Persiste el desastre económico y social

Alejandro Rofman

La situación económica y social que nos depara las políticas instituidas por el proyecto anarco capitalista de Javier Milei continúan en zona de desastre. Los indicadores económicos referidos al desenvolvimiento de las principales evidencias que afrontan los habitantes de la Argentina siguen mostrando comportamientos desalentadores y ya han transcurrido 9 meses de su mandato constitucional.

La actividad económica mejoró en julio el 1,7% contra junio de este año de la mano del agro y de la minería. Pero las informaciones de todo tipo con respecto a lo acontecido durante agosto indican una nueva caída de la citada actividad. Este dato del INDEC referido al estimador mensual de actividad económica supone que al fin de julio la baja interanual arrojó un valor del 1,3%. En el acumulado de los primeros 7 meses, confrontando este año con el anterior, la caída es del 3,1%. Sin embargo este número, con ser impactante, no revela la magnitud del deterioro que sigue persistiendo con toda intensidad. Además que en agosto se ha vuelto a reducir el nivel del desenvolvimiento productivo, el número de un poco más del 3% de caída es engañoso, pues revela que los sectores más representativos y que comprenden el grueso del empleo siguieron cayendo pese al 1,7% de mejora en julio. Así es posible recalcular el valor de los primeros 7 meses de derrumbe económico por cuanto la caída está mitigada por la comparación del desempeño del sector agropecuario que coteja meses de desempeño normal del año 2024 con un lapso anormal afectado por la sequía del 2023. Se estima que esa comparación supone no menos de 2 puntos del porcentual que habría que contabilizar como atenuante de un derrumbe de no menos del 5% del resto de las actividades, en especial industria, construcción, y comercio. Estos tres rubros reúnen el accionar de la mayoría de las empresas y las personas en el quehacer económico, y son estas últimas las que realmente marcaron el perfil del desastre productivo en marcha. No por nada la OCDE, que es la coordinadora de la producción de información sobre la gestión económica de Europa, acaba de elevar el pronóstico del crecimiento negativo argentino al 4%. Por lo comentado previamente, esto implica un descenso en torno al 6% experimentado por el conjunto de los sectores de la producción con fuerte incidencia en el ingreso y en el empleo total.

Todos los indicios con respecto a la información de agosto, que anticipan según datos del INDEC un aumento de la población de cerca del 1% de este año con respecto al anterior, la baja del PBI per cápita se acercará al 5%, y estará en torno del 7% para el conjunto de los procesos productivos que cubren más del 90% de la actividad económica urbana y del empleo. En el caso de la construcción, el retroceso es histórico, porque el gobierno interrumpió, por primera vez en la historia de nuestro país, el financiamiento de la obra pública sostenida por el fisco nacional.

Resulta entonces lógico predecir para los próximos meses un comportamiento en serrucho, en el mejor de los casos, pues los cálculos sobre la economía global nacional del Fondo Monetario Internacional, del mismo gobierno en la propuesta de presupuesto 2025, y en el registro mensual que lleva el banco central de la opinión de consultoras e institutos de investigación, son coincidentes en predecir un cierto empeoramiento para el PBI de acá a diciembre.

En síntesis. Se trata del peor año en términos de actividad económica desde el 2020 durante la pandemia, cuando la actividad se derrumbó sensiblemente debido a las restricciones dispuestas por la cuarentena. Para reconocer una merma tan grande en el producto, es preciso remontarse hasta el 2009, cuando la crisis mundial originada en Estados Unidos, castigó duramente la economía de los países capitalistas más destacados. La predicción de la baja, otra vez, del accionar de los principales sectores de la producción para el mes de agosto, confirman la presencia de una caída esperable en los últimos 5 meses del año. El miércoles 27 de este mes, FIEL publicó una baja de la industria del 0,7% entre julio y agosto de este año. A la vez, la Unión Industrial Argentina, aunque no dio un número preciso, expresó en un comunicado lo siguiente: “Los datos anticipados de agosto indican una nueva caída interanual y una baja en la comparación mensual, revirtiendo la mejora de julio”. Informes adicionales del sector empresarial dan cuenta de una caída del 7% en los despachos de cemento y las importaciones medidas por el INDEC se derrumbaron en el mes el 10,1%, con especial incidencia en la compra de insumos para la producción.

Como el consumo sigue sin dar noticias favorables, tal cual indican las estadísticas oficiales de las bajas interanuales en julio, tanto en supermercados como en mayoristas, del 12,3% y el 17,1% respectivamente, en julio, mes del supuesto repunte temporal, esto indica un desalentador panorama a futuro, en tanto ni jubilados ni trabajadores activos tienen perspectivas ciertas de recomposición de sus ingresos.

No hay, ni habrá por lo menos en el corto plazo, previsiones de un repunte en el proceso productivo con el natural crecimiento del empleo correspondiente, como predijo el gobierno en sus cálculos iniciales. A lo sumo, en el mejor de los escenarios, parece verificarse una tendencia al estancamiento, con un desempeño global en forma de “L”. Por las predicciones arriba expuestas sin embargo, todo indicaría que el piso todavía no sostiene el proceso productivo, que tiende a debilitarse en forma persistente. Esta realidad es más alarmante todavía que los datos en sí mismos pues parecerían indicar una seria dificultad para salir de la crisis productiva que provocó el mismo gobierno a fines del 2023, a poco de asumir.

Los datos sobre el desastre social contenidos en la información que el 26 de septiembre proporcionó el INDEC son reveladores de la profundidad del costo social del proyecto anarco capitalista. Lucen a esta altura totalmente ridículas las expresiones del secretario de finanzas Pablo Quirno celebrando 9 meses consecutivos con superávit financiero, cuando el mismo se ha hecho tal a costa de un profundo daño económico y social a la sociedad argentina, perjuicio ocurrido por un accionar injustificado de la devaluación de diciembre del 2023 y la eliminación de normas sobre vigilancia de precios de artículo de primera necesidad. El despiadado ajuste implantado desde que asumió el nuevo gobierno, “el más importante de la historia mundial” según el presidente Milei, se provocó de profeso cuando todas las predicciones como las del Banco Mundial y el FMI en noviembre de 2023 auguraban una expansión económica del 2,5% para el 2024. Justificativo del feroz ajuste que va a provocar no menos de un 6% de caída en el producto o el ingreso por habitante va a dañar mucho más a los sectores de medios y bajos ingresos porque son los que perciben recursos fijos, no reajustables en forma inmediata frente a la despiadada inflación experimentada entre diciembre de 2023 a agosto del 2024. Quizás el dato más paradigmático del desastre en marcha, luego de los indicadores de pobreza e indigencia, sean el del empleo en la construcción que tornó en desocupados el 25% de la fuerza de trabajo del sector en solo 9 meses producto de la insólita decisión de interrupción de la obra pública.

En lo que respecta al desastre social, los datos del INDC sobre Pobreza e indigencia son altamente ilustrativos. Más allá de la hipocresía oficial de que los datos corresponden a decisiones de política económica del gobierno anterio9s, esta afirmación puede descartarse a poco que recordemos que los organismos internacionales de financiamiento como el Banco Mundial y el F.M.I. preveían en noviembre del 2023, a un mes del cambio de gobierno, que el año 2024 iba a demostrar la capacidad de reacción de la economía argentina después del tropezón del año 2023 básicamente causado por la tremenda sequía que se supero a fines de ese año Esa reacción revista por tales instituciones multilaterales consistían en una estimación cercana al 3% en la evolución de la actividad eono0mica de 2024 con respecto a 2023. El mensaje oficial de una supuesta hiperinflación que se transforma en un fuerte retroceso económico y social no estaba, en absoluto, en las estimaciones internacionales más serias. El fuerte derrumbe social, con índices cercanos a los del fatídico 2001, muestran un país socialmente devastado, con un incremento singular del deterioro de las condiciones de vida de la mayoría de la población que habita el país. El 52,9% de pobreza por ingresos es concluyente acerca de los desastrosos efectos de la actual política económica gubernamental que comenzó el nuevo derrotero con la devaluación de más del 110 % el día 13 de diciembre pasado. De ahí en más todas han sido penurias en términos de ingresos de la población, sobre todo en los sectores medios y bajos de la pirámide social

Veamos, finalmente, muy recientes datos  de gran impacto negativo sobre el cuerpo social de la sociedad que dejarán huellas imborrables a futuro en los amplios espacios sociales afectados por la política oficial

En el día 26 de este mes el INDEC dio a conocer la evolución de los índices nacionales de pobreza e indigencia por ingresos correspondientes al primer semestre del 2024. No hacen más que confirmar los temores de quienes sienten como si fuera en carne propia las heridas que está produciendo el Ajuste Económico puesto en marcha por el nuevo gobierno el 13 de diciembre del 2023 cuando dispuso una hiperdevaluación del peso en un 118 por ciento, sin medidas compensatorias satisfactorias.

En el grafico que adjuntamos se observa con claridad como evolucionó en el tiempo, luego de la fenomenal crisis del 2001-02, la situación social en el país, que ya tiene ribetes de gran desastre como veremos.

En el primer año de la serie de los datos de pobreza de origen oficial a partir del 2002, bajo el gobierno de Eduardo Duhalde, se aprecia un valor record de todo el periodo bajo análisis aunque puede reconocerse que ,después del fuerte e inédito cimbronazo, la proporción de habitantes pobres en el total de quienes vivían en el país comenzó un franco descenso que atravesó las sucesivas presidencias de Néstor Kirchner y Cristina Fernández hasta exhibir su mejor desempeño en todo el lapso bajo estudio, hasta estabilizarse en torno al 26 % en el tramo 2011-2013, los  tres años mientras fue presidenta la dra. Fernández

El índice se eleva  levemente al 30 % al final del periodo presidencial de la citada mandataria para luego, durante el periodo macrista, se cierra el tramo cuatrienal del mandato del Ing. Macri ya en torno del 35 % y en franco ascenso, con solamente un  solo año con valores  similares a la etapa previa a dicho gobierno pero que resultó ocasional y sin marcar tendencia., Cuando asume el Dr. Alberto Fernández, la tasa de pobreza  sufre un fuerte impulso- de 35 al 42 % del total de la población por los efectos muy negativos de la Pandemia y la correspondiente cuarentena que trabó el desenvolvimiento normal de la economía argentina En el 2022, con la eliminación de los efectos negativos de la Pandemia volvió a reducirse el índice de pobreza al 36,5 %, año sin contingencias especiales desfavorable Lo que diríamos un año normal según las condiciones de desenvolvimiento de la economía ,descenso que se revirtió al año siguiente Nuevamente trepo a más del 41 % en 2023,interrumpiendo la senda de su descenso porque la sequía distorsiono el mercado de alimentos y se pagaron las consecuencias del nuevo  acuerdo  de crédito con el FMI  que  contrajo Macri y las exigencias de este organismo para su paulatina cancelación, lo que supuso una caída del PBI del 1,7 % en ese año  Pero el gran salto fue en este primer semestre, que implicó un incremento sustancial al 52,9 %, o sea más de 11 puntos de porcentual en solo seis meses. Hacía 20 años que no se producía una caída tan significativa y en tan escaso tiempo de la salud social de nuestra población

En síntesis. La evolución de la pobreza tuvo un signo muy alentador en su caída firme en la segunda presidencia de la dra. Fernández pues el valor se mantuvo  firme en menos de la mitad de cuando se verifico la crisis del 2001 Luego, la economía tuvo serios inconvenientes en su desarrollo, propios del posicionamiento del Ing. Macri y su propuesta neoliberal  y de factores externos como la fenomenal sequia del 2023 y el costo del acuerdo firmado con el FMI para gestionar un crédito de monto inédito tanto en la historia de esa institución como en la historia financiera de nuestro país , con consecuencias de neto corte recesivo e inflacionario. El índice del 32 % del año 2019 puede considerarse, entonces, un nuevo techo desde el cual se podía volver a retomar una senda descendente La Pandemia destruyó esta posibilidad, aunque en el 2022 reapareció u valor cercano al techo consignado. El salto verificado en el índice de carencia social acaecido en el primer semestre del año 2024 es impresionante, sin factores externos que lo hayan provocado, sino que fue consecuencia de la implantación de un innecesario y profundo Ajuste económico y social, devaluación muy elevada mediante, que ha llevado a la pobreza a valores intolerables. Algunos datos desagregados agregan más dramatismo a la información citada. Los consignamos

La pobreza entre los jubilados pegó un salto fenomenal La tasa se elevó de solamente 13,2 % de la población de más de 65 años en el primer semestre del 2023 a 29,7 %de dicho sector- integrado por nuestros adultos mayores-, que componen el estrato de los retirados del trabajo activo. Este incremento de más del 100 % de la pobreza de aquellos habitantes incorporados al sistema jubilatorio es la evidencia del nivel agudo de deterioro social, debido a la política oficial de recortar el ingreso real de los jubilados para financiar el anhelado superávit fiscal. Este amañado superávit fiscal se ha conseguido también con otras medidas dañinas del tejido social, a través del cese de la obra pública nacional y del recorte a la educación y el financiamiento a las provincias. En realidad, solo sirve para que se emitan señales favorables a la concreción de buenos negocios financieros llevados adelante por especuladores internacionales (Caputo mediante) o grandes inversiones plenas de ventajas impositivas y no para sostener el nivel de vida de la población

La desagregación por edad agrega otros datos desoladores. En el caso de los niños, niñas y adolescentes la pobreza alcanza al 66 % del total de habitantes de la citada escala de edad. O sea, las capas más jóvenes de la sociedad, en la abrumadora mayoría de dos tercios, está afectada seriamente en sus condiciones vitales por razón del desmedido Ajuste en marcha. Se está perjudicando el futuro de nuestra sociedad por la falta de consumo de bienes y servicios indispensables para un crecimiento saludable de las nuevas generaciones.

Si la información se baja a nivel geográfico, un dato impactante es el nivel que alcanza en el aglomerado bonaerense del Gran Buenos Aires. Llega nada menos que al 59,7 % de la población allí radicada, conviviendo en un espacio altamente carenciado y lastimado en su desenvolvimiento digno, que es preciso revertir ya.

Finalmente, la indigencia, o sea el conjunto de habitantes que no obtuvieron ingresos suficientes para disfrutar de una canasta básica de alimentos y tuvieron que restringir la ingesta diaria llegó a más del 18 por ciento, un porcentual alarmante y altamente perjudicial a la población joven incluida que necesita una alimentación digna para crecer adecuadamente. Es preciso recordar que había descendido al 4,7 % en el año 2012 cuando gobernaba Cristina Kirchner Prácticamente los indigentes se duplicaron en solamente seis meses Es tremenda e indignante toda esta información  Debería llevar a adoptar en forma inmediata una decisión estatal de consagración de un estado de Emergencia Nacional para reducir estos números desoladores e intolerables en el menor lapso posible, con una campaña financiada por un impuesto a las grandes fortunas- que se han acrecentado sensiblemente en fechas recientes como lo indican estadísticas oficiales del INDEC Una iniciativa de este tipo está en marcha como  en países europeos, como en España, y está en estudio en otras latitudes como Brasil. No se puede aceptar que en un país que produce alimentos para más de 40 millones de habitantes haya tanto hambre y pobreza ni un día más. La sede argentina de UNICEF acaba de informar que un millón de niños en nuestro país se van a descansar a la noche sin haber probado un solo alimento Si el dato del INDEC impacta en el sentido de que casi una persona entre cinco no tenga recursos para simplemente comer todos los días como corresponde en una situación mínima de dignidad es urgentísimo adoptar una sola y absoluta prioridad: NINGUN HOGAR EN EL PAIS DEBE SER INDIGENTE A LA MAYOR BREVEDAD. Las mentiras oficiales sobre falta de recursos deben eliminarse ya. Hay recursos suficientes en el país para hacer frente a esta afrenta a la vida de  nuestros semejantes. Si hay un mínimo de sensibilidad en los actuales gobernantes que con sus políticas han llevado a mas de 25 millones de habitantes a la pobreza y a mas de 8 millones a no poder comer todos los días se deberían iniciar hoy mismo una campaña nacional con fondos públicos, para eliminar el flagelo del hambre a esos ocho millones de habitantes. Una primera meta será volver a los años del último gobierno de Cristina Fernández, con índices que son la mitad de los de hoy en pobreza y una tercera parte en indigencia Y luego, sin pausar el esfuerzo colectivo enfrentar la infamante pobreza que hoy inunda el pais

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