TLC entre la UE y Mercosur: ¿Por qué sólo los negociadores lo quieren firmar?

Aram Aharonian
Un acuerdo de libre comercio (TLC) en las condiciones que ha venido planteando la Unión Europea (UE) para otros países (como Colombia y Perú) es totalmente contradictorio con los propósitos de desarrollo económico independiente que han proclamado en forma reiterada los gobiernos mercosureños, que rechazaron en 2005 la propuesta de un acuerdo similar, el ALCA con EEUU.

Aun sin denominar su acuerdo como de “libre comercio”, sino como de “cooperación económica”, como ha hecho la UE en otros casos, lo que se plantea es un acuerdo similar, y hasta tal vez más negativo, que muchos TLCs, que encuentra duras resistencias en Argentina y Venezuela, e importantes oposiciones en Brasil.

Algunos de los impactos pronosticados de un TLC son un significativo aumento del desempleo, debido a la liberalización del comercio de productos industriales y agrícolas; la caída de los niveles salariales asociada con el aumento del desempleo; además de una sensible caída de los ingresos fiscales, con los impactos vinculados a través de la reducción de gastos de salud, educación y programas de apoyo social.

Pero lo más grave es el sigilo con que se maneja la cosa pública. Por las consecuencias que puede acarrear para todos los pueblos no puede quedar sólo en manos de un grupo de “especialistas” y la presión de grupos de interés o medios de comunicación, sectarizados o interesados. Es necesario hacer una consulta a nuestros pueblos, tras poner en debate todas las condicionalidades, eliminando los niveles de confidencialidad que exigen los europeos, en nombre de la transparencia.

Se había convenido entre las partes que las ofertas se iban a intercambiar en el tercer trimestre de 2013, pero hasta el momento no se ha hecho. Incluso, la presión realizada por el negociador brasileño de Simoes (“La UE no es un menú a la carta”), fue duramente enfrentada en la última reunión de cancilleres en Caracas.

El acuerdo de los negociadores con la UE fue anterior al ingreso al Mercosur de Venezuela, que no participó en los términos de la negociación.

Pero entregar las ofertas no significa que la negociación esté cerca y menos si la UE no termina con la práctica deshonesta de los subsidios agrícolas. Para recordar, que en enero de 2014 caen las preferencias del SGP, que preocupan a productores de mandarina y arándanos uruguayos.

La Unión Europea reformuló su Sistema de Preferencias Generalizadas (SPG) y excluyó a 87 países, entre ellos Argentina, Brasil y Uruguay. La decisión elimina de los beneficios comerciales a un conjunto de economías. Un documento de la Cancillería, señala que “la proporción de las importaciones de la Argentina que ingresan a la UE por el sistema de preferencias se ubica por debajo del 20 por ciento del total”, por lo cual el impacto de esta decisión europea será reducido.

Hace dos años, Estados Unidos eliminó a Argentina del listado de beneficiarios de su esquema de preferencias, lo que implicó que empresas exportadoras, principalmente de commodities, dejaron de recibir un beneficio que en 2011 había ascendido a sólo 18 millones de dólares.

En el Mercosur, el recientemente reincorporado Paraguay es el único país que conservará los beneficios, para satisfacción de las trasnacionales exportadoras de soja.

Brasil no quiere dejar lugar a dudas de su lealtad hacia la alianza suramericana del Mercosur. Incluso a pesar de 15 años de negociaciones infructuosas entre la Unión Europea y el Mercado Común del Sur, Brasil parece negado por ahora a alcanzar un acuerdo de libre comercio bilateral con la UE y prefiere enfocarse en apoyar las negociaciones bloque a bloque, sin olvidar que los europeos van a presionar por negociaciones país por país apenas fracasen o se dilaten las interbloques (ya lo hicieron con la Comunidad Andina).

Según cifras de la oficina europea de estadísticas Eurostat, la Unión Europea exportó en 2012 productos por un valor de 50,3 mil millones de euros a Mercosur. Los envíos desde el bloque suramericano hacia la UE sumaron un total de 49.200 millones de euros.

La principal razón por la que las negociaciones siempre terminan quedando en punto muerto son los subsidios agrícolas europeos, los que dificultan el ingreso de los productos suramericanos al mercado de la UE. Por ello, Brasil ya en el año 2005 presentó una demanda por prácticas desleales ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Los analistas europeos insisten en que Mercosur ya no goza de la misma prioridad de hace cinco años. ¿Estrategia distraccionista? Según el Ministerio de Economía de Alemania, la principal preocupación en este momento es el Tratado de Libre Comercio entre la UE y Estados Unidos.

Pero lo cierto es que el tándem UE-EEUU, en su último documento del Consejo Atlántico (“El vínculo trilateral, Una nueva era para América Latina, Estados Unidos y Europa”), vuelve a la carga en la búsqueda de “traer al redil atlántico” a una América Latina que cada día es más potencia política y económica, recuerda el español Alfredo Serrano.

La UE sigue interesada en firmar el acuerdo, a pesar de que hay sectores en su interior –sobre todo los que se benefician de la política agrícola común- que se oponen, y muchos dudan hoy de su capacidad económica para adelantar el acuerdo.

También del lado del Mercosur hay gente a favor y gente en contra. Por un lado los productores y exportadores primarios y también algunos industriales brasileños, y en contra están los proteccionistas de Argentina, Brasil y de Venezuela. Así que no es verdad que la UE quiera firmar un acuerdo y no es verdad que Mercosur quiera firmar un acuerdo. Son los negociadores de ambos bloques los que quieren firmarlo. Y aún en el hipotético caso que se firmase, para su ratificación habrá bloqueos, vaticinan los analistas europeos.

El análisis uruguayo

El análisis del impacto de la eliminación de los beneficios del SGP de la UE en las exportaciones de Uruguay al amparo del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) de la Unión Europea (UE) –realizado en mayo de 2013 por el ministerio de Finanzas- alcanzan el 4% del valor exportado al mundo.(1)

Las exportaciones uruguayas que se hacen a la UE con cobertura potencial del SGP (200 millones de dólares anuales), si bien tienen un espectro muy amplio, se concentran en unos pocos productos (filetes y carne de merluza, mandarinas, cueros, madera contrachapada, carne equina y arándanos).

Aun siendo que se lo utiliza como elemento de presión para apurar la firma del acuerdo Mercosur -Unión Europa, la eliminación de las preferencias a partir del 1° de enero carece de significación económica real (menos de seis millones de dólares anuales) y podría ser compensada fácilmente con medidas tales como el apoyo a productores o el mejoramiento de costos.

Paraguay, la soja trasnacional

Las declamativas presiones paraguayas para la firma del acuerdo, no condicen con sus acciones. Paraguay no ha participado en ninguna de las reuniones realizadas por el bloque en el último semestre, pese a ser permanentemente invitada por la presidencia pro tempore del Mercosur.

Un documento de la Delegación de la Unión Europea en Paraguay (2), señala una desaceleración en el 2012, debido al mal tiempo y al brote de fiebre aftosa, pero lo cierto es que entre los años 2009 y 2012, las ventas de Paraguay han venido cayendo en forma recurrente por la crisis económica europea, pese a acceder su exportadores a un régimen especial de preferencias europeas (SGP plus).

Pese a todas las majaderías expresadas en los últimos meses, Mercosur es el principal socio comercial de Paraguay, tanto en términos de exportaciones como importaciones. El comercio con el bloque representa el 45% del comercio total en el período 2010-2012. La UE es el segundo destino de las exportaciones paraguayas (13,9% del valor total en 2012). China es el país más importante en términos de las importaciones (40% del valor total en 2012).

El comercio con los países de la Alianza del Pacífico sigue siendo pequeño en comparación con el Mercosur. La balanza comercial es negativa para Paraguay (déficit de 976 millones de dólares en 2012).

Las exportaciones de Paraguay a la región consisten principalmente en tres productos: la energía, los aceites vegetales y cereales no transformados. La energía, que consiste en la retrocesión de las acciones nacionales elaboradas por Itaipú y Yacyretá, respectivamente, con Brasil y Argentina, es de lejos la parte más importante de las exportaciones (61% del valor total en 2012).

Las importaciones son principalmente aceites de petróleo, los fertilizantes y los productos manufacturados (maquinaria, vehículos). Brasil es de lejos el principal socio comercial de Paraguay en la región, tanto para las exportaciones como las importaciones, sólo seguido por Argentina. El comercio con Uruguay y Venezuela es aún débil.

El intento de la Unión Europea de negociar un acuerdo comercial con Mercosur, parece el retorno de las carabelas y los espejitos de colores, esta vez con dos objetivos: buscar salida para la crisis europea, y ver si logran con Mercosur lo que hicieron con la Comunidad Andina: desintegrar un bloque homogéneo e integrado.

ALAI, América Latina en Movimiento - 13 de enero de 2014

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