Argentina y el FMI: no hay 2 sin 3
Finalmente se conocieron los detalles del Stand-by-2 (SB2) para Argentina. El incumplimiento en tiempo récord del primer SB no significó un proceso de revisión sustantivo por parte de Argentina ni del FMI. Como dijimos en "La Verdadera Grieta es la de Dólares", era esperable que "si Argentina solicitara un waiver, (...) el FMI solicite una mayor flexibilidad sobre el tipo de cambio y un mayor ajuste fiscal"
La insustentabilidad del programa económico
Los convulsionados acontecimientos recientes en el mercado de cambios no hacen otra cosa que confirmar la escasa sustentabilidad del programa económico, cuya gravedad es de tal magnitud que preanuncia una crisis de proporciones significativas.
Quién debe y en qué moneda los u$s 232.952 millones de deuda externa que tiene la Argentina
Según el INDEC, el año pasado sumó u$s 51.782 millones, un 28,5% más que en 2016. El aumento se debió principalmente a las emisiones del Gobierno y el BCRA.
El peso de los intereses de deuda sobre el presupuesto 2018
A lo largo de los años, la política de desendeudamiento implementada hasta 2015 permitió la reducción progresiva del peso de los intereses de deuda.
“Se puso un límite a los piratas del siglo XXI”
Los nueve principios básicos para guiar las reestructuraciones de deuda soberana que se aprobaron en la Asamblea General de las Naciones Unidas serán incorporados a la legislación argentina. El canciller Héctor Timerman confirmó a Página/12 que el Gobierno enviará en los próximos días un proyecto de ley para rubricar el compromiso con los lineamientos diseñados para limitar el accionar carroñero del sistema financiero internacional, legitimar el derecho de los países a reestructurar sus pasivos y proteger a los acreedores de buena fe de los buitres. “El resultado de la votación en la ONU es una victoria histórica que pone un límite a los piratas del siglo XXI que aprovechan la falta de legislación global para infringir daño y obtener ganancias extraordinarias”, afirmó el ministro de Relaciones Exteriores durante una entrevista en las oficinas de la misión permanente del país ante la ONU, ubicada en un piso 25 que ofrece una vista panorámica hacia el condado de Queens.
“Es un rechazo mundial a los buitres y a Griesa”
Para el ministro de Economía, Axel Kicillof, no es exagerado decir que “el resultado obtenido en la ONU por la Argentina en favor de su propuesta de normas para las reestructuraciones de deudas soberanas fue el mayor éxito diplomático y económico del país alcanzado en muchos años”. Especialmente, si se toma en cuenta su trascendencia tanto el momento por el que transita la crisis mundial, como los escollos que debió doblegar el proyecto, al cual se opusieron algunas de las principales potencias económicas del planeta. En la cartera de Kicillof nació el proyecto que, esta semana, recibió en Nueva York 135 votos a favor contra tan sólo 11 en contra. “Desmesurado”, es la primera expresión que utiliza el ministro al iniciar la conversación con Página/12, para calificar el éxito obtenido por la iniciativa.
La deuda
Para pagar la deuda pública nacional, que es toda la deuda que reconoce el Estado, en pesos y en moneda extranjera, con todos los acreedores –bonistas, organismos internacionales, agencias públicas y el Banco Central–, ¿cuánto debía poner cada argentino en términos de salario mínimo en diciembre de 2003? La respuesta aparece en un paper oficial: 47,1 veces. Es decir, si todos los argentinos cobraran el salario mínimo, en aquel momento hubiera hecho falta que cada uno de ellos entregara 47,1 sueldos para pagar el total de la deuda pública. ¿Y cuánto debe ahora? A diciembre de 2014, 10,3 veces. La deuda pública per cápita, en veces del salario mínimo, cayó de 47,1 sueldos a 10,3; de casi cuatro años de salarios hipotecados a algo más de diez meses.
El apoyo menos esperado llegó de Londres
“Apoyamos a países como Argentina que han tratado de reestructurar sus deudas, pero que después se encontraron con fondos buitre que los llevaron ante cortes en otros países y consiguieron sentencias que vuelven prácticamente imposible para ellos pagar, y los empujan a un nuevo default técnico.” El rechazo al accionar carroñero y el respaldo a la posición argentina fueron realizados la semana pasada por el primer ministro británico, David Cameron, al regresar de la cumbre de presidentes del Grupo de los 20 en Brisbane, Australia. Las declaraciones del mandatario inglés fueron difundidas a través del sitio web TheyWorkForYou.com, que reproduce los debates parlamentarios de ese país. El apoyo del conservador Cameron a la posición argentina se suma al amplio consenso exhibido en distintos foros internacionales como el G-77 más China y Unasur, las Naciones Unidas, la Asociación Internacional de Mercados de Capitales y el Fondo Monetario Internacional sobre la necesidad de limitar el accionar buitre.
Dimensión política de la deuda externa
Hay confusión acerca de la magnitud económica y el significado político de la deuda argentina. Por eso nos parece útil recordar en qué consiste ahora, como se enfrentó el problema y qué está en juego.
Hay quienes suponen que la deuda actual tiene una continuidad que se inicia en el proceso militar de 1976 a 1983; y que después, por sucesivas refinanciaciones se llegó a la deuda actual. Sería una sola deuda con actualizaciones.
A nuestro juicio, no es así: son cientos de deudas con miles de acreedores, que se fueron pagando y renegociando a través del tiempo, y que no pueden incluirse en una misma bolsa. Son absolutamente disímiles.
Un default selectivo
Estamos en un “default” (cesación de pago) no porque no podamos pagar, sino porque la Justicia norteamericana no nos permite que les paguemos a los tenedores de títulos de deuda (Discount) que residen en los EE.UU.