Acto de clausura de la Convención anual de la Cámara Argentina de la Construcción

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ EN EL ACTO DE CLAUSURA DE LA 59 CONVENCIÓN ANUAL DE LA CÁMARA ARGENTINA DE LA CONSTRUCCIÓN, EN EL SHERATON BUENOS AIRES HOTEL & CONVENTION CENTER.

Gracias, muchas gracias, muy buenas tardes a todos y a todas; señor presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, querido amigo Enrique Wagner: en principio quiero referirme a ese otro gran amigo, que es Luiz Inácio Lula da Silva, y desde este lugar hacer votos, junto a todos ustedes, para su pronta mejoría porque es realmente un dirigente del cual la América del Sur no puede prescindir, al contrario lo necesitamos junto a nosotros porque ha sido también, junto a Néstor Kirchner, quienes volvieron, o mejor dicho reconstruyeron, o mejor dicho aún porque en realidad hasta ese momento Brasil y Argentina se veían como dos cosas absolutamente separadas y cuando no adversas y creo que ellos dos recrearon realmente la necesidad de integración de la región y que hoy reafirmamos la Presidenta Dilma Rousseff y yo como una de las claves también para poder enfrentar esta crisis que vive el mundo global.

Ambas estuvimos compartiendo el G-20 y en unos días más, el viernes más precisamente estaremos juntas en Brasil, en una reunión bilateral, y estoy absolutamente convencida – como creo que ella también lo está – que la integración de la región, esencialmente el MERCOSUR, de la UNASUR, y especialmente de Brasil y la Argentina son una de las claves para poder seguir con este crecimiento virtuoso.

El otro, es sin lugar a dudas, un modelo que desde el año 2003 ha hecho de la planificación, y fundamentalmente de la inversión en infraestructura económica y social uno de sus pilares de crecimiento y uno de sus ejes fundamentales políticos.

Inauguración de planta de Aluminio en Berazategui

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN EL ACTO DE INAUGURACIÓN DE LA PLANTA DE EXTRUSIÓN DE ALUMINIO, "TOTAL METAL", EN LA LOCALIDAD DE PLÁTANOS, PARTIDO DE BERAZATEGUI

Muchas Gracias. Muy buenos días a todos y a todas.

Señor gobernador de la provincia de Buenos Aires; señor intendente de Berazategui; señora presidenta de la firma que hoy estamos inaugurando, porque vamos a contar qué estamos haciendo aquí; estamos inaugurando un emprendimiento privado, esto es una empresa que ha decidido construir un parque industrial, el Nº 10 de Berazategui. En el año 2003 Berazategui tenía un parque industrial; a 8 años y medio de gobierno Berazategui tiene 10 parques industriales, este es el décimo que se está abriendo. El país tenía 80 parques industriales y hoy tiene 280 parques industriales.

Me comentaba el señor Intendente que todos los empresarios que están sentados hoy aquí, que nos acompañan, son los empresarios que se han incorporado a los distintos parques industriales a partir del año 2003, así que también quiero agradecerles a todos y a cada uno de ustedes la confianza en Berazategui, en la provincia de Buenos Aires y fundamentalmente en el país, para comenzar emprendimientos.

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“Este modelo es de crecimiento e inclusión”

La Presidenta afirmó que la discusión sobre el reparto de utilidades se tiene que acordar en paritarias y no por una ley. También criticó los conflictos intersindicales por encuadramiento de trabajadores. Tensión con Moyano.

“Entramos en la etapa de la sintonía fina. Tenemos que comenzar a analizar los grandes temas: inversión, salarios, inflación, subsidios y utilidades”, afirmó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante la clausura de la Conferencia Industrial. Durante su extensa intervención ante un auditorio colmado de empresarios, la mandataria defendió la política de administración del tipo de cambio, reclamó mayores inversiones a los empresarios y cuestionó a algunos que compraron dólares por un monto mayor a créditos oficiales recibidos, criticó a las autoridades porteñas por la resistencia al traspaso del subte y cuestionó los conflictos intrasindicales. La Presidenta descartó que el Gobierno vaya a prohibir la remisión de utilidades, pero instó a las compañías a que reinviertan mayores porciones de sus ganancias. Los aplausos llegaron cuando se refirió a Hugo Moyano. La Presidenta se ocupó de destacar la ausencia del secretario general de la CGT, quien había participado por la mañana del encuentro. Acto seguido, CFK consideró que la distribución de una porción de las ganancias empresarias debe ser debatida en cada sector entre sindicatos y empresarios y no por ley, como figura en el proyecto que impulsa la central sindical.

Tal como esperaban los organizadores de la Unión Industrial, la presencia de la Presidenta hizo desbordar el salón del hotel Hilton en Puerto Madero, con más de quinientos hombres de negocios. La intervención de CFK se adelantó y duró casi una hora. Si bien la mandataria realizó reclamos y cuestionamientos, el discurso dejó satisfecha a la cúpula empresaria y los directivos de la UIA con quienes compartió un distendido almuerzo (ver aparte). “Para profundizar el modelo hay que reinvertir para ampliar la capacidad productiva y así abastecer el fuerte mercado interno y también el mercado de América del Sur”, señaló CFK, acompañada por una parte de su gabinete.

La “sintonía fina” tiene como eje la competitividad: “La competitividad sólo es sustentable con inclusión social. Lo aclaro porque algunos interpretan que la competitividad se hace a costa de los salarios o con exenciones fiscales, bajas de impuestos y subsidios”, sostuvo la Presidenta. Inversión, salarios, subsidios, utilidades e inflación fueron las variables macroeconómicas a analizar que destacó CFK. “Hay que tener timing de cómo se manejan las variables macroeconómicas. Nuestro modelo es de crecimiento, trabajo e inclusión, y no de metas de inflación, que es el método del Consenso de Washington”, enfatizó la mandataria ante la atenta mirada del titular de la UIA, José Ignacio de Mendiguren, el gobernador Daniel Scioli y los ministros de Economía, Industria y Planificación Federal.

Dividendos

La mandataria reclamó a las firmas extranjeras que reinviertan esas utilidades y destacó los casos de algunas empresas automotrices que “podrían haber hecho su remisión y sin embargo optaron por hundir aquí su dinero en inversión e innovación”.

CFK cuestionó a las grandes empresas que habían sido beneficiarias de créditos del Bicentenario “con una tasa de interés real negativa” y habían adquirido divisas por un monto superior al préstamo. También criticó a una compañía de “insumos difundidos que recibe subsidios” porque el sostenido incremento en sus utilidades tuvo como correlato una fuerte caída en las inversiones. Según precisaron desde el equipo económico a Página/12, se trataría de la empresa Ledesma, perteneciente a los Blaquier, y Siderar, del Grupo Techint, respectivamente. Los directivos de ambas firmas compartieron la mesa principal con la Presidenta.

“Ofenden la inteligencia quienes creen que se va a prohibir remitir ganancias. Me preocupan los tontos que pueden creer cosas como ésas después de ocho años”, afirmó la mandataria. “No me molesta que ganen plata, las utilidades de las empresas argentinas superan cualquier estándar internacional. No me molesta en tanto y en cuanto no nos provoque una situación de endeudamiento del sector público”, señaló CFK.

Dólar

La mandataria dedicó un párrafo aparte a la política del tipo de cambio. Advirtió que, entre 2007 y 2011, las economías de América latina exhibieron una fuerte volatilidad cambiaria por los flujos de capital. “Argentina nunca revaluó su moneda. Siempre depreciamos, tal vez no con la intensidad que querrían los exportadores. Pero si no que no me vengan a hablar de inflación. Si no controlo la variable del dólar se me terminan referenciando los precios de los bienes y los servicios en esa moneda. Pongámonos de acuerdo, no se puede la chancha, los veinte y la máquina de hacer chorizos”, arremetió CFK.

Luego de defender la previsibilidad cambiaria y la administración del intercambio comercial, Cristina Fernández de Kirchner advirtió que “los sectores más vulnerables no son los que fugan divisas, tampoco son los jubilados que ganan el haber mínimo los que remesan utilidades. Vamos a estar atrás de los abusos del sector financiero para fugar divisas”.

CGT

Por la mañana, Moyano compartió una mesa de debate con Mendiguren y se retiró. “Seguramente les habló de la ley de distribución de ganancias. Por lo menos yo lo leo todos los días en los diarios con mensajes hacia el Ejecutivo. Si no lo hizo, les digo yo lo que opino de la cuestión, es un tema que hace a la competitividad y la inclusión social”, apuntó la Presidenta, luego de destacar la ausencia del dirigente sindical.

“Estoy muy de acuerdo. Hay empresas que ya distribuyen. Pero lo tienen que decir trabajadores y empresarios en cada sector, no lo puede imponer el Estado a través del Parlamento”, consideró CFK en coincidencia con los directivos de la UIA y en detrimento del proyecto de ley que impulsa la CGT en el Congreso. “No pueden decirle a esta Presidenta que no defiende los intereses de los trabajadores. No soy neutral, siempre voy a estar del lado del más vulnerable”, sostuvo CFK, al tiempo que advirtió que “últimamente asistimos a conflictos intrasindicales que no son laborales que, por ejemplo, afectan al Estado en empresas de servicios”, en referencia al conflicto en Aerolíneas Argentinas. También apuntó a los conflictos por encuadramiento sindical, que tiene al gremio de Moyano como el más activo.

Discurso de Cristina Fernandez en la UIA

A continuación reproducimos el discurso de Cristina Fernández en el cierre de la Conferencia Anual de la Unión Industrial Argentina (UIA). La presencia de la Presidenta hizo desbordar el salón del hotel Hilton en Puerto Madero, con más de quinientos hombres de negocios. En su discurso, la mandataria afirmó que los políticos deben “respetar a los mercados”, pero también saber que “los que gobiernan son los que han sido elegidos por el voto popular”.

Muchas gracias. Muy buenos días a todos y a todas.

Señor titular de la UIA; señor titular de este Seminario de la UIA; señoras y señores empresarios: en primer lugar quiero felicitarlos por el excelente corto, casi un cortometraje que hicieron ahí con el péndulo, donde me obsequiaron con una de mis obras artísticas favoritas, de Ernesto de la Cárcova “Sin pan y sin trabajo”, que se lo pedí al Museo de Bellas Artes para el Museo del Bicentenario pero no me lo quisieron prestar, es uno de mis favoritos y el excelente por supuesto siempre Antonio Berni con “Manifestación”, que creo que marcan con exactitud desde el arte lo que ha sido la República Argentina y sus frustraciones.

Para Heller, sería una "burrada insostenible" decir que el país está "blindado" contra la crisis

El diputado nacional y presidente del Banco Credicoop, Carlos Heller, afirmó hoy que sería una "burrada insostenible" plantear que Argentina está "blindada" frente a la crisis mundial y subrayó la necesidad de mantenerse "en alerta" para evitar cimbronazos, por más que el país esté "mejor preparado" ahora que en 2008.

Heller remarcó que "nadie puede pensar que existen blindajes en el mundo global" y advirtió que "se generan mitos sobre los que establecen debates" en el país, como el que libran en estos días economistas liberales y ortodoxos sobre el posible impacto de la crisis internacional en Argentina.

El banquero y legislador nacional por Nuevo Encuentro aplaudió incluso el discurso de la víspera del canciller Héctor Timerman en la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), donde expresó "claramente", según Heller, que "sería una tontería pensar que uno puede estar fuera de los riesgos que tiene la situación internacional".

"¿Quién dijo que Argentina estaba blindada? No encuentro una sola declaración oficial al respecto. Blindado es no tenemos que hacer nada, hagamos la plancha, eso es un burrada insostenible. ¿Quién puede estar blindado?", remarcó.

Heller, de todos modos, sí planteó que el país está "mejor preparado que en otros momentos" para capear la crisis mundial, al evaluar el contexto global en declaraciones al programa "Realidad Ampliada 2011" que se emite por la radio FM Palermo de la Capital Federal.

"No estamos indefensos, eso sí, porque existen mejores condiciones que en otros tiempos y estamos mejor preparados para enfrentar esta crisis, porque sabemos cómo actuar y tenemos políticas para hacerlo", sostuvo.

En este sentido, argumentó su postura diciendo que "esas mejores condiciones arrancan arrancan fundamentalmente con las políticas contra-cíclicas que se vienen llevando adelante y que tienen que ver con una vocación de responder regionalmente" a situaciones problemáticas.

"Estamos mejor preparados, con fortalezas que no tuvimos en otros tiempos y con la convicción de que, como pasó en 2008 y 2009, lo que hay que hacer es estar en guardia, estar en alerta y ante los primeros síntomas actuar con firmeza para revertir los efectos de la crisis", manifestó.

Además de permanecer "en alerta" frente al contexto global, Heller también destacó la importancia de avanzar en el país con las "asignaturas pendientes" del proyecto de gobierno que impulsa la presidenta Cristina Kirchner.

El banquero cooperativista, que respalda la gestión oficial y descuenta que Cristina ganará las elecciones generales del próximo domingo, dijo que "los próximos cuatro años deben servir para construir igualdad", para "mejorar la distribución del ingreso" en el país, como pregona la jefa de Estado.

"Nosotros apoyamos el rumbo y creemos que hay que continuar, pero queremos que ésto no sea una primavera en la que hemos visto un rumbo que nos entusiasma, sino que sea un proyecto que se afiance, se consolide y que vaya pudiendo concretar políticas distributivas que solucionen los problema que aún existen (en Argentina)", expresó.

En este contexto, enumeró a la pobreza, la desocupación, el trabajo informal, el déficit habitacional y la falta de cloacas, agua potable y gas natural en "importantes sectores" de la sociedad nacional como las principales "asignaturas pendientes" del proyecto oficial.

Noticias Argentinas - 19 de octubre de 2011

“Hay que discutir la composición del crecimiento”

“No es igual especializarse en call center que en servicios empresariales de alta ingeniería”. Sintética y lineal, la frase define la postura de uno de los más reconocidos y brillantes estudiosos del desarrollo industrial. Un encuentro con el licenciado Fernando Porta, quien parece haber pensado con mil enfoques diferentes cada una de las cuestiones que aborda, es una aventura que ordena y enriquece el pensamiento de quien lo escucha. “El objetivo último de toda política económica debiera ser el bienestar de la gente, esto que parece obvio no lo es”, señaló el especialista en economía internacional y economía industrial e investigador principal del Centro REDES, antes que el grabador fuera silenciado. El encuentro se desarrolló así:

-Aunque creo conocer la respuesta pregunto: ¿ortodoxo o heterodoxo?
-(se ríe) Ortodoxo no soy así que debo ser heterodoxo, pero lo soy de varias heterodoxias, porque no soy ortodoxo de ninguna heterodoxia.

Impacto de la crisis internacional sobre la economía argentina

El trabajo analiza el impacto de la crisis financiera internacional de 2008 sobre la economía argentina desde la perspectiva del sector externo. Siguiendo el enfoque de algunos expertos, la hipótesis que se plantea es que la crisis no fue la única responsable de detener el prolongado crecimiento que había comenzado sobre 2003.

En este sentido, al momento de desatarse la crisis internacional, en la Argentina ya se había puesto en marcha una dinámica de factores internos que empezaban a erosionar los pilares del crecimiento. Pero paradójicamente, algunas características propias del país, que en principio podrían considerase negativas, atenuaron los canales de transmisión de crisis permitiendo limitar el shock externo. Y conjuntamente con la aún robusta situación macroeconómica lograron una rápida recuperación. Sin embargo, esta problemática aún no resuelta podría complicar las perspectivas futuras de la economía.

Concentración que condiciona un plan de desarrollo

Tal como venían reclamando sectores de la mediana y pequeña empresa prácticamente desde la salida de la convertibilidad, finalmente se abrió el debate acerca del modelo de desarrollo industrial. “La puesta en marcha del Plan Industrial 2020 es un paso importante, aunque por ahora establezca metas y objetivos pero no las medidas a través de las cuales se lograrán, pero la discusión del modelo de desarrollo ya tomó estado público”, afirmó Rubén Fabrizio, gerente de la cámara que agrupa a los fabricantes locales de bienes de capital (Cipibic), expresando la opinión de la mayoría de integrantes de la pequeña y mediana empresa nacional, cuyos intereses no siempre se comparten con los de los grupos económicos más concentrados, sean éstos de capital nacional o extranjero. La coincidencia alcanzada en esta primera etapa sobre los principales lineamientos del plan industrial abre el espacio ahora a tratar otras cuestiones, como la excesiva concentración industrial en algunos rubros, y los límites que imponen los grupos económicos más poderosos a un desarrollo productivo más integrado. O a analizar cómo se evita, además, “el desmantelamiento de sectores manufactureros de mayor complejidad tecnológica” cediendo ese espacio al aprovisionamiento externo, preocupación planteada en los foros de debate por Cipibic.

La industria de bienes de capital es una de las once cadenas productivas seleccionadas por el Plan Industrial en los que se buscará un desarrollo articulado entre sus diferentes eslabones, resolviendo las carencias que puedan presentarse en cada uno de ellos. Algunas de esas falencias fueron planteadas en los foros de discusión por Cipibic, integrante de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Admira), resumidos por Rubén Fabrizio al ser consultado por Página/12.

“Hay medidas que deberían ser previas a una definición más global sobre la implementación del plan, algunas de forma inmediata, como la ampliación de la vigencia del bono fiscal de compensación de (la baja de) aranceles (para la importación de bienes de capital), que vence el 31 de diciembre próximo. Otras tienen que ver con la inversión pública, como la de establecer un mínimo de integración nacional en el equipamiento para obras de infraestructura, por ejemplo en el sector energético. Está vigente una ley de compre nacional que no se cumple. O con regímenes sectoriales como el de la minería, que les da libertad para importar a las empresas concesionarias de áreas de explotación. Ahí los fabricantes nacionales de bienes de capital perdemos a dos puntas: por un lado porque nos desplazan del equipamiento para las actividades de extracción, pero como además las mismas empresas se llevan el material en crudo, sin elaboración, también perdemos la oportunidad de proveer equipos a un sector que podría estar refinando o manufacturando los minerales en el país.”

El sector fabricante de bienes de capital ha vivido una suerte de paradoja dentro de la trayectoria de la industria en el país. Es un área de muy elevado nivel tecnológico, porque los equipos y maquinarias que fabrica suelen requerir un “trabajo a medida” y de alta precisión. Trabaja para grandes empresas, pero está compuesto mayoritariamente por empresas medianas –no son extraños los casos de firmas que no atienden más de un solo pedido por vez–. Son originalmente empresas familiares, de capital nacional, y lo han seguido siendo a través del tiempo, porque raramente alguna firma concentrada tenga interés de integrar a su pool una unidad de negocios que únicamente trabaje para diseñarle una máquina o instalación ante el inicio de un nuevo proceso o ampliación a una línea más de producción.

Por otra parte, por fabricar productos “a medida” y de gran volumen, también se vio beneficiada de una suerte de “protección natural” frente a la importación. Aunque no siempre es así. “Hay bodegas nuevas en Mendoza que están trayendo maquinaria y equipo de Italia y Francia, porque bajaron mucho los precios por la crisis y aquí todavía siguen gozando de beneficios para importar. En la industria láctea, por la caída de la actividad en el sector, se ven afectados algunos proveedores tradicionales de equipos en ese rubro. Y un caso particular es el de calderería pesada, que históricamente estaba protegido por trabajar a medida y por el volumen y peso de los equipos, pero hoy España está enviando tanques de material liviano que reemplazan al proveedor local”, describió Fabrizio.

La cámara de industriales y proyectos de ingeniería de bienes de capital alertó, en los foros en los que participó, de algunas tendencias que se vienen dando que contrarían los objetivos planteados en el Plan Industrial 2020. Dichas tendencias no sólo tendrían que ver con la crisis internacional, sino también por el rol dominante que están ocupando grupos empresarios en los principales rubros de exportación de manufacturas del país. Esas desviaciones y contradicciones son:

n Mientras el Plan 2020 fija una ambiciosa meta de superávit en la balanza comercial industrial para dentro de una década, la tendencia actual es a un déficit creciente. Los rubros más dinámicos del comercio mundial están controlados por empresas extranjeras que son las que hacen uso más frecuente de la importación de insumos, equipos y otros bienes de capital aprovechando su fluida vinculación externa. Es decir, son los que más exportan pero también los que más importan, y esto último en forma creciente. El complejo automotor y el complejo agroalimentario son dos claros ejemplos.

n El Plan 2020 plantea facilitar el acceso de toda la industria, principalmente la mediana y pequeña, a los insumos “difundidos” o de uso indispensable para determinadas ramas. El sector de bienes de capital, y más en general todo el rubro metalúrgico, sigue padeciendo las dificultades de acceso a insumos básicos cuya provisión está fuertemente concentrada en el país. Y a pesar de algunas políticas que se han planteado para atender el problema, están lejos de haber dado respuesta. Los casos del acero y del aluminio son ejemplo de ello, y no los únicos.

n El Plan 2020 también promueve un “salto exportador” para aquellas empresas manufactureras que todavía no han accedido al mercado mundial. La tendencia actual es que el acceso al comercio exterior se está cerrando para aquellas empresas que habían dado los primeros pasos en encararlo, debido al cambio de precios relativos que le ha hecho perder competitividad a la oferta argentina. “No son solamente los productos asiáticos los que compiten, ahora también los europeos aparecen con precios muy bajos en cualquier mercado”, indicó Fabrizio.

Para los sectores manufactureros compuestos predominantemente por empresas medianas y pequeñas, como ocurre con la mayoría en el rubro metalúrgico y el de bienes de capital en particular, el planeamiento de mediano plazo necesariamente debe articularse con medidas de coyuntura que hagan transitable el proceso. Son sectores que pelean, a la vez, con las restricciones externas o estructurales que afectan al conjunto de la economía argentina, pero a la vez con el rol de los grupos dominantes en el ámbito local que distorsionan precios y condiciones de acceso a productos y mercados. Son los que reclaman “mayor protección efectiva, en vez de megadevaluaciones o transferencias directas sin contraprestación, que usualmente van en beneficio de los grupos dominantes”, tal como planteaba un documento de diagnóstico presentado por Cipibic antes del inicio de la ronda de debates del Plan 2020.

En el mismo documento se advertía que era necesario confrontar con la propuesta de “sectores que plantean que la mejor opción para la Argentina pasa por consolidar un perfil de especialización productivo industrial estrechamente ligado al procesamiento de recursos básicos, derivado de los sectores agropecuario, hidrocarburífero y minero”. Y señalaba que la imposición de ese modelo bajo la política neoliberal había derivado en “el desmantelamiento de las manufacturas de mayor complejidad y densidad tecnológica, en particular las relacionadas con la fabricación nacional de bienes de capital”.

Pese a la notable recuperación de la actividad industrial y el empleo a partir de 2003, señala el mismo documento, en paralelo se ha dado un nuevo ciclo de concentración del capital que ha profundizado algunas condiciones antes planteadas. Para lograr las metas que ahora se proponen en materia de beneficios para el sector laboral, mejorar la distribución del ingreso y lograr una nueva configuración regional para la producción industrial, será necesario tener en cuenta tales limitaciones, sostiene. El sector de bienes de capital espera la próxima convocatoria oficial para plantearlo.

Concentración que condiciona un plan de desarrollo

Tal como venían reclamando sectores de la mediana y pequeña empresa prácticamente desde la salida de la convertibilidad, finalmente se abrió el debate acerca del modelo de desarrollo industrial. “La puesta en marcha del Plan Industrial 2020 es un paso importante, aunque por ahora establezca metas y objetivos pero no las medidas a través de las cuales se lograrán, pero la discusión del modelo de desarrollo ya tomó estado público”, afirmó Rubén Fabrizio, gerente de la cámara que agrupa a los fabricantes locales de bienes de capital (Cipibic), expresando la opinión de la mayoría de integrantes de la pequeña y mediana empresa nacional, cuyos intereses no siempre se comparten con los de los grupos económicos más concentrados, sean éstos de capital nacional o extranjero. La coincidencia alcanzada en esta primera etapa sobre los principales lineamientos del plan industrial abre el espacio ahora a tratar otras cuestiones, como la excesiva concentración industrial en algunos rubros, y los límites que imponen los grupos económicos más poderosos a un desarrollo productivo más integrado. O a analizar cómo se evita, además, “el desmantelamiento de sectores manufactureros de mayor complejidad tecnológica” cediendo ese espacio al aprovisionamiento externo, preocupación planteada en los foros de debate por Cipibic.

La industria de bienes de capital es una de las once cadenas productivas seleccionadas por el Plan Industrial en los que se buscará un desarrollo articulado entre sus diferentes eslabones, resolviendo las carencias que puedan presentarse en cada uno de ellos. Algunas de esas falencias fueron planteadas en los foros de discusión por Cipibic, integrante de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Admira), resumidos por Rubén Fabrizio al ser consultado por Página/12.

“Hay medidas que deberían ser previas a una definición más global sobre la implementación del plan, algunas de forma inmediata, como la ampliación de la vigencia del bono fiscal de compensación de (la baja de) aranceles (para la importación de bienes de capital), que vence el 31 de diciembre próximo. Otras tienen que ver con la inversión pública, como la de establecer un mínimo de integración nacional en el equipamiento para obras de infraestructura, por ejemplo en el sector energético. Está vigente una ley de compre nacional que no se cumple. O con regímenes sectoriales como el de la minería, que les da libertad para importar a las empresas concesionarias de áreas de explotación. Ahí los fabricantes nacionales de bienes de capital perdemos a dos puntas: por un lado porque nos desplazan del equipamiento para las actividades de extracción, pero como además las mismas empresas se llevan el material en crudo, sin elaboración, también perdemos la oportunidad de proveer equipos a un sector que podría estar refinando o manufacturando los minerales en el país.”

El sector fabricante de bienes de capital ha vivido una suerte de paradoja dentro de la trayectoria de la industria en el país. Es un área de muy elevado nivel tecnológico, porque los equipos y maquinarias que fabrica suelen requerir un “trabajo a medida” y de alta precisión. Trabaja para grandes empresas, pero está compuesto mayoritariamente por empresas medianas –no son extraños los casos de firmas que no atienden más de un solo pedido por vez–. Son originalmente empresas familiares, de capital nacional, y lo han seguido siendo a través del tiempo, porque raramente alguna firma concentrada tenga interés de integrar a su pool una unidad de negocios que únicamente trabaje para diseñarle una máquina o instalación ante el inicio de un nuevo proceso o ampliación a una línea más de producción.

Por otra parte, por fabricar productos “a medida” y de gran volumen, también se vio beneficiada de una suerte de “protección natural” frente a la importación. Aunque no siempre es así. “Hay bodegas nuevas en Mendoza que están trayendo maquinaria y equipo de Italia y Francia, porque bajaron mucho los precios por la crisis y aquí todavía siguen gozando de beneficios para importar. En la industria láctea, por la caída de la actividad en el sector, se ven afectados algunos proveedores tradicionales de equipos en ese rubro. Y un caso particular es el de calderería pesada, que históricamente estaba protegido por trabajar a medida y por el volumen y peso de los equipos, pero hoy España está enviando tanques de material liviano que reemplazan al proveedor local”, describió Fabrizio.

La cámara de industriales y proyectos de ingeniería de bienes de capital alertó, en los foros en los que participó, de algunas tendencias que se vienen dando que contrarían los objetivos planteados en el Plan Industrial 2020. Dichas tendencias no sólo tendrían que ver con la crisis internacional, sino también por el rol dominante que están ocupando grupos empresarios en los principales rubros de exportación de manufacturas del país. Esas desviaciones y contradicciones son:

n Mientras el Plan 2020 fija una ambiciosa meta de superávit en la balanza comercial industrial para dentro de una década, la tendencia actual es a un déficit creciente. Los rubros más dinámicos del comercio mundial están controlados por empresas extranjeras que son las que hacen uso más frecuente de la importación de insumos, equipos y otros bienes de capital aprovechando su fluida vinculación externa. Es decir, son los que más exportan pero también los que más importan, y esto último en forma creciente. El complejo automotor y el complejo agroalimentario son dos claros ejemplos.

n El Plan 2020 plantea facilitar el acceso de toda la industria, principalmente la mediana y pequeña, a los insumos “difundidos” o de uso indispensable para determinadas ramas. El sector de bienes de capital, y más en general todo el rubro metalúrgico, sigue padeciendo las dificultades de acceso a insumos básicos cuya provisión está fuertemente concentrada en el país. Y a pesar de algunas políticas que se han planteado para atender el problema, están lejos de haber dado respuesta. Los casos del acero y del aluminio son ejemplo de ello, y no los únicos.

n El Plan 2020 también promueve un “salto exportador” para aquellas empresas manufactureras que todavía no han accedido al mercado mundial. La tendencia actual es que el acceso al comercio exterior se está cerrando para aquellas empresas que habían dado los primeros pasos en encararlo, debido al cambio de precios relativos que le ha hecho perder competitividad a la oferta argentina. “No son solamente los productos asiáticos los que compiten, ahora también los europeos aparecen con precios muy bajos en cualquier mercado”, indicó Fabrizio.

Para los sectores manufactureros compuestos predominantemente por empresas medianas y pequeñas, como ocurre con la mayoría en el rubro metalúrgico y el de bienes de capital en particular, el planeamiento de mediano plazo necesariamente debe articularse con medidas de coyuntura que hagan transitable el proceso. Son sectores que pelean, a la vez, con las restricciones externas o estructurales que afectan al conjunto de la economía argentina, pero a la vez con el rol de los grupos dominantes en el ámbito local que distorsionan precios y condiciones de acceso a productos y mercados. Son los que reclaman “mayor protección efectiva, en vez de megadevaluaciones o transferencias directas sin contraprestación, que usualmente van en beneficio de los grupos dominantes”, tal como planteaba un documento de diagnóstico presentado por Cipibic antes del inicio de la ronda de debates del Plan 2020.

En el mismo documento se advertía que era necesario confrontar con la propuesta de “sectores que plantean que la mejor opción para la Argentina pasa por consolidar un perfil de especialización productivo industrial estrechamente ligado al procesamiento de recursos básicos, derivado de los sectores agropecuario, hidrocarburífero y minero”. Y señalaba que la imposición de ese modelo bajo la política neoliberal había derivado en “el desmantelamiento de las manufacturas de mayor complejidad y densidad tecnológica, en particular las relacionadas con la fabricación nacional de bienes de capital”.

Pese a la notable recuperación de la actividad industrial y el empleo a partir de 2003, señala el mismo documento, en paralelo se ha dado un nuevo ciclo de concentración del capital que ha profundizado algunas condiciones antes planteadas. Para lograr las metas que ahora se proponen en materia de beneficios para el sector laboral, mejorar la distribución del ingreso y lograr una nueva configuración regional para la producción industrial, será necesario tener en cuenta tales limitaciones, sostiene. El sector de bienes de capital espera la próxima convocatoria oficial para plantearlo.