El subsuelo de la patria sublevado

Raúl Scalabrini Ortiz, memorando el 17 de Octubre de 1945 dijo: “Era el subsuelo de la patria sublevado” y lo fue, porque eran los trabajadores de overol los que entraban por la puerta de nuestra historia diciendo presente, acá están los que con nuestro trabajo generamos las riquezas, ponemos en marcha al país, y a cambio, recibían salarios paupérrimos, con lo que tener un trabajo no garantizaba salir de la pobreza. El mérito indudable de ese peronismo fue darle un lugar en la mesa de discusión de cómo se distribuye lo que se produce, que el país nos pertenece a todos.

Inodoro Pereyra, ese querido personaje del siempre recordado Roberto “Negro” Fontanarrosa afirmaba: “Estoy comprometido con mi tierra, casado con sus problemas y divorciado de sus riquezas”. Y de eso se trata y así lo entendió el peronismo de Perón, de garantizar que primero y antes que nada se perciba un salario digno, que permita vivir decentemente, decimos nosotros, y la OIT (Organización Internacional del Trabajo) define que es así siempre y cuando se preserven “los derechos en el trabajo, las oportunidades de empleo, la protección social y el diálogo social”.

Gobernar con una sonrisa

El presente trabajo intentará dar cuenta de los 8 días en los cuales debió gobernar Adolfo Rodríguez Saá como presidente de la nación durante diciembre de 2001. En este sentido, intentaremos desarmar y recorrer detenidamente los fatídicos días que debió afrontar y que lo tuvieron como protagonista, tratando de abordar cómo buscó configurar alianzas, sumar aliados y sus planes políticos. Así, primeramente repasaremos las condiciones sobre las cuales el peronismo debió asumir la presidencia del país luego del colapso del gobierno de la Alianza, tratando de describir las diversas posiciones al interior del mismo como la de los distintos actores en juego. Señalando por qué la estrategia inicial peronista del “Frente Federal”, que llevó como cabeza a Ramón Puerta, fracasó debiendo estipular otro tipo de vía institucional para recorrer la salida a la crisis. De esta manera, intentaremos dar cuenta de los pactos, plazos y condiciones sobre los cuales debía llevar a cabo su presidencia Rodríguez Saá para luego proponer un detenido análisis de los días que lo tuvieron como presidente de la Nación. Así, repasaremos sus apuestas políticas, los aliados ganados, cómo intentó birlar los compromisos previos como también señalar a los poderes de veto con los que se topó, tratando de entender por qué su presidencia acabó abruptamente y cómo se debió llevar adelante otro tipo de sendero institucional de transición por parte del peronismo, esta vez encabezado por Duhalde. Finalmente, cerraremos nuestro trabajo con algunas conclusiones al respecto.

Sobre los orígenes. Peronismo y tradición en la revista El Descamisado (1973-1974)

Partiendo de la relevancia de la institución y la rememoración de la instancia fundacional para el sostenimiento de toda identidad, el presente trabajo se abocará al estudio de la revista de mayor tirada y circulación de Montoneros, a saber, El Descamisado. En momentos en los cuales el grupo guerrillero extendía sus redes a diversos circuitos de militancia y formaba parte del gobierno del Frente Justicialista de Liberación Nacional (FREJULI), se editaron 47 números de esta publicación, desde mayo de 1973 hasta abril de 1974. ¿Cómo se representaba el origen de los Montoneros en las páginas del semanario? Para responder a este interrogante, indagaremos la forma en que la revista El Descamisado articuló un relato retrospectivo acerca de los años precedentes y situó en ellos la irrupción de Montoneros. Como veremos, la significación de la experiencia peronista será allí fundamental.

La relacion entre peronistas y comunistas

En los meses de junio y julio se dictó en el CEFMA un taller introductorio al pensamiento de Héctor P. Agosti. La prolífera obra del este intelectual comunista fue una puerta de entrada a diferentes temas de nuestra historia política y cultural en las décadas de los ´40, ´50 y ´60. Los debates con liberales y nacionalistas, por citar sólo dos ejemplos, nos mostraron la evidente vigencia de muchos de los planteos que Agosti realizara en aquellas décadas. Pero indudablemente uno de los momentos más polémicos y ricos del taller fue el espacio dedicado a la histórica relación entre comunistas y peronistas. En este escrito intentaremos reproducir algunos de los ejes temáticos que entonces planteados, enriquecidos por el intenso intercambio que se generó al respecto.

Del odio al amor y del amor al golpe de 1976. La Nación y el peronismo

El propósito central de este trabajo es reflexionar en torno del discurso del diario La Nación sobre el peronismo, la democracia y la “subversión”, atendiendo especialmente a la primera mitad del año 1975, período durante el cual se gestó una campaña de prensa que abonó el terreno para el golpe del 24 de marzo de 1976. A partir de 1943, La Nación se esforzó por combatir al peronismo, junto con la mayor parte de los sectores dominantes de la Argentina. En 1955, fue uno de los medios que más celebró el golpe de Estado que derrocó a Juan Domingo Perón. Más adelante, el matutino supo distanciarse de las posiciones golpistas que muchos sectores alentaban: durante el gobierno de Arturo Illia La Nación fue el único medio escrito importante que criticó la perspectiva de un golpe. Ya fracasada la autodenominada “Revolución Argentina”, el periódico tomó una actitud que hubiera sido inconcebible años atrás: pasó a apoyar abiertamente al tercer gobierno de Perón. Una vez muerto el líder justicialista, su discurso fue virando paulatinamente hasta recuperar hacia 1975 su antiguo eco golpista. Ese viraje estuvo relacionado con las concepciones de democracia subyacentes y con la evolución de las tensiones políticas y económicas que signaron el período, por lo que será necesario recorrer esos tópicos para explicar los cambios en el discurso del matutino y develar mediante qué mecanismos se buscó sostener desde sus páginas cierta coherencia ideológica.