Alianza del Pacífico esconde intereses geopolíticos de Estados Unidos
La Alianza del Pacífico tiene una perspectiva más librecambista y define su proceso respondiendo al ritmo que le impone la dinámica del capital internacional y el comercio, mientras otras posiciones consideran mucho más importante el desarrollo propio, y han elegido impulsar un proyecto de integración regional, como es el caso del Mercado Común del Sur (Mercosur).Como naciones, tenemos al frente una realidad objetiva: no es posible afirmar que en América Latina y el Caribe exista una homogeneidad de intereses que facilite la resolución rápida y colectiva de todas sus aspiraciones. Podemos ser complementarios, pero no homogéneos.
Estamos en un momento en el que se encuentran todavía presentes las conveniencias de cada país para buscar sus propias salidas individuales. Es decir, aún no podemos responder con un esquema común y definitivo de integración, pues es imposible desconocer que existen miradas diferenciadas sobre determinados temas -por ejemplo, iniciativas como la Alianza del Pacífico, con la cual EE.UU.busca contrarrestar el Mercosur-, y reconocer, al mismo tiempo, que todavía carecemos de un liderazgo como región en la esfera internacional.
Frente a esta realidad que está presente en el comercio latinoamericano, es importante resaltar que esta nueva Alianza del Pacífico se superpone a otra, la Trans-Pacific Strategic Economic Partnership (TPSEP), que es un tratado de libre comercio iniciado en el año 2005 por Brunei, Chile, Nueva Zelanda y Singapur, para liberalizar aún más las economías en la región Asia-Pacífico. En el año 2010 el TPSEP se convirtió en TPP (Trans-Pacific Partnership) con la incorporación de Australia, Malasia, México, Canadá, Perú, Estados Unidos, Vietnam y Japón a las negociaciones.
En estas redes comerciales, a veces confusas y superpuestas, que se van creando con el tiempo, aparece siempre la hegemonía clara de los países fuertes que imponen las reglas de juego a sus socios más débiles.
La región se presenta dividida, pero los países ricos y el capital financiero se muestran unidos, en la medida que tienen claro su objetivo: el predominio de sus intereses financieros.
Hay alianzas que encadenan y ahogan.
Sinaltrainal - 13 de noviembre de 2013