Ya se señaló hace varios días la trampa: no se trata de un acuerdo elaborado entre distintas partes, sino que el gobierno nacional presenta lo que ya ha pactado con el FMI y pretende que todos los partidos lo suscriban. Nada más alejado de un verdadero acuerdo.

El elemento nuevo que vinieron a aportar los investigadores del Centro de Economía Política (CEPA) es la notable similitud del documento macrista con el tristemente célebre Consenso de Washington, que llevó a la ruina a varios países en desarrollo, de los cuales el caso más recordado es precisamente el de Argentina.

Concebido en 1989 por el economista John Williamson, el Consenso de Washington encarnaba una serie de políticas ortodoxas, lo que llamamos habitualmente fundamentalismo de mercado, que con el tiempo no hizo más que agravar las condiciones de los países a los que supuestamente pretendía ayudar.

El trabajo comparativo del CEPA deja en evidencia que, con algunos leves cambios en los términos utilizados y en el orden de los puntos, el acuerdo que propone el macrismo replica de manera casi idéntica aquella nefasta propuesta que condenó a nuestro país en los años 90.

Disciplina fiscal, baja del déficit, desregulación financiera, tipo de cambio libre, quita de subsidios, apertura para el comercio y para las inversiones son algunos de los puntos centrales en los que ponía el acento el Consenso de Washington y que los diez puntos de Macri reflejan en su totalidad.

Ya sabemos hacia dónde conducen esas políticas. Políticas que, de hecho, el gobierno nacional ya está aplicando porque las concertó con su verdadero socio, el FMI. Ojalá el resto de la dirigencia tenga la madurez y sensatez necesarias para no convalidar con su firma estas medidas ruinosas.