desestabilizar el euro sea como sea. Si diez días atrás era contra Grecia contra quien volvían a centrar sus ataques, igualando al valor de los bonos de su deuda externa con los “bonos basura”, estos últimos días los golpes fueron lanzados contra Portugal, equiparando sorpresivamente también el nivel de su solvencia para pagar la deuda externa con los “bonos basura”.
“Es como un puñetazo en el estómago”, dijo el flamante primer ministro portugués, el conservador Pedro Passos Coelho, sorprendido por la actitud asumida por una agencia de gran referencia para ‘los mercados’.
Masivos festejos en China para revalidar el poderío del PC
China está disfrazada de rojo: sus calles, sus principales portales de Internet, sus canales de televisión, su gente y hasta las canciones revolucionarias que se cantan en los parques.
Experta en organizar fiestas masivas, China no podría dejar pasar los festejos por los 90 años del Partido Comunista Chino (PCC) sin impregnar su tierra del color base de la fundación de la República Popular para recordarles a sus habitantes que fue gracias a esa fuerza política, militar y social que el país se trazó el camino de crecimiento que lo llevó hoy a ser uno de los grandes del mundo.
Así lo muestran las decenas de emisiones televisivas y las películas estrenadas -como La fundación de la República- que recuerdan los primeros pasos del partido, las decisiones tomadas y sus grandes líderes.
La maquinaria propagandística del PCC lleva funcionando más de un mes. En cada emisora, canal de TV o Internet se ha mencionado la importancia de su existencia, hasta el punto de que esta semana, días antes de la verdadera celebración, las palabras "nacionalismo", "obligación", "respeto", "cautela" y "agradecimiento" se unieron en una sola acción: elevar la bandera roja con la hoz y el martillo, y entrar en un ambiente festivo.
Los dos modelos económicos en discusión
Nos proponemos presentar y discutir los contenidos básicos de los dos modelos económicos en pugna hoy en la Argentina.
En rigor a la verdad, dos modelos vienen recorriendo los ejes de las políticas globales- tanto estatales como privadas- del proceso de acumulación de capital en nuestro país desde hace décadas. Pero con mucha mayor intensidad, desde el abandono del modelo de sustitución de importaciones, basado principalmente en la dinámica del mercado interno, en 1975, cuando la Dictadura comienza a implantar el modelo que denominamos conservador o de Sociedad de Mercado.
La profunda transformación de la sociedad argentina, que entonces se plantea a punta de fusil, no culmina con la definitiva puesta en marcha de las estrategias contenidas en este modelo. De ello se encargará, a seis años de la vuelta a la democracia, el período menemista y su continuación: el del gobierno radical de Fernando de la Rúa.