El Círculo Rojo se dobla, pero (todavía) no se rompe con Javier Milei

Francisco Basualdo - Eugenia Muzio

La reacción corporativa ya no es lo que era. El G6, dividido entre ganadores y perdedores. Crisis en las estructuras, el caso Belocopitt y la grieta en la UIA.

Intervención estatal de mercados, descalificaciones personales contra dirigentes de empresas, ruptura o suspensión de contratos, regulaciones a medida de los grandes competidores y negociaciones mano a mano. Apenas un muestreo de las medidas adoptadas en los primeros seis meses del gobierno de Javier Milei que están dividiendo las aguas en el Círculo Rojo y socavando sus espacios de representación.

Si alguna de estas medidas hubieran sido implementadas por un gobierno populista intervencionista, como suelen definir en círculos del poder económico al kirchnerismo, habría derivado en un cierre de filas inmediato de la élite empresarial para defender el statu quo; pero no está ocurriendo.

En consonancia con el clima social de "siga, siga" que le extiende el crédito a la administración mileísta; el empresariado se mantiene en su postura de no levantar la voz, pese a que el modelo libertario paralizó la industria y deprimió el consumo aún más que en tiempos de pandemia.

Un nuevo mapa de poder empresario

Tal como viene contando Letra P, este escenario inédito hizo que emergieran nuevos ganadores y perdedores y surgieran crisis en las estructuras de organización corporativa, que están mutando hacia formas todavía desconocidas.

En este contexto, las entidades empresarias principales no logran expresar posturas homogéneas frente a una crisis económica que sacude la normalidad del mercado. Se imponen, en cambio, posiciones tiempistas, de espera, impulsadas por compañías o holdings que pescan en la pecera libertaria de la crisis.

"El G6 siempre se ha expresado en cuestiones de alta política", planteó uno de los integrantes del Grupo de los Seis. El conjunto reúne a las representaciones empresarias principales: la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), la Unión Industrial Argentina (UIA), la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la Cámara Argentina de Comercio (CAC), la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA) y la Sociedad Rural Argentina (SRA).

Tres de los seis sectores representados por estas cámaras están sufriendo pérdidas fuertes en la era libertaria: la construcción, con mermas del 37%; la industria, con contracciones del 30%; y el comercio, con un consumo frenado y con caídas mensuales que alcanzan el 4,5%.

Ni el patito feo ni el Titanic

Una fuente corporativa aseguró a Letra P que el armado empresarial "nunca salta porque uno o dos de sus sectores que lo representan estén en caída".

"No somos el Patito Feo", respondió un empresario que está al frente de una de las entidades golpeadas por el ajuste y la motosierra libertaria al ser consultado por este medio por la falta de un reclamo corporativo del G6.

"El 'sálvese quién pueda' tampoco va. Queremos que vaya a flote, que no sea como el Titanic", graficó la fuente empresarial.

El caso Belocopitt y la interna de la UIA

El caso de las empresas de medicina prepaga beneficiadas con la desregulación del sector y después denunciadas judicialmente por el Gobierno evidenció la falta de acuerdos entre quienes manejan el mundo empresarial. En cualquier otro escenario político, el ataque de Milei y el ministro Toto Caputo a Claudio Belocopitt, dueño de Swiss Medicalhubiera derivado en una reacción corporativa inmediata. No fue así.

Toto Caputo defendió el modelo ante empresarios e inversionistas

Toto Caputo defendió el modelo ante empresarios e inversionistas

La UIA, en tanto, está atravesada por el desacople entre las empresas medianas y los grandes jugadores que, recién el mes pasado, dieron el visto bueno a un comunicado expresando la preocupación por "la caída de la actividad y su impacto, principalmente en las pequeñas y medianas industrias".

La grieta interna en la UIA es porque los sectores más afectados, entre ellos quienes producen en el cordón Rosario-San Nicolás, reclaman acciones concretas frente a una recesión que no parece tener piso y que ha dejado a las empresas sin recursos intermedios para no llegar al despido de personal.

Las pequeñas y medianas empresas atribuyen esta falta de posicionamiento a la cúpula de la UIA que preside Daniel Funes de Rioja, quien llegó al poder de la UIA bancado por el grupo Techint de Paolo Rocca.

Toto Caputa con el Círculo Rojo

Toto Caputa con el Círculo Rojo

Sobran los ejemplos que muestran a Funes de Rioja y a Rocca afines al Gobierno. El abogado a través del estudio Bruchou & Funes de Rioja, que escribió la ley ómnibus y aportó al nuevo titular de la Aduana, Eduardo Mallea. Rocca, en tanto, ubicó a Julio Cordero como secretario de Trabajo y a Horacio Marín en la presidencia de YPF. Hay más nombres.

La reacción de otros sectores

Otro de los dirigentes cuestionados es Mario Grinman, de la CAC, quien esta semana recibió a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, luego del escándalo de los alimentos retenidos en galpones de la cartera social. En ese contexto, Grinman reiteró su apoyo al proyecto de ley Bases y ratificó: “Lo hacemos por convicción. En la CAC nos interesa que la Argentina funcione. Estamos a disposición para colaborar desde nuestras áreas técnicas”.

El campo, representado por la SRA, al parecer se conforma con las promesas públicas de Milei y en reclamar una devaluación en reuniones privadas con funcionarios. "Por ahora, sigue conviniendo financiarse con crédito en dólares. El blend parece seguir. No sabemos el segundo semestre con qué nueva va a llegar", dijo a Letra P una fuente del sector.

 

Fuente: Letra P - Junio 2024

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