Impresiones desde la derrota

Dossier

 

En este momento de la Argentina hay que pasar momentos reunidos, juntarnos, mirarnos a los ojos, abrazarnos, querernos y no absorber el odio que tiene la derecha, nosotros libres de ese veneno y amándonos mucho…

Nora Cortiñas

La derrota de la izquierda
Horacio Tarcus

Solo una opinión. No es cierto lo que se apresuraron a anunciar hace instantes los portales de las izquierdas. Estas elecciones no representan sólo una derrota del kirchnerismo, de Unión por la Patria o el peronismo en general. Son sobre todo una derrota de la izquierda. Una derrota política, social y cultural de la izquierda, de sus valores, de sus tradiciones, de los derechos conquistados, de su credibilidad…

Digámoslo en plural: de las diversas izquierdas: derrota de la centro izquierda que se suicidó hace ya mucho tiempo aliándose a la derecha; derrota de la izquierda nacional-populista que se disolvió en un kirchnerismo en franco retroceso; y derrota de la izquierda radical, que con su prescindencia frente a los grandes desafíos políticos («no es fascismo»), su autorreferencialidad «metimos un diputado más!») y sus 10 grupúsculos enfrentados entre sí han permitido que lleguemos esta situación límite.

Esta crisis se remonta en el tiempo. Si miramos hacia atrás, comprobamos que es muy poco lo que dio la izquierda radical en estos 40 años de democracia. Se le pueden reconocer avances en la disputa de la dirección de los gremios a la burocracia sindical, capacidad de movilización para resistir y no mucho más. Ofreció más bien promesas de una construcción política nueva y unitaria que se iban frustrando a través de sucesivas divisiones y acusaciones recíprocas.

Todos sabemos que sus diferencias internas no son sustanciales. Podrían debatirse y dirimirse en el seno de un partido de la izquierda que las contuviera. La necesidad de diferenciación lleva a cada una a convertir meras apreciaciones tácticas en diferencias estratégicas. El más politizado de los trabajadores estaría en dificultades para explicar las diferencias entre una y otra organización. Su unidad en el FIT (de algunas organizaciones, no todas) es solo electoral y se dio de modo forzado por las condiciones que impuso la ley que reguló las PASO.

Los portales se apresuraron a exclamar: el peronismo fue el derrotado de esta jornada. No es cierto, se trata de una derrota popular, de una inusitada gravedad. No basta, como se está haciendo en estos minutos, con anunciar que los diversos grupos van a llamar a resistir en la calle. Habrá que resistir, pero eso no basta. Está a la vista que esas lógicas están en retroceso, en la Argentina y en todo el mundo.

Las diversas organizaciones de la izquierda radical deberían, en función de la gravedad de la situación, convocar a una asamblea abierta a todos los trabajadores y trabajadoras, a todos los movimientos sociales, y disolver en ella sus estructuras anquilosadas. Deberían trabajar el tiempo que fuera necesario para acordar la formación de una herramienta política de izquierda, nueva, unitaria. Si se hiciera con inteligencia y creatividad, el espacio político a conquistar no sería menor, considerando además que la centroizquierda desapareció. Los años que vienen requerirán de una herramienta política unitaria defensiva. Y también un espacio colectivo para pensar cómo ir más allá de la resistencia, cómo ofrecer un proyecto creíble de sociedad alternativa.

Entiendo que no es un paso que las organizaciones de izquierda darán alegremente. Pero creo que es lo exige la gravedad de la situación. O se busca la unidad en una forma política a inventar, o la izquierda radical también se condenará a la absoluta marginalidad, mayor aún que la marginalidad presente.

- Horacio Tarcus, Doctor en Historia, investigador, fundador y director del CEDINCI.

 

El horizonte se ha oscurecido
Alcira Bonilla

Tengo 78 años. Los recuerdos de los horrores vividos desde el bombardeo de 1955 y, especialmente, durante la dictadura del 76 acuden en malón a mi memoria y me erizan la piel. El negacionismo que quiere borrarlos, terminará con nuestra democracia. A ellos se suman las memorias de los diversos expolios económicos que sufrimos y las situaciones de incertidumbre económica y laboral. Disiento con el candidato Massa. Los resultados revelan que no logramos instituir la democracia como valor, que el ejercicio de los derechos no fue tomado en cuenta y que la historia vivida no caló en la vida de la mayoría. Desde mañana estaremos sometidos a la arbitrariedad de un desequilibrado, al retorno del terror represivo y al poder de los capitales concentrados. Peligran los derechos, la seguridad cotidiana, las jubilaciones, el PAMI y las obras sociales, la enseñanza, la investigación, el arte y la salud pública, el trabajo legalizado, la posibilidad de disentir y de expresar libremente las ideas. Entramos nuevamente en un período negro de la historia argentina. El horizonte se ha oscurecido.

- Alcira Bonilla, Doctora en Filosofía y Letras, Investigadora Principal ad honorem del CONICET.

 

Lugares vacíos y avisos con sordina.
Bruno Napoli

Es difícil sentir sorpresa ante el triunfo de Javier Milei en la elección presidencial de este 2023. Se podría pensar que un personaje mesiánico que habla con su perro muerto, repite frases contundentes para la comunidad de tik tok y se abre paso a empujones (siempre en escenarios donde lo dejan empujar, va de suyo) es una alarma de incendio; pero quizás sea el fuego mismo de una sirena que duró varios años y no quisimos o no supimos escuchar. Este aviso, visto a la breve distancia y ya en medio de las llamas (las primeras) sorprende aún más. Pensar los lugares vacíos que la política argentina dejó en ese lapso de tiempo causa mayor estupor que el triunfo de quien los ocupó con casi nada. Transitamos la alarma con un presidente ausente en los cambios que eran necesarios, y muy presente en desaciertos que fueron comidilla para sus compañeros de ruta. Al tiempo, su mentora y compañera de fórmula no se cansó humillarlo en público ante auditorios repletos de entusiastas, que leían el gesto como un triunfo de la “política”, tan naif como sectorial y palaciego, tan lejos de lo que se debía resolver. Estas ausencias de responsabilidad institucional, estos vacíos de decisiones para lo cotidiano, estas humillaciones circenses para calmar ánimos en el coliseo, fueron un “aviso de incendio” con sordina. En el tránsito al desmadre, nunca elaboraron un plan de acción, solo decisiones inconexas que reforzaron su falta de lógica hacia el final, parche sobre parche, en una economía política que nos dejó exhaustos. Se nos podrá argumentar “que la pandemia”, pero sucedió en el planeta entero y no cayeron de esta forma. Se nos podrá plantear luego “que la inflación por la guerra en Ucrania”, pero donde caían las bombas fue del 24% anual, y lejos de los muertos nos pusimos la economía de sombrero. Se nos puede argüir, aquí con más criterio de verdad, “que la sequía”, pero la devaluación que podía compensarla se comió a sí misma en un mes por la indexación de la economía toda. Y esto sin mencionar el superávit comercial que se usó para estatizar deuda privada, o permitir la compra de autos y aviones de lujo, mientras se negaban dólares para importación de productos esenciales; o las divisas a precio privilegiado para los sectores más competitivos del mercado (cuando el incentivo en economía funciona exactamente al revés). En fin, la sorpresa no es Milei; la sorpresa es la sordera de palacio que mostró absoluta incapacidad para administrar la cosa pública, y dinamitó la estima que podíamos tener de la sabia experiencia, para dejar todo en manos de un plagiador serial que no sabe de lo que habla. Traduciendo muy a la criolla una vieja canción, y adaptándola a este desaguisado, ¿cómo fuimos tan ciegos como para no ver que a quienes lastimamos fue a nosotros mismos?

- Bruno Napoli, docente, ensayista e investigador en historia.

 

Lo que clausura y lo que abre la última elección
Marisa Duarte

Mucho se ha escrito y se escribirá sobre lo ocurrido el día 19 de noviembre de 2023 en la elección presidencial, por lo que me remito a puntualizar uno de los factores centrales de la explicación. El ciclo de gobiernos posteriores a la dictadura muestra la vigencia de una democracia anémica, producto de su precedente represivo y de que la transición realizó una memoria incompleta sobre el proceso histórico. Esa memoria parcial (en tanto omitió el factor económico) impidió la remoción de los pilares sobre los que se edificó el régimen neoliberal; frente al cual los gobiernos de democracia liberal delegativa poco pueden hacer. En efecto, aún bajo dictadura se gestó un movimiento de derechos humanos ejemplar a nivel mundial que condenó la represión, consiguió llevar adelante el juicio a los responsables y continúa la lucha hasta el presente. Sin embargo, no ocurrió lo mismo con los otros sectores económicos y políticos que actuaron como hacedores (intelectuales y materiales) de la política económica y represiva de la dictadura, que, además, fueron beneficiarios expresos de dicho programa.

La memoria incompleta sobre las múltiples dimensiones autoritarias y represivas con que se abrió camino la libertad sangrienta de mercado en el país ha dificultado la remoción de las bases de la reestructuración regresiva de la sociedad argentina hasta nuestros días. Siguen vigentes más de 400 leyes redactadas y puestas en vigencia por la dictadura a través de la Comisión de Asesoramiento Legislativo (entre tantas, cabe mencionar la ley de entidades financieras, de inversiones que equipara las empresas extranjeras a las nacionales, la ley aduanera, el régimen penal de menores, la ley que regula el accionar de la Policía Federal) que atentan contra la producción, el trabajo, los derechos democráticos y la soberanía nacional. La situación se agravó con la etapa de la Convertibilidad donde se produjo un nuevo ciclo de endeudamiento, un masivo proceso de privatizaciones y desregulaciones, y se cedieron derechos económicos a los países centrales a través de los 55 Tratados Bilaterales de Inversión. Situación que se profundizó en el período 2015-2019 donde se favoreció extremadamente al capital financiero (local y extranjero) y sus comisionistas domésticos. Los programas de gobierno de los tres períodos liberales han sido elaborados por los mismos sujetos sociales con los mismos fines.

El endeudamiento externo es el mecanismo perverso utilizado por los gobiernos de derecha (dictatoriales o no) que consigue debilitar sistemáticamente la soberanía y capacidad del Estado para operar en defensa de la nación. Tanto el endeudamiento externo, la financiarización y la fuga de capitales -a la que es destinado el primero-, tienen responsables y beneficiarios concretos que permanecen ajenos a toda responsabilidad sobre el hecho concreto y sobre los efectos en la deriva histórica del país. En cambio, esos mismos actores culpabilizan a los movimientos populares y sus dirigentes de los males que sufrimos. Terminó la idea de que se puede seguir haciendo política como si esa reestructuración no hubiera ocurrido; se inicia el proceso de confrontar con los actores que facilitaron y facilitan el saqueo. De esa transparencia convertida en herramienta política puede surgir un destino mejor para todos/as.

- Marisa Duarte, Magíster en Sociología Económica por la Universidad de San Martín y doctora en Sociología por la Universidad de Barcelona. Directora de Realidad Económica, Presidenta del Instituto Argentino para el Desarrollo Económico (IADE).

 

Inminente desastre
Daniel Alvaro

El resultado de las elecciones anuncia la dislocación del puñado de certezas que hasta ahora ordenaban nuestro ya fragilizado mundo social, político y económico. El cambio venidero se organiza sobre el caos de la total incertidumbre. El voto contundente, incluso masivo, favoreció un plan de gobierno que prometió ajuste, reducción del Estado, privatizaciones, criminalización de la protesta social y represión de cualquier gesto disidente, empezando por la de sus enemigos políticos e ideológicos. Con esta elección queda en suspenso el proyecto de país más inclusivo y solidario que, con interrupciones más o menos prolongadas, se intentó llevar adelante desde la vuelta de la democracia en 1983. Pero también, y fundamentalmente, se pone en suspenso un conjunto de símbolos, imágenes y creencias que dan forma a la constelación cultural argentina. El desastre, que ya no es una vaga amenaza, sino la realidad a la que nos enfrentaremos de aquí en adelante, implica un cierre y una apertura. Marca el fin –al menos transitorio– de un modo de pensar y hacer política, un modo que hoy se revela inerme para disputar el poder y ejercer la representación popular, al mismo tiempo que abre a posibilidades inéditas de pensamiento y acción. La llegada al gobierno de una alianza de ultraderecha con rasgos fascistizantes es un hecho sin precedentes en la historia de nuestro país. En esta coyuntura nada está a salvo. Sin embargo, y por eso mismo, el desafío de crear nuevas formas de encuentro, cuidado y organización, nuevos lenguajes, imaginarios y deseos es más acuciante que nunca. La ausencia de horizonte en la que nos toca movernos también es señal de que todo está por hacerse.

- Daniel Alvaro, Doctor en Ciencias Sociales, investigador del CONICET, IIGG-UBA.

 

Defender lo conquistado, construir una Argentina más justa
Claudio Lozano

Quienes creemos integrar lo que se denomina el campo nacional y popular estamos obligados a no conceder en la reflexión que nos plantea el reciente triunfo de Milei. Si el triunfo de Macri fue la primera vez que una fuerza de cuño conservador logró ganar por elecciones el poder político en la Argentina, hoy una fuerza que recupera en profundidad los objetivos del golpe del 76 gana por elecciones la Presidencia de nuestro país.

Es posible que tengamos que preguntarnos por qué razón no dimensionamos adecuadamente el malestar que vivía nuestro pueblo. Por qué no dimensionamos el hecho de que la canasta básica creció en los últimos cuatro años 719%. Qué hizo que quienes reivindicamos la necesidad de construir una fuerza política de carácter emancipatorio y ligada con los intereses del pueblo, no pudimos canalizar y direccionar la rebeldía y el descontento de la mayor parte de la población.

Cómo se puede desvincular lo que acaba de ocurrir de la frustración que implicó el rumbo del Frente de Todos, el golpe blando que colocó a Sergio Massa como Ministro Plenipotenciario y la aplicación a rajatabla del acuerdo con el FMI hasta acá. Como también del marco desastroso y sin discusión que caracterizó el proceso interno de UxP, que no permitió dirimir razonablemente la necesidad de una nueva propuesta para nuestro país.

Las primeras palabras del Presidente electo ratifican la decisión de avanzar con una opción de shock neoliberal que solo conlleva mayor sufrimiento para una sociedad que ya está demasiado dañada. Se pone en juego la capacidad de una institucionalidad política parlamentaria y provincial, así como una institucionalidad social que en general se ha manifestado en contra de opciones de este carácter. Viene un tiempo difícil porque el presidente electo definió que el shock neoliberal será acompañado por la imposición de la legalidad. Sin aclarar que la protesta y la disidencia son parte de la legalidad vigente.

Viene un tiempo en el que tendremos la enorme responsabilidad de defender lo hasta aquí conquistado y mantener viva la posibilidad de construir una Argentina más justa.

- Claudio Lozano, presidente de Unidad Popular, economista, ex diputado nacional, ex director del Banco Nación.

 

coyunturas - 8 de diciembre de 2023

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