El mito de la restricción externa

La actual situación de la balanza de pagos ha vuelto a poner en el tapete la cuestión de la “restricción externa” (RE). Esto es, la idea de que las crisis e interrupciones del proceso de acumulación de capital en la Argentina son provocadas por la escasez de divisas. Se suele atribuir esta restricción a la debilidad de las exportaciones industriales y a la falta de integración nacional de su producción.

Este planteo se apoya en hechos incontrovertibles y, sin embargo, ofrece una explicación inadecuada de las crisis argentinas y sus causas. Las razones son las siguientes.

La EPD

Las tensiones en el frente cambiario y financiero son expresiones de un debate medular que recorre la historia económica local referido a las características del desarrollo. Es una cuestión ocultada por análisis de coyuntura confundidos entre deseos de fracaso político, ideología conservadora y realidad económica. El Gobierno ha tenido un mensaje elocuente sobre el objetivo de industrialización con más empleo e inclusión social, que puede exhibir en robustas variaciones positivas a lo largo de su ciclo político. Pero no ha tenido una estrategia articulada para enfrentar las consecuencias de ese crecimiento, teniendo en cuenta la existencia de una Estructura Productiva Desequilibrada (EPD). Esta se encuentra en la base del desarrollo nacional y se hace visible cuando irrumpe lo que se conoce como restricción externa. Esto es, la escasez de divisas para abastecer a esa industria demandante de crecientes insumos importados y el aumento del consumo doméstico por el alza de ingresos, que incrementa la compra de bienes suntuarios (autos de mediana y alta gama, electrónica de última generación y turismo al exterior).

Los cambios en las reservas internacionales

Como comenté en otras oportunidades, la restricción externa es un problema estructural que debe tenerse en cuenta, dado el impacto negativo que posee sobre las reservas internacionales, entre otras cuestiones financieras, como lo ponen en evidencia los datos del Balance Cambiario del Banco Central (BCRA), que registra las operaciones con el sector externo que efectivamente se pagaron y cobraron en un período.

Gurúes y amplificación de las tensiones

En la columna del domingo pasado abordé el tema de la restricción externa, refiriéndome principalmente a las tensiones que se generan en el saldo del comercio de mercancías. Pero también se generan otras tensiones importantes, que impactan sobre las reservas internacionales, como son la menor liquidación de granos, el cada vez más alto déficit de turismo y viajes, y la reducción de la prefinanciación de exportaciones e importaciones en dólares, que desde hace un tiempo comenzó a realizarse en pesos, sin ingresar divisas del exterior.

En el caso de la soja se han lanzado estimaciones que llegan a los 16 millones de toneladas por vender. No es un número menor, ya que de confirmarse esta proyección, a los precios actuales se estaría hablando de un valor cercano a los U$S 7400 millones, la quinta parte del stock actual de reservas.

Coyuntura y estructura

El vigoroso repunte de los indicadores macroeconómicos se expresaría en una tasa de crecimiento del 7 por ciento en el momento de las elecciones parlamentarias de octubre. Estos datos contrarían a la oposición, uno de cuyos líderes, el senador radical Ernesto Sanz, expresó en público el deseo de que la economía fuera mal para mejorar sus chances electorales. Sin embargo, a más largo plazo, se advierten problemas estructurales que hacen reaparecer en el horizonte la temida restricción externa. Ambas constataciones están presentes en el informe de coyuntura que distribuirá en los próximos días el Centro de Estudios de la CTA (CIFRA), que dirige el economista Eduardo M. Basualdo.

Crecimiento, distribución y restricción externa en Argentina

Este artículo intenta ofrecer una mirada de conjunto sobre el proceso de crecimiento y la política macroeconómica desde comienzos de los años 2000 hasta el presente. Una de las cuestiones claves que se discuten es cómo Argentina pudo pasar de un proceso de crecimiento de los más intensos del mundo para, en 2012, exhibir una de las desaceleraciones más bruscas que se hayan registrado e nivel internacional en el mismo período. Asimismo, en ese intento explicativo, se discutirá la interacción de la inflación y los cambios distributivos, los condicionamientos crecientes de la restricción externa, y los alcances de la política cambiaria y monetaria.

La sección 1 esboza los rasgos del patrón de crecimiento vigente desde 2003. Cuestiona las hipótesis de que las favorables condiciones internacionales (el “viento de cola”) fueron el factor explicativo principal de la exitosa performance macroeconómica en la etapa, así como tampoco fueron los supuestos efectos sobre el crecimiento del tipo de cambio “competitivo”. El trabajo muestra el rol clave de la política fiscal ya desde 2003, en el comienzo de la recuperación, y su rol positivo sobre el consumo privado, junto con las mejoras distributivas.

El poder financiero supera al de los Estados

Llega con los minutos contados. Le espera una larga jornada de entrevistas, pero igual se preocupa de que se entiendan los conceptos que esgrime, algunos presentados por primera vez durante su visita a la Argentina. «Estaba nervioso por presentar ante mis pares algo que va en contra de la corriente sobre la que estudié y enseño», reconoce el economista peruano, radicado en México, Oscar Ugarteche, quien participó de las Jornadas Monetarias y Bancarias organizadas por el Banco Central.