El último libro de David Harvey
Valentina Zanca: En The Enigma of Capital [El enigma del capital, Akal, Madrid, 2012] explicaba usted por qué las crisis resultan esenciales para la reproducción del capitalismo ¿Por qué se centra ahora en sus contradicciones?
David Harvey: El principal argumento de The Enigma of Capital era que el capital no resuelve sus tendencias a la crisis sino que las va desplazando. Si, tal como sostiene Marx, las crisis son manifestaciones de las contradicciones subyacentes del capital, entonces un estudio de las contradicciones ofrece la perspectiva de desarrollar una comprensión de cómo y por qué las tendencias de crisis se van desplazando y esto es lo que intento hacer en este libro.
VZ: En su introducción a Seventeen Contradictions, dice usted que su enfoque es convencional porque sigue el método de Marx, pero no necesariamente sus prescripciones. ¿Podría extenderse sobre esto?
DH: Cuanto más me familiarizo con los escritos de Marx, más me impresiona su método crítico y su ambición de construir una “crítica despiadada de todo lo existente”. Este método debe extenderse, por supuesto, a la consideración de las propias conclusiones de Marx. Por añadidura, muchas de las conclusiones de Marx son parciales o incompletas aunque las condiciones que ahora prevalecen en el capitalismo contemporáneo resulten en algunos aspectos – como las tecnologías, divisiones del trabajo, alcance geográfico y financiarización – radicalmente diferentes. Nuestra tarea debería consistir en construir la comprensión de cómo funciona el capital apropiada para nuestro lugar y nuestro tiempo.
VZ: De las contradicciones que analiza usted en su libro, ¿cuál es la que podría demostrarse fatal para la supervivencia del capitalismo tal como lo conocemos?
DH: Las dos contradicciones más peligrosas de nuestro tiempo son el imperativo de sostener un crecimiento exponencial en una situación en la que las tensiones medioambientales se están volviendo cada vez más graves. Pero el capital no se vendrá abajo motu proprio. Hará falta cambiarlo por medio de la gente que intente reemplazarlo, preferiblemente por medios pacíficos. Para que tal cosa suceda, es preciso que la extendida alienación que mucha gente siente se transforme de un estado pasivo de duelo impotente (puntuado por efímeros destellos de ira a menudo fortuita) a un movimiento activo que intente desplazar la actual arquitectura del capitalismo a otra cosa distinta.
VZ: La reciente crisis financiera no parece haber conseguido que se repensaran las políticas económicas y sociales a escala gubernamental, o al menos no ha sido así en el Reino Unido ni en la mayor parte de Europa, y no digamos ya en los Estados Unidos. ¿Ha fracasado la izquierda a la hora de aprovechar una oportunidad histórica?
DH: La izquierda no ha aprovechado con éxito las oportunidades creadas por esta crisis. El peligro reside en que del descontento se apodere la extrema derecha de movimientos neofascistas, y esto constituye un peligro claro y presente ante el que debería responder la izquierda.
VZ: ¿Es posible un mundo post-capitalista? De ser así, ¿a qué se asemejaría?
DH: Los elementos de una alternativa funcionan ya en las cooperativas de trabajadores, en las economías de solidaridad, la búsqueda de bienes comunes, las posibilidades que abre Internet y el ingente aumento de las capacidades de computación. Un enfoque imaginativo de estas posibilidades que las combine en un movimiento global no sólo es posible sino necesario, dadas las malhumoradas crisis que siguen reverberando a nuestro alrededor, poniendo de relieve las diferentes contradicciones y agrandándolas a menudo con profundas fisuras sociales.
David Harvey es profesor de Antropología y Geografía en el Graduate Center de la City University of New York (CUNY), director del Center for Place, Culture and Politics, y autor de numerosos libros, el más reciente de los cuales es Seventeen Contradictions and the End of Capitalism (Profile Press, Londres, y Oxford University Press, Nueva York, 2014). Lleva enseñando El Capital de Karl Marx durante más de 40 años.
Sinpermiso - 8 de junio de 2014