Los dos modelos económicos en discusión
Nos proponemos presentar y discutir los contenidos básicos de los dos modelos económicos en pugna hoy en la Argentina.
En rigor a la verdad, dos modelos vienen recorriendo los ejes de las políticas globales- tanto estatales como privadas- del proceso de acumulación de capital en nuestro país desde hace décadas. Pero con mucha mayor intensidad, desde el abandono del modelo de sustitución de importaciones, basado principalmente en la dinámica del mercado interno, en 1975, cuando la Dictadura comienza a implantar el modelo que denominamos conservador o de Sociedad de Mercado.
La profunda transformación de la sociedad argentina, que entonces se plantea a punta de fusil, no culmina con la definitiva puesta en marcha de las estrategias contenidas en este modelo. De ello se encargará, a seis años de la vuelta a la democracia, el período menemista y su continuación: el del gobierno radical de Fernando de la Rúa.
Los griegos, entre el abismo y la esperanza de la "salida argentina"
El modelo argentino no sólo inspira a los manifestantes griegos que se oponen al nuevo programa de ajuste que reclaman la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El espectro del default de 2001 sobrevuela también las reuniones de funcionarios europeos e incluso determina los brainstormings que organizan dirigentes de bancos y fondos especulativos en las grandes capitales financieras para estudiar las hipótesis que se abren si Grecia no puede (o no quiere) ser rescatada y cae en cesación de pagos.
No hay ninguna duda: los griegos no son alemanes. Desde hace 27 siglos que el pueblo que le dio la democracia al mundo piensa que el ciudadano tiene derecho a dar su opinión en la gestión del Estado.
Por esa razón, los 12 millones de griegos se niegan a aceptar el nuevo plan de rescate exigido por la UE y el FMI. Por una abrumadora mayoría del 80 por ciento, han decidido oponerse al nuevo programa de ajustes, privatizaciones y austeridad que propone el primer ministro Giorgios Papandreu.
Como en el ágora de hace 2700 años, centenares de atenienses se reunieron en la noche de ayer en la plaza Syntagma, frente al Parlamento, para escuchar con calma y pasión los discursos de los oradores improvisados que repiten una y otra vez que "no pasarán" y, francamente, "que se vayan todos".
En el fondo, los griegos comienzan a preguntarse si no habrá otra forma más fácil y menos dolorosa de salir de este atolladero. E, inevitablemente, la experiencia argentina de hace diez años está cada vez más presente en la reflexión.
"Después de los terribles años del default durante los cuales la economía argentina se hundió en forma dramática, el país consiguió recuperarse fácilmente. No es lo que nos prometen nuestros socios de la UE y el FMI", proclamó a través de un megáfono Kostas Vatzisis, un sociólogo que desde hace 20 días -como su ancestro Diógenes en el barril- acampa en la plaza Syntagma. "Entre miseria sin salida y default con esperanza, ¿qué es mejor?", reflexionó.
A la luz de las previsiones del FMI, Vatzisis podría tener razón. Según el organismo internacional, la economía griega se habrá contraído el 9,3 por ciento desde 2008 a fines de este año. Y si bien el Fondo afirma que Grecia comenzará a salir del pozo el año que viene, las proyecciones anuncian un crecimiento anémico de alrededor del 2 por ciento anual. A ese ritmo, a fines de 2016, la economía griega habrá recuperado apenas los niveles de 2008.
La solución argentina
Ante esa perspectiva, los griegos bien podrían decidir que la solución argentina es la única posible. En otras palabras: salir del euro, declararse en default y devaluar. Y, a juzgar por la multiplicación de declaraciones alarmistas que formulan numerosos representantes del sector financiero, esa posibilidad parece ser tomada muy en serio por expertos y mercados.
Los expertos y analistas argumentan que ningún sector de la sociedad griega parece haber comprendido exactamente la gravedad de la situación. "La gente común no entiende lo que esto significa. No sólo para Grecia, sino para la economía mundial", afirmó Jan Randolph, director de Sovereing Risk Analysis de IHS Global Insight.
En Grecia -afirman los especialistas de Londres, Nueva York y Fráncfort-, el gobierno y la oposición se acusan mutuamente de obstaculizar una solución; los asalariados del sector privado responsabilizan a los empleados públicos, y éstos a los evasores fiscales, mientras que la mayoría de los griegos afirma que el verdadero problema son los políticos corruptos.
"Es difícil de creer que los griegos están haciendo todo este escándalo con la cantidad de dinero que les estamos ofreciendo", afirmó un agobiado responsable de un banco central europeo.
En un año, el gobierno redujo en un 20 por ciento los empleos públicos, elevó la edad de la jubilación de las mujeres, recortó las jubilaciones en más del 10 por ciento y congeló las contrataciones.
A pesar de todo, los problemas persisten. Según el Ministerio de Trabajo, el 25 por ciento de la economía del país opera en negro y las empresas públicas deficitarias le costaron al Estado 18.000 millones de dólares entre 2004 y 2009.
"El gran peligro para el nuevo plan de rescate son los mismos griegos", afirmó esta semana en una nota el banco J.P. Morgan.
Para los griegos, la cuestión se plantea exactamente al revés. "El gran peligro que acecha a Grecia y al resto del mundo es el control absoluto del mundo financiero sobre todas las actividades humanas", señaló a La Nacion Nikolai Pappas, doctorante de Ciencias Políticas en la Universidad de Atenas.
Con tres diplomas universitarios, Nikolai es uno de los miles de jóvenes que se han visto obligados a aceptar un trabajo de mozo de café para poder sobrevivir. "Cobro 500 euros por mes y pago 350 de alquiler. ¿Alguien me puede explicar cuál será la ventaja de seguir haciendo más sacrificios? ¿Que los bancos y fondos de inversión puedan seguir ganando fortunas?", se preguntó.
71.000 millones de dólares
Debe recaudar Grecia, a través de privatizaciones de empresas, para poder pagar la deuda.
170.000 millones de dólares
Se estima que necesita el país para evitar la bancarrota del Estado y el default de sus obligaciones externas.
130.000 millones de dólares
Recibirá, por lo menos, Grecia en un segundo rescate financiero preparado por la UE y el FMI.
Lavado de Dinero
La Argentina mantiene en ejecución un “Plan de Acción” presentado ante el GAFI y destinado a adecuar las políticas domésticas antilavado y contra la financiación del terrorismo a los estándares internacionales
Entre los puntos salientes de ese plan figura la creación de Grupos de Trabajo integrados por representantes de los organismos a los que concierne la prevención de estos delitos, entre ellos el BCRA, a los fines de armonizar las normas de todos los actores del sistema.
La Resolución 37/2001 obliga a los bancos a instrumentar nuevas medidas de identificación y conocimiento de sus clientes en orden a la prevención de operaciones de lavado y financiación del terrorismo.
La medida alcanza a las entidades sujetas a los regímenes establecidos por las leyes N° 21.526 y 18.924 y sus modificatorias, así como a las personas físicas o jurídicas autorizadas por el BCRA para operar en la compraventa de divisas bajo forma de dinero o cheques, o en la transmisión de fondos dentro y fuera del territorio nacional.
Asimismo, la resolución fija en 30 días hábiles el plazo para reportar operaciones sospechosas y reduce a sólo 48 horas el período para comunicar a la UIF toda transacción con indicios de ser delictiva.
Integración monetaria, crisis y austeridad en Europa
Partiendo de un análisis de la construcción neoliberal de la integración monetaria europea se analizan la crisis económica griega y las políticas de austeridad de corte hayekiano que se están utilizando para nfrentarla. Tras caracterizar teóricamente dichas políticas, se analiza cómo su generalización en Europa contribuye a profundizar la crisis europea comprometiendo la reactivación de la economía mundial. No obstante, la causa de la crisis es la pérdida de soberanía monetaria de cada país y el financiamiento del Estado se sustenta a través de los inversionistas financieros bancarios y no bancarios.
Tragedia griega
Los planes de ajuste en los países periféricos de la eurozona son presentados como las medidas necesarias para una economía desequilibrada fruto de la irresponsabilidad de gobernantes. El supuesto despilfarro en las cuentas públicas busca ser saneado con fuertes recortes en sueldos de empleados públicos y jubilaciones y con recursos adicionales originados de aumentos de impuestos y ventas de activos estatales. La raíz de ese déficit se encuentra en el sistema de moneda única europeo, que ha arrastrado a un desequilibrio estructural en la competitividad entre naciones centrales, Alemania y Francia, y las periféricas. Con el euro, las potencias europeas han mejorado su competitividad relativa. Esto tuvo como resultado un incremento del déficit de cuenta corriente de los países atrasados, que durante el período de bonanza han podido equilibrar con financiamiento de bancos alemanes y franceses. Esos créditos estuvieron orientados hacia el sector público y también al privado, que alimentó una burbuja de consumo. Esa inmensa deuda se encuentra hoy en los balances de esos bancos. Los brutales planes de ajuste, que sólo encuentran límites cuando la población alcanza su máximo nivel de tolerancia al despojo, están al servicio de cuidar las cuentas de los bancos. Se sabe que las sucesivas medidas de recortes del gasto público son recesivas y, por lo tanto, no permiten recuperar solvencia fiscal para pagar esa deuda. Los ajustes que vienen acompañados de rescates financieros del FMI y la Unión Europea son una estrategia para salvar a los bancos, a la vez de ganar todo el tiempo posible antes de declarar el inevitable default, abierto o maquillado con la denominación de reestructuración voluntaria de deuda. En ese lapso, los bancos tuvieron la oportunidad de ir disminuyendo su exposición crediticia a esos países en crisis, cobrando al vencimiento con el dinero aportado por el FMI y la UE, que pasan a ocupar el lugar de principales acreedores.
“Situación financiera de Estados Unidos es peor que la de Grecia”
El cofundador y gestor del fondo de inversión Pacific Investment Management (PIMCO), Bill Gross, afirmó ayer que la situación financiera de Estados Unidos es peor que la de Grecia u otros países europeos afectados por la crisis de deuda. «Cuando se suman todos los fondos que debe EE.UU. para cubrir futuros pasivos de los programas de ayuda social, está en peor situación financiera que Grecia y otros países europeos», afirmó Gross en una entrevista con la cadena de televisión CNBC.
El administrador del mayor fondo de bonos del mundo dijo que las miradas apuntan a la deuda pública estadounidense, que supera los 14,3 billones de dólares, pero no se habla de los programas federales como Medicare (subsidios para el cuidado de la salud de ancianos), Medicaid (cobertura médica para pobres) y el Seguro Social (jubilaciones), que elevan la cifra a 50 billones de dólares. Señaló, además, que el Gobierno federal también está en apuros por otras deudas relacionadas con el rescate del sistema financiero aprobado por la Casa Blanca tras la crisis de 2008 y 2009. Gross calcula que sumados todos los frentes, la deuda real de EE.UU. «se acerca a los 100 billones de dólares», y aunque acepta que esa cifra puede ser tirando a lo alto, sitúa al país en una posición fiscal «altamente inviable» que llevará tiempo resolver.
China le advierte a EE.UU. que cumpla con el pago de la deuda
Mientras el gobierno de Estados Unidos admite que su economía marcha muy lentamente y busca el modo de bajar el enorme desempleo, China advierte a Washington que “no juegue con fuego” con su deuda, porque, para ellos, existe un riesgo real de que la mayor economía del mundo entre en default .
Esto es porque varios legisladores de la oposición republicana contemplan la idea de postergar el pago de intereses por unos días, lo que técnicamente sería un default. Piensan que es un precio que vale la pena pagar si eso fuerza a la Casa Blanca a recortar drásticamente el gasto, dijeron fuentes citadas ayer por la agencia de noticias Reuters.
Estados Unidos al borde de la cesación de pagos
El presidente Barack Obama todavía no consigue que el Congreso amplíe el límite de deuda y sobrevuela el default.
Ni los efectos del terremoto de Japón, ni el elevado precio del crudo ni la crisis de deuda de la zona euro. El verdadero riesgo al que se enfrenta la economía global es que el gobierno de Estados Unidos incurra en un impago de su deuda.
Así lo ha asegurado esta semana el presidente de la Reserva Federal (Fed) del Estado de San Louis, James Bullard, quien ha reconocido a la agencia Reuters que “si la situación fiscal de Estados Unidos no se maneja correctamente, podría convertirse en un shock macroeconómico global”. Bullard agregó que “la idea de que Estados Unidos pueda amenazar con un impago de su deuda es peligrosa”. Las declaraciones de Bullard se sumaron a una cadena de advertencias: la consultora de riesgo Fitch amenazó esta semanacon quitarle a Estados Unidos su máxima calificación crediticia (AAA) si sus políticos no llegan a un acuerdo para elevar el techo de la deuda. Su competidora, Moody’s había sido más terminante unos días antes.
La protección industrial
Los tiempos en que se sostenía que la libertad de comercio internacional sin restricciones era el motor del progreso y por lo tanto nada debía frenarlo o interponerse en su camino, van quedando detrás y seguramente en pocos años la frágil memoria colectiva se encargará de concluir que nunca se dijo o pensó tal cosa.
Desde la explosión de la burbuja financiera en 2008, está claro que Estados Unidos y Europa han quedado en estado de shock en materia de modelos económicos. No atinan a encontrar el camino para recuperar el empleo en sus geografías nacionales, ya que antes de ese momento, las grandes compañías multinacionales se habían encargado de dispersar sus unidades productivas por todo el planeta y en los países centrales había aumentando de manera desproporcionada el empleo en las finanzas y los servicios, que ahora son de mucho más difícil recuperación.
La ira de los Indignados
La derecha catalana apela a la represión para sofocar la protesta pacífica de los jóvenes españoles. Los indignados -a los que esa derecha acusa de comunistas, antisistema y guerrilleros urbanos- responden que no son antisistema, "el sistema es antinosotros".
Su manifiesto condena a la clase política española en su conjunto y a los medios corporativos aliados del capital financiero, que han causado la crisis económica y se benefician con ella
A continuación se reproduce una recopilación especial de artículos acerca de la situación política económica y social que sufre España, publicados en la edición impresa del periódico Miradas al Sur.
· "Cuando el Norte es el Sur en España"
· Entrevista - Juan Carlos Monedero: “Europa vive una noche negra”
· "Apuntes de un acampante español"
· "La primavera árabe se expande"