Ciencia y Técnica Argentina propugna un futuro de crecimiento e inclusión para nuestro país
En una breve caracterización del período histórico (2003-2015) podemos decir que no solamente creció la economía argentina sino que tal crecimiento se dio en un marco de extendidas políticas de redistribución del ingreso. Retacearlo o negarlo es en el mejor de los casos miopía y, en el peor, acabada contribución a proyectos y planes regresivos, de dependencia social, cultural y política.
Se comprendió desde el Estado, en profundidad y con claridad meridiana, y así se lo hizo saber a la Sociedad, que sin Ciencia y Tecnología (C&T) no hay futuro posible en un mundo donde el conocimiento es el valor más importante. C&T no son conceptos abstractos, de ellos depende en gran medida nuestra salud, el acceso a la energía, la posibilidad de tener empleos de calidad, de desplegar algunas de las mejores potencialidades del ser humano, en definitiva de tener una vida mejor.
La producción autónoma de tecnología, motorizada por grandes proyectos nacionales, centralizados desde los ministerios de Planificación y de Defensa logró, en varios sectores, activar y desarrollar el triángulo de producción-innovación que conformaron empresas estatales, instituciones del sistema nacional de ciencia y tecnología (SNCyT) y Pymes. Este triángulo asociativo fue la base de los desarrollos industriales innovativos del pasado, y sigue siendo clave en el presente para países periféricos como el nuestro, pero también para los países de alta industrialización.
El crecimiento cuantitativo y cualitativo del CONICET y otros organismos científicos así como el creciente apoyo presupuestario a las universidades nacionales, que en todo momento vieron ampliamente respetada su autonomía, dieron como resultado un importante crecimiento en cantidad y calidad de la producción científica argentina.
Un hito histórico lo constituyó la creación de YTEC entre la YPF nacionalizada y el CONICET. En este escenario de interacción entre desarrollos tecnológicos autónomos y científicos, todo el sector científico creció.
En el período (2003-2015) el gobierno no solo apoyó la C&T sino que tomándolas como base construyó sobre ellas el proceso de desarrollo inclusivo de la Argentina. Buena parte de estas políticas estaban en pleno desarrollo, en etapa de evaluación y/o ajustes. Quedaba mucho por hacer para profundizar y articular lineamientos tecnológicos y científicos. Asuntos estructurales acarreados por largas décadas quedaban aún por resolver como la escisión entre el CONICET y las universidades nacionales, la equidad regional, la situación de becarios y becarias.
Hoy, a más dos años del gobierno de Macri, el retroceso es tal que el sistema C&T parece la contracara del existente en 2015. Pero además, trabajadores y trabajadoras en general, grupo del que formamos parte, nos enfrentamos al crecimiento del desempleo, al acelerado deterioro de nuestros ingresos, así como de la convivencia democrática que dábamos por garantizada en el período anterior.
Sabemos que el futuro cercano será aún de mayor deterioro si el gobierno, obstinado en proseguir su política de endeudamiento y achicamiento de la actividad científica y tecnológica, no se encuentra con una fuerte oposición popular que lo obligue a torcer el rumbo. Esta creciente e indetenible oposición a la “miseria planificada” que Cambiemos está implantando en el sector del trabajo, sea activos o pasivos, debe ir cristalizando en propuestas alternativas que guíen un proceso de reconstrucción para volver al camino del desarrollo inclusivo.
Ponemos a consideración de colegas y de trabajadores y trabajadoras en general una serie de propuestas para precisar el norte, el futuro direccionamiento de un proyecto, que consideramos puede vertebrar la unidad de la oposición al plan neoliberal-conservador en marcha:
- Propugnamos un futuro plan de desarrollo abarcativo e inclusivo, con especial énfasis en la multiplicación de acciones coordinadas entre empresas estatales, instituciones del SNCyT y Pymes. Este plan debe incluir la protección de las Pymes frente a la apertura indiscriminada de las importaciones y acciones para la sustitución de las mismas utilizando el poder de compra del Estado.
- Propugnamos un futuro en el que nuestro país reconstruya lo destruido y sobre esa base vuelva a desarrollarse un acelerado crecimiento del sector de C&T.
- Propugnamos un futuro en el que en nuestro país los salarios, jubilaciones, pensiones y AUH vuelvan a permitir una mejor vida para argentinos y argentinas y que el consumo crezca para que así crezca el país. La dinamización de la economía no resultará de una descontrolada “lluvia de inversiones financieras” sino del aumento del consumo de los sectores populares y del impulso al trabajo y a las inversiones productivas.
- Propugnamos un futuro en el que en nuestro país estén entre las primeras prioridades nacionales la adecuada remuneración a la docencia, el estímulo a la formación de nuevas generaciones de docentes y la construcción de infraestructura educativa.
- Propugnamos un futuro en el que nuestro país vuelva a ser independiente de las exigencias del FMI.
- Propugnamos un futuro en el que en nuestro país no se vuelva a reprimir la protesta social.
- Propugnamos un futuro en el que en nuestro país nuevamente no haya presos políticos.
- Propugnamos un futuro en el que en nuestro país el precio de las tarifas esté ligado a los ingresos de los trabajadores. Si las empresas que forman parte de las cadenas de valor respectivas no lo encuentran factible, el estado nacional deberá nacionalizar, como marca la ley, esos servicios.
- Propugnamos un futuro en el que en nuestro país programas como Conectar Igualdad, y tantos otros que han sido desmantelados, vuelvan a ser una política de estado.
- Propugnamos un futuro en el que nuestro país retome el camino de la progresividad fiscal y lo profundice, en que la banca privada sea firmemente regulada para garantizar que cumpla su papel, que es el de apoyo a la producción nacional y no la especulación financiera.
- Propugnamos que el decisivo sector externo de la economía nacional sea controlado por un Estado al servicio del desarrollo.
Miembros: Adrián Paenza; Alberto Kornblihtt; Ana Franchi; Andrea Gamarnik; Andrés Kreiner; Carolina Mera; Daniel Filmus; Diego Hurtado; Diego Tatian; Dora Barrancos; Eduardo Dvorkin; Emmanuel Alvarez Agis; Federico Robledo; Felix Requejo; Fernanda Beigel; Graciela Morgade; Hugo Aimar; Jorge Geffner; José Paruelo; Juan Pablo Paz; Luis Alberto Quevedo; Marcelo Ruiz; Marisa Herrera; Mirta Susana Iriondo; Noé Jitrik; Osvaldo Uchitel; Pablo Nuñez; Raquel Chan; Roberto Salvarezza; Rolando González-José; Sandra Carli.
Grupo CyTA - 7 de junio de 2018