“Duele ver el panorama político del Mercosur”

Evo Morales estuvo en la despedida de Cristina Fernández el miércoles por la tarde: junto a la presidenta saliente descubrieron un busto de Néstor Kirchner en la Casa Rosada, idéntico al ex mandatario, según dice con una sonrisa el líder de Bolivia. Morales resalta la confianza única que tuvo con ambos políticos.

Más tarde, el popular presidente del vecino país hizo lo que tanto le gusta: junto a su equipo de gobierno jugó al fútbol con residentes bolivianos en Argentina. Mauricio Macri también se dio cita en las instalaciones de Boca y participó del partido. En política, los gestos hablan por sí solos.

Contra los que pronostican el fin del Mercosur

Quedó aprobado en la cumbre del 17 de julio en Brasilia. Resta el paso formal de la aprobación de los Parlamentos. Cristina Kirchner aseguró que la región mantendrá el crecimiento económico y se solidarizó con los gobiernos a los que buscan desestabilizar.

El presidente Evo Morales se puso de pie. El resto de los mandatarios que integran el Mercosur lo aplaudió. Fue la forma de celebrar el ingreso del Estado Plurinacional de Bolivia como miembro pleno del bloque. “Es un fracaso para quienes pronosticaron con profecías que el Mercosur no iba a servir.

Un Mercosur para cholos y cholas

CUMBRE EN BRASILIA | Un Mercosur para cholos y cholas
El Mercosur ya es un guión geopolítico de seis actores estatales. La línea fundadora del bloque de la Cuenca del Plata había sumado unos años atrás a Venezuela como su quinto elemento. Ahora, tras la Cumbre de Jefes de Estado de Brasilia, la mesa del proceso de integración regional incorpora oficialmente una sexta silla, aunque falte formalmente la aprobación parlamentaria de Brasil y Paraguay, un hecho legislativo que se descuenta acontecerá en el corto plazo. Seguramente, el ingreso de Bolivia al primer espacio de convergencia comercial de Argentina hubiera sido menospreciado una década atrás, cuando la vilipendiada economía del Altiplano hacía equiparar en el imaginario social al vecino país como el Haití de Sudamérica, el más pobre entre los pobres.

Sin embargo, en la actualidad, el país presidido por Evo Morales, si bien lidera un mercado pequeño y mediterráneo, es un socio nada despreciable para el Mercosur tras recuperar sus recursos energéticos y estabilizar una economía que cuenta con el nivel de reservas monetarias, en relación con su PBI, más alto de América latina. En concreto, con la entrada de Bolivia, la alianza sudamericana capitaliza en su mapa de convergencia la segunda reserva gasífera del subcontinente y a una de las plazas más ricas en litio, el mineral del futuro según los especialistas porque alimenta las baterías de nichos premium del consumo: desde autos híbridos hasta smartphones.

Tetris globales

La economía global está ingresando en la era de los acuerdos megarregionales. El Trans Pacific Partnership (TPP), que vincula a Estados Unidos con la región asiática menos China, o el Transatlantic Trade and Investment Partnership (TTIP), que podría conectar a Washington con Bruselas, son los emprendimientos más significativos. Se trata de pactos de libre comercio gigantescos, transcontinentales, áreas comerciales exentas de impuestos y protección estatal donde las mercaderías correrán tan libres como el viento sobre el océano, como proclaman los técnicos que defienden las mencionadas iniciativas. Concretamente, el TPP o el TTIP concretarían en la realidad la utopía librecambista de la escuela económica ortodoxa. En ese contexto, se inscribe la negociación de otro pacto comercial transoceánico, el que involucra a la Unión Europea y al Mercosur. La firma de un Tratado de Libre Comercio entre la eurozona y el bloque sudamericano viene negociándose sin suerte desde hace años. El proteccionismo agrícola europeo y la resistencia de los sectores industriales sudamericanos más consolidados son los actores que imposibilitan, a ambos lados del charco atlántico, la concreción del acuerdo. Pero, en los últimos meses, el ala pro libre comercio del Mercosur se fortaleció con el giro aperturista registrado en los gobiernos de Uruguay y Brasil, hoy tan en sintonía con el deshielo proteccionista como el Paraguay del magnate colorado Horacio Cartes. Por lo tanto, el ingreso de Bolivia reequilibra el diálogo interno del bloque y hace más simétrico la puja entre el eje Argentina-Venezuela con la tríada Brasilia-Asunción-Montevideo.

El canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa dio a entender en la capital brasileña que el Mercosur dejó de ser una prioridad en la política exterior del frenteamplista Tabaré Vásquez. “Necesitamos eliminar las barreras paraarancelarias que nos están impidiendo el libre tránsito de nuestros bienes comerciales y servicios entre los países de la región. Esperamos que la presidencia pro témpore paraguaya permita cumplir con aquello que soñamos: el proceso de integración de libre comercio”, advirtió Nin Novoa que, evidentemente, mal leyó el tratado constitutivo de un bloque que no otorga a su presidencia semestral rotativa ningún tipo de competencia exclusiva, a diferencia de lo que ocurre en la Unión Europea donde su proceso de convergencia institucional, financiero y parlamentario es mucho más vinculante. Otro referente de la mesa frenteamplista, su presidente Mónica Xavier, también criticó el rumbo del Mercosur, aunque con un tono moderado, en una entrevista otorgada a la revista Nueva Sociedad. “La participación de la región en el producto global se mantiene estable en torno a un magro 5% desde 1980. A esto se suman procesos ambivalentes. Si bien en materia de captación de inversión extranjera directa (IED) la región ha presentado un gran dinamismo, se concentran fuertemente en actividades vinculadas con los recursos naturales, que son de menor capacidad de generación de empleo.

Adicionalmente, la rentabilidad de esas inversiones recibidas ha crecido fuertemente pero los egresos por repatriación de utilidades a las matrices alcanzaron el 92% de los ingresos de IED, con lo cual el efecto positivo en la balanza de pagos se neutraliza”, indica Xavier, quien sin embargo no resalta que es la Alianza del Pacífico, y no el Mercosur, el bloque que más promueve esas IED fugaces, primarizantes, noventistas.

Cumbre social: preocupación por medios y Grecia

Bajo la consigna “Avanzar en el Mercosur con más integración, más derechos, más participación” se realizó en Brasilia, con participación de cientos de delegados de Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia, la 18ª edición de la Cumbre Social del organismo regional, en la que se instó a los gobiernos a una inmediata democratización de la comunicación y a la solidaridad activa con el pueblo griego.

El Foro social entendió que la libertad de expresión y la construcción de un Mercosur verdaderamente democrático y participativo implica necesariamente la democratización de los medios de comunicación, y enfatizó en la necesidad de participación activa y fomentada por los Estados y organizaciones sociales en la discusión, elaboración y/o implementación de las nuevas leyes de comunicación que refleje la democratización de la palabra, la pluralidad de voces y la extinción de los monopolios. “La comunicación es un derecho, no una mercancía”, señalaron.

Asimismo, las organizaciones sociales expresaron su repudio a las políticas neoliberales que se presentan nuevamente como receta para resolver la crisis generada por un sistema financiero desregulado en busca de lucros cada vez mayores. “Los pueblos del Mercosur han luchado contra tales políticas, contra las deudas ilegítimas y con la continuidad del colonialismo a través de las instituciones financieras (… ya conocemos tristemente el efecto de esas políticas que hoy se imponen al pueblo griego”, indicaron.

El foro apeló a los gobiernos de la región no solo a condenar las imposiciones hegemónicas sobre Grecia que recuerdan el pasado colonial, sino a realizar un gesto de solidaridad para con Grecia, a discutir opciones alternativas de financiamiento y prácticas que promuevan la justicia social y signifiquen una ayuda concreta para el pueblo griego.

Analizaron los avances y límites del proceso actual y el desafío del modelo que se desea, que incluye el Estatuto de la Ciudadanía en el Mercosur y la participación popular; la nueva declaración sociolaboral, las directrices de la educación y cultura en derechos humanos, e igualdades, derechos y participación de las mujeres en el proceso de integración.

Declaración de la XVII Cumbre Social del Mercosur

Los representantes de las organizaciones sociales y movimientos populares del MERCOSUR, reunidos en la ciudad de Paraná, Provincia de Entre Ríos, los días 11 y 12 de diciembre de 2014, en la XVII Cumbre Social del MERCOSUR bajo el lema “Más participación social para profundizar la integración”, a fin de continuar profundizando la construcción de nuestra integración, elevamos la siguiente Declaración:

América del Sur ya votó

El año que corre adquirió suma importancia en la región. Si bien la agenda de los comicios presidenciales no coincide en los diferentes países, 2014 marca la impronta de una seguidilla que permite realizar un esbozo de análisis de situación. Porque si en poco más de una década se fue produciendo un arribo casi masivo de fuerzas progresistas a los gobiernos regionales, hoy pareciera que se estuviese dando una especie de amesetamiento, y que el entusiasmo original por la integración hubiera entrado en cierto grado de inercia. Bien vale en tal sentido, una reflexión al respecto.

Este año se realizaron elecciones generales en Bolivia, Brasil, Colombia, Uruguay, El Salvador, Costa Rica y Panamá. También hubo elecciones locales o de medio término en Ecuador y Perú. Y aunque las presidenciales en Chile fueron el año pasado, la presidenta Michelle Bachelet asumió el 11 de marzo de este año. En este marco cobran mayor relevancia las presidenciales que el próximo año tendrán lugar en la Argentina.

El paisaje después de la batalla

Después de los intensos cambios durante la campaña electoral, la espuma de las olas baja y, ¿qué escenario presenta Brasil? ¿Qué Brasil emerge de las urnas y con qué perspectivas para los próximos años?

El apretado resultado final sugiere un país dividido. Pero ¿entre quiénes y quiénes? Una mirada apresurada diría que entre el atrasado nordeste y la avanzada San Pablo. (Cardoso, el ex presidente, llegó a decir que los petistas no son pobres, sino “mal informados”.) Es la visión de la elite paulista, que se considera la locomotora de la nación, que arrastra, con dificultades, vagones perezosos. Se consideran casi como un Estado del Primer Mundo, frente al atraso del nordeste.

Festejos y velorios

La derecha y parte de la izquierda argentina apoyaban a la derecha de Aécio Neves en Brasil. “Ganó la candidata que le conviene al establishment –afirmaba un alto estratega trotskista local– porque Dilma Rousseff tiene un partido que puede contener la rebeldía social y Aécio no tiene esa estructura.” De hecho estaba afirmando que al pueblo le convenía el triunfo conservador. “¿Y vos a quién hubieras votado en Brasil?”, pregunta el periodista ultraconcesivo a Mauricio Macri. El jefe de Gobierno porteño le reconoce que hubiera votado por Neves. “¿No te parece un error reconocer públicamente que hubieras votado por el candidato que perdió?”, le vuelve a preguntar el profesional “independiente” mostrando su admiración. Y como se la dejó picando, el jefe de Gobierno porteño demuestra que nunca miente: “Yo soy así, yo siempre digo lo que pienso”.

El cambio: usos y aplicaciones

El Diccionario de la Real Academia Española no suele ser un recurso válido cuando se lo utiliza para discernir sobre cuestiones políticas o sociales. Pero es tanto el abuso de las palabras que se viene haciendo últimamente en la política –no sólo de nuestro país sino, en general, de nuestros países latinoamericanos– que es bueno ir a las fuentes para echar luz sobre lo que decimos.

Durante las campañas electorales en Brasil y Uruguay, las fuerzas opositoras –todas ellas ubicadas a la derecha política de quienes están ejerciendo actualmente el poder en esos países– han recurrido al argumento del “cambio” para señalar la necesidad de desplazar a los actuales gobernantes. Lo mismo ocurre en nuestro país, aun cuando formalmente no comenzó todavía la campaña electoral. No sobra recordar que la idea de cambio ha estado asociada históricamente a las fuerzas políticas de vanguardia, revolucionarios o progresistas, precisamente para oponerse al inmovilismo del poder instalado por minorías en función de su propios intereses.

Pero en poco más de la última década en América del Sur han nacido y prosperado otros gobiernos que hicieron del cambio su estilo de gestión y de las transformaciones una forma de entender el mundo. Aunque “el cambio” no tiene una explicación por sí mismo, sino que es apenas la indicación de que se quiere lograr algo diferente a lo existente o a lo actual, es válido retomar el concepto del escritor y pensador uruguayo Eduardo Galeano cuando señala que, “al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”. Lo importante es lo que somos, y eso se demuestra con nuestras prácticas, con nuestras acciones. El quehacer de los actores carga de sentido el cambio que cada uno propone.

Así el ex candidato conservador del Partido Colorado uruguayo Pedro Bordaberry dijo, poco después de conocerse los primeros escrutinios en el país oriental que dieron la victoria al Frente Amplio y que concluyeron con una categórica derrota de su propia candidatura, que estaba dispuesto a dar su respaldo al candidato liberal Luis Lacalle Pou para que “que hagan mierda a Tabaré Vázquez”. Quienes tanto hablaron de diálogo, apertura y de colaboración, así se expresan en la derrota.

Mientras los sectores más conservadores quieren apropiarse de la palabra cambio, las urnas hablaron en Bolivia primero con un categórico triunfo de Evo Morales y en Brasil después, con una victoria de Dilma Rousseff, que los medios de comunicación más poderosos no dudaron en calificar de “estrecha” en segunda vuelta, dejando de lado los resultados de la primera y simplificando al extremo para presentar a toda la oposición como un único y coherente bloque de propuestas. Falso lo primero y falso lo segundo. Probablemente el sentido del cambio en el caso de Uruguay ha estado claramente expresado en las palabras de Bordaberry. El único propósito de la oposición es destruir al Frente Amplio –representado en este caso en la figura de Tabaré Vázquez– y lo realizado por esa coalición. En el caso de Brasil, el sentido del cambio propuesto quedó en evidencia en la reacción reflejada en los titulares de los diarios, incómodos con la victoria de Dilma y voceros “del cambio”. “Tras la victoria de Dilma Rousseff cae el Bovespa, se devalúa el real y se hunden las acciones de Petrobras más de 10 por ciento. La Bolsa de San Pablo abrió con una caída de 6 por ciento, que después se redujo a 3,77 por ciento; los papeles de la petrolera estatal se desplomaron y el dólar alcanzó su máximo desde 2008”, titularon para dar cuenta de la reacción ante el “cambio” que no se pudo lograr en las urnas.

Volviendo al Diccionario de la Real Academia. Tergiversar, según allí se señala, significa “dar una interpretación forzada o errónea a palabras o acontecimientos” o bien “trastrocar, trabucar”. Quizá se pueda aplicar al uso político que se pretende dar al concepto de cambio.

Para que no quepan dudas: cualquier semejanza o paralelismo con la realidad argentina... queda por cuenta del lector...

El Brasil de Lula sigue adelante

Por cuarta vez consecutiva, el Partido de los Trabajadores -PT- gana las elecciones presidenciales en Brasil que, también por cuarta vez, se han convertido en un plebiscito entre candidatos del PT y del PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña, el partido de Fernando Henrique Cardoso). Esta vez la campaña tuvo avances y retrocesos, especialmente desde mediados de agosto hasta la segunda vuelta, a fines de octubre, y terminó con la decisión de los brasileños de seguir con el camino iniciado en 2003 con el primer gobierno de Lula.
En el enfrentamiento entre el modelo neoliberal de la oposición y la vía de salida del neoliberalismo del gobierno, por cuarta vez los brasileños han reafirmado el camino que Lula empezó. Serán por lo menos 16 años seguidos de gobiernos del PT, el período más largo de continuidad de un partido en el gobierno, en período democrático en Brasil.

“Este gobierno avanzó en DD.HH.”

“Este gobierno deja un legado importante en materia de derechos humanos, tal vez fue el que logró más avances después del fin de la dictadura, instaló el debate sobre la verdad y la justicia, y está abriéndose el camino para la revisión de la Ley de Amnistía, o mejor dicho autoamnistía” heredada de los militares, plantea Rosa Cardoso, integrante de la Comisión Nacional de la Verdad. El hablar pausado y a veces susurrado de la enjuta doctora Cardoso disimula la firmeza de carácter de esta abogada que con menos de treinta años, a principio de los años ’70, aceptó la riesgosa tarea de defender a la guerrillera Dilma Rousseff, presa por alzarse en armas contra la dictadura. Durante la charla con Página/12 Cardoso afirma que “nunca dudó” del compromiso de la presidenta, con quien mantiene una larga amistad, en esclarecer los delitos cometidos por la dictadura, y confiesa sentirse recompensada cuando ve a jóvenes militantes distribuyendo panfletos con la foto de Dilma cuando estuvo presa junto al lema de campaña “Corazón Valiente”.