Crisis judicial

La reciente controversia motivada por la actuación del juez de la Corte Suprema Carlos Fayt marca cuestiones relevantes sobre el rol del Poder Judicial en la actual coyuntura. En primer lugar, expone una crisis de la Corte que se extiende al conjunto de uno de los tres poderes del Estado. Durante el menemismo, nuestro país soportó a un tribunal superior que se ganó la definición de Corte de los milagros y, además de las sospechas de corrupción, ineficiencia y falta de nivel jurídico, fue una expresión de esa época y funcional al proyecto del menemismo. Tiempos de entrega del patrimonio público, de desarticulación del Estado, de alineamiento incondicional con Estados Unidos. En suma, de todo lo que implicó el triunfo político, económico y cultural del neoliberalismo. La inesperada llegada del kirchnerismo significó un cambio político copernicano, inaugurando una nueva etapa histórica, de la que emergió una Corte Suprema respetable en términos jurídicos y éticos, de capacidad profesional, y con multiplicidad de orígenes ideológicos. De modo que ese poder estatal se amalgamaba a un proceso de cambios y transformaciones integrales en la Argentina.

Obama ante el default y el desacato

El jueves pasado, el mismo día en que el gobierno argentino presentó ante el Tribunal Internacional de La Haya una demanda contra Estados Unidos por el desempeño de su Poder Judicial, Cristina Kirchner dijo por cadena nacional que “el presidente de los Estados Unidos cuenta con una facultad que le otorga su Constitución, que se llama cláusula de separación de poderes, que es conocida como fórmula de respeto mutuo, y que significa que un presidente puede decirle a un juez que está interfiriendo en las relaciones exteriores”.

“El desafío de repensar lo judicial me entusiasma”

Aunque lleve más de diez años pregonando una reforma constitucional, el juez de la Corte Suprema explicó a Página/12 que muchos cambios importantes del Poder Judicial pueden hacerse con la Constitución vigente. Su soledad en el fallo sobre la cautelar pedida por Clarín. Los cambios procesales. Su visión de por qué los políticos no profundizan en los temas judiciales. Sus razones para oponerse a la elección popular de magistrados.

El 2013 empezó con el foco puesto sobre el fuero civil y comercial, sobre todo luego de que la cámara de apelaciones fallara a favor del Grupo Clarín en una cautelar. Y a la vez, aunque aparecen pocas precisiones, muchos funcionarios del Ejecutivo empezaron a hablar de una reforma del Poder Judicial. Lo hicieron luego de que la Presidenta mencionara lo que ella misma definió como “democratización de la Justicia”. El ministro de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni es jurista, pero suele interesarse por pensar el Poder Judicial desde límites que están más allá de los formales.