Informe de coyuntura Nº 15
Transcurrido el primer mes del año 2023 ya es posible hacer una evaluación del desenvolvimiento económico y social del año pasado y las perspectivas para el 2023 tanto a nivel nacional como internacional.
El año 2022 comenzó con la esperanza a nivel internacional de que, amenguada sensiblemente la pandemia, sería posible consolidar la recuperación económica y social global observada en el año 2021. Una nueva desgracia, como en marzo del 2020, sacudió el mundo, afectando a muy diversos países y a amplios sectores de la población universal. Se trató del inicio de la guerra en Ucrania que produjo de modo muy inesperado y sorpresivo, no solo la lamentable pérdida de miles de vidas humanas, sino también un severo impacto sobre el nivel de actividad de los países involucrados, el despertar de los precios de materias primas esenciales para la alimentación humana que llevó a niveles muy elevados los desbordes inflacionarios y la caída sorpresiva de la actividad económica general.
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El efecto sobre nuestro país radicó esencialmente en el aumento de los precios del gas y el petróleo, por un lado (ese incremento extraordinario se calcula en 3.500 millones de dolares), y de los alimentos, por el otro, que no estaban previstos a principios de año. Así nuestra economía resultó muy afectada por el excedente que hubo que gastar en la importación de gas, y la repercusión muy impactante del aumento del valor de alimentos esenciales, afectados por el conflicto bélico. En nuestro caso, para colmo de males, el acuerdo con el FMI para renegociar la deuda que nunca debió haber sido contraída por el Estado Argentino en la era macrista, tuvo un conjunto de condicionamientos impuestos por el Fondo – como es habitual – que disminuyó la capacidad de maniobra soberana de nuestra política económica. Pese a esos severos inconvenientes, la economía nacional siguió creciendo a tasas elevadas y el último dato oficial consigna que en el ciclo noviembre 2021-noviembre 2022 el aumento del PBI fue del 5,9%. Faltando solo el dato de diciembre, que podría suponer uno o dos decimales negativos, la pujante expansión de nuestra actividad económica fue una de las más destacadas de todo el mundo. Casi duplicó, lo que es insólito, el crecimiento chino, más que duplicó el de los países más desarrollados de occidente, y en América Latina superó ampliamente a México y Brasil, y solo fue relegado por Colombia. Esta robustez del crecimiento económico permitió recuperar prácticamente todos los empleos perdidos por la pandemia teniendo como motor del crecimiento la inversión pública, las exportaciones de bienes y servicios, y la actividad de la industria, la construcción, y el turismo. La industria a lo largo del año 2022 marcó un récord de utilización de su capacidad instalada que puede llegar al 67% cuando tengamos las estadísticas definitivas. Es el dato más alto desde el año 2015, ciclo que mostró dos fuertes caídas: la del macrismo que hizo disminuir entre 2016 a 2019 de 64% a 59% el nivel de la citada capacidad, y luego la pandemia, que acentuó el derrumbe al 55%. En noviembre del 2022 llegó al 69%, lo que es un signo evidente de un desempeño muy exitoso de la actividad industrial, que se trasladó al nivel del empleo, también muy superior al del 2016, y repercutió en la inversión total de la economía que llegó al 22% del PBI al final del año, nivel desconocido en las últimas dos décadas.
Como contraparte, la inflación siguió siendo el talón de Aquiles de nuestra economía. Había sido del 54% en el 2019, el último año del desastre macrista (el doble que en el 2015), sin pandemia y sin guerra en Ucrania, y estos dos factores fueron decisivos para llevarla al 94% para todo el año. Ello supuso que el salario real de los trabajadores argentinos que perdieron un 20% en la catástrofe neoliberal del 2016-2019 no pudiese recuperarse, salvo muy marginalmente, para el empleo privado formal. Los sectores informales siguieron perdiendo ingreso real. Pese a las predicciones agoreras de muchos consultores, economistas prestigiosos y voceros de la oposición, el nivel de actividad económica del año 2022 cerrará con una mejora superior al 5%, por encima de las previsiones iniciales, tanto oficiales como de analistas privados. En el presupuesto nacional aprobado por el Congreso nacional en setiembre del 2021 tal incremento se lo había pronosticado en un 4%. Los consultores y los economistas que participan del informe mensual del Banco Central llamado Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) ya estimaron un crecimiento del producto bruto interno real para el 2022 del 5,3%. Este mismo grupo de consultores privados y economistas acreditados había predicho al inicio del año un crecimiento del 3%, impulsado esencialmente por el empuje del año anterior, lo que, como se ve, resultó claramente equivocado como muchas otras estimaciones que hacen circular por los medios voceros de los intereses de las grandes empresas y de los sectores de la oposición política. Cuando se confirme el dato definitivo, que podría acercarse al 6%, lo que es más destacable es que el PBI volverá a ubicarse en un nivel levemente superior al del 2017, cuando avanzó 2%, aunque luego se deterioró durante los dos últimos años de la experiencia de Cambiemos dado que en el 2018 y 2019 hubieron caídas del 2,7% y del 2% respectivamente.
Es de remarcar que el nivel de crecimiento ya prácticamente confirmado de este año duplica, y en algunos casos triplica, los de las principales economías europeas, Estados Unidos, México, y toda Sudamérica, con excepción de Uruguay que va a ser en torno al 5%, y de Colombia que será del 7%. Es decir, un desempeño por demás exitoso plenamente confirmado por los organismos internacionales (Banco Mundial, FMI, Naciones Unidas, y los voceros locales del establishment). Para ratificar aún más la verosimilitud de esta información y desmentir cualquier afirmación en contrario, vale la pena referirse al informe de la actividad económica de la Ciudad de Buenos Aires, preparado por la Dirección General de Estadística y Censos del gobierno de Rodríguez Larreta. Según dicho informe, el desempeño favorable de la actividad económica con respecto al mismo trimestre del año anterior, llevó a que la variación acumulada a septiembre reflejara un aumento del 6,2%, anticipando un cierre anual por encima de las expectativas. Y el informe cierra diciendo textualmente: “El comportamiento económico sigue dando señales de una recuperación positiva con respecto a los valores de pre-pandemia. Los indicadores de la mayoría de los sectores muestran variaciones positivas, con solo dos excepciones: Salud, y electricidad, gas y agua”.
Queremos ahora destacar algunos componentes de ese valioso dato que suponen una base muy sólida para el crecimiento futuro.
Entre los componentes de la demanda del tercer trimestre de 2022, el mayor incremento se verificó en el segmento de la formación bruta de capital fijo, o sea la tasa de inversión, que creció nada menos que el 14% interanual. Este notable incremento llevó la tasa de inversión al 22% del PBI, el dato más elevado de los últimos 19 años. La expansión se debió al crecimiento entre otros ítems del 22,1% en maquinarias y equipos, y 13,3% en equipos de transporte. Resulta claramente evidente que las expectativas de los inversores, empresas de capital nacional y extranjero, son por demás elevadas, y desmienten rotundamente las afirmaciones que circulan en forma profusa por los medios de un porvenir dramático para el país. Por el contrario, los empresarios de carne y hueso se han pronunciado ya con respecto al futuro del país si en solo un año han expandido sus propuestas inversoras en más de un 20%.
El último dato recién aparecido sobre la inversión es del mes de noviembre, y forma parte del habitual informe de la consultoría privada de Orlando Ferreres. El informe expresa que en el mes de noviembre se verificó un alza del 9,4% interanual, lo que implicó una aceleración respecto al 8,4% de octubre. Estamos, por lo tanto, en un sendero virtuoso, donde quienes apuestan al futuro son los que encabezan el ritmo de expansión de la economía. El periodista económico David Cufre en un artículo del diario Página/12 del 31 de diciembre de 2022 dice: “¿Quién va a invertir en la Argentina con este gobierno?, preguntaba la semana pasada Horacio Rodríguez Larreta. La repuesta llegó rápida”. Cufre se refería al dato de Ferreres arriba consignado remarcando, como claro desmentido de la peregrina e infundada aserción del pre-candidato presidencial del PRO, que con el citado aumento de la tasa de inversión de noviembre pasado “ya van 25 meses consecutivos de subida de este indicador. Son más de dos años ininterrumpidos que la inversión privada crece en el país”. Cufre, en dicho artículo, desmiente con datos del estudio del consultor económico Osvaldo Ferreres la infundada expresión de quien pretende ser futuro Presidente del país. El sr. Rodríguez Larreta dispone de la misma información pero a sabiendas tergiversa la realidad con una afirmación falsa. Cufre añade al respecto: “El dato contrasta con lo que ocurrió cuando Juntos por el Cambio estuvo en el Gobierno Nacional con Mauricio Macri, la inversión privada cayó 19 meses seguidos desde junio de 2018 a diciembre de 2019. Ni las políticas pro-mercado ni los CEOs al frente de los principales ministerios lograron convencer a los empresarios para que arriesgaran capital en una economía que se hundía cada vez más. La crisis de la inversión se extendió hasta octubre del 2020 por el párate de la pandemia. Pero desde noviembre de ese año a la actualidad todos los meses hubo resultados positivos”. Afirmación confirmada de fuentes oficiales y privadas como la de Ferreres y otros consultores de la City porteña.
Otro rubro que se destaca en la información pertinente es el turismo interno, que experimentó una fuerte expansión del 44% en el 2022 con relación al 2021 más que el año pasado durante el 2022. En este dato tan significativo prevalece una política pública que permitió que el sector del turismo superara los datos experimentados antes de la pandemia. Se trata del programa Previaje, que benefició a más de 6 millones de turistas que accedieron a dicho beneficio en las tres ediciones del programa y obtuvieron la devolución del 50% para volver a usarlo en toda la cadena turística. De esa cifra, más de 600 mil personas accedieron a la devolución del 70%, que es el beneficio para personas afiliadas al PAMI, que es mi caso.
Si se desglosa por temporadas, se destaca que en el verano 2021-2022, el movimiento de personas viajando por el país alcanzó a 32,3 millones (alrededor del 70% de la población nacional) que viajó por el país superando los números de pre-pandemia, de acuerdo a los datos difundidos en su momento por la central empresarial denominada “Confederación Argentina de la Mediana Empresa”. Como dato relevante al respecto es de hacer notar que este crecimiento turístico estuvo acompañado en el año 2022 por acciones paralelas al Previaje, que consistieron en inversiones vinculadas al turismo inicial, y que posibilitaron la reapertura de los hoteles 6 y 7 de Chapadmalal y el localizado en Embalse, Río Tercero. Esto forma parte de un plan de obras integral en marcha, por valor de 7.400 millones de pesos que implica la puesta en valor de los hoteles 1 al 8 en el complejo bonaerense y de los hoteles 1 al 7 en Embalse, Córdoba.
Otro sector que fue determinante de la mejoría económica y que tiene grandes perspectivas a futuro fue el de las empresas de software y servicios informáticos, que cerrarán 2022 con ventas por valor de 4.200 millones de dólares. Si se mira para atrás, las ventas totales del sector fueron creciendo en forma ininterrumpida desde principios de siglo hasta alcanzar su pico en el 2015 con unos 4.259 millones de dólares de ventas. A partir del año 2016 empezó una caída solo levemente interrumpida en el 2017 con un leve incremento, pero volvió a derrumbarse en los últimos dos años del gobierno macrista -2018 y 2019. Luego de la etapa post-pandémica, el sector volvió a recuperarse y para el año 2022, como se dijo, se confía en alcanzar el pico previo del 2015. Se estima que al cierre del año pasado, los ingresos por exportaciones podrían superar los 2.500 millones de dólares. En referencia a la dimensión de la cantera de talentos, según la Cámara Argentina de la Industria del Software, el número de desarrolladores que trabajan actualmente en el país es de 135 mil. Este núcleo en constante expansión se estima crecerá, según dicha cámara, para el 2030 a 500 mil. También se prevee que va a generar 20.000 millones de dólares de producción bruta anual al año 2031, quintuplicando el PBI actual de la industria en Argentina. La industria se convertirá así en la segunda más importante del país en generación de riqueza.
Un tercer rubro a destacar de muy dinámica expansión es el de la venta de vehículos 0km que superarán las 400 mil unidades al cierre del 2022, con un alza estimada de casi 7% interanual, y con una participación de los modelos nacionales del 65% del total, según lo acaba de informar el balance mensual que produce la Asociación de Concesionarios de Automotores (ACARA). Los datos de diciembre, a 5 días del cierre del mes, dan cuenta de un patentamiento previsible de 18 mil vehículos al cierre de la última semana, con un alza del 8% interanual. Este comportamiento fue mucho más acentuado en el segundo semestre de este año, cuando se verificó un alza interanual del 19%, que reforzó la elevada incidencia de producción nacional de vehículos. Coincidiendo con esta alentadora información, un comunicado de la Asociación de Fabricantes Automotores (ADEFA) consignó que en el mes de enero la fabricación de vehículos automotores en nuestro país creció en cantidad de unidades en relación a lo manufacturado en enero del 2022 nada menos que un 45,8%.
Este panorama de cierre del 2022 resalta como contraste la expansión de los precios ya comentado, cuestión sin duda prioritaria tanto desde el punto de vista social como económico. Este problema, endémico desde 1945, con cortos períodos de interrupción rápidamente superados por otras olas inflacionarias - una muy grave de hiperinflación de más del 1.000 por ciento anual cuando concluía el gobierno de la UCRadical en 1989 – La persistente inflación se supone va a tener un cierto respiro para el año 2023, a partir de una estrategia de control consensuado de precios que ha puesto en marcha el gobierno nacional para este año por el gobierno, que supondrá una reducción de más de 30 puntos del porcentual del 2022. Es condición indispensable bajar el incremento de precios para fortalecer el ingreso real de los trabajadores formales e informales.
Para este año se prevee otra vez crecimiento económico aunque mucho más moderado que lo acontecido en los dos años anteriores. Ello también ocurrirá, se supone, a nivel de toda la economía mundial en especial en Europa, América del Norte y Latinoamérica debido al desborde inflacionario generalizado. Las políticas de combate dispuestas por los Bancos centrales de tales países con fuerte encarecimiento del crédito y la caída del consumo debilitarán sensiblemente la expansión económica respectiva.
Las previsiones de los organismos financieros de cobertura mundial ya se han dado a luz al cierre del mes pasado. Los datos del Banco Mundial recién emitidos hablan de un 1,7% de aumento del PBI a nivel de la economía global en relación al año 2022. En nuestro caso, dicho Banco ha previsto un aumento interanual del 2 por ciento. Sin embargo, el gobierno nacional es más optimista. Confía en que se llegará a una expansión del 3%. Si se coteja con los datos de otros países, el citado Banco prevé un crecimiento de solo el 0,5% para Estados Unidos, y de 0% para Europa. En el caso de América Latina, las predicciones indican aumentos del 0,8% de Brasil y 0,9% de México, con relación al 2022, otra vez muy por debajo del dato argentino.
En la Argentina, con menor inflación y mejora salarial general se podría acompañar el dato alentador de creación de empleo que ha supuesto para el tercer trimestre del 2022 un porcentaje de población ocupada sobre el total de los habitantes del país de un nivel de casi el 50 %, el más elevado desde el 2015. Los motores del crecimiento volverán a ser las exportaciones, el nivel del consumo interno fortalecido y el turismo, que está transitando momentos nunca antes vistos de bonanza general. Por ende, la proporción de trabajadores en las empresas argentinas luce promisoria en este año. Así lo indica un reciente estudio efectuado por la consultora Bumeran y publicado el 6 de este mes en la prensa especializada. Insertamos el párrafo más saliente del informe correspondiente: “El 75% de los especialistas en recursos humanos relevados en Argentina (por la citada consultora) afirmó que la organización en la que trabajan va a incorporar talentos en el 2023. Esta cifra se ubica por encima del promedio regional (63%) y de los datos obtenidos tanto en Ecuador (53%) como en Chile (63%) aunque también 2 puntos por debajo de lo registrado en Panamá y en Perú”.
A la vez, el Fondo Monetario Internacional, la otra organización financiera de alcance mundial, estima el crecimiento global en una proporción similar a la prevista por el Banco Mundial para el caso argentino y de América Latina en general y de sus dos países más importantes a nivel particular, Brasil y México. La mayor discrepancia entre las predicciones de una y otra institución multilateral consiste en las proyecciones de Europa y Estados Unidos de América en donde el FMI sitúa a ambos espacios con comportamientos superiores a los enunciados por la otra institución financiera, pero sin sobrepasar el cálculo del 2 % para la Argentina.
Las primeras señales sobre la evolución económico-social en nuestro país son alentadoras en términos de las actividades productivas, pero poco satisfactorias en la cuestión de los precios.
Al respecto vale incluir estas informaciones recientes.
El 2 del mes de febrero de este año se dieron a conocer las cifras del ingreso fiscal a nivel nacional del mes de enero. El informe de la Secretaría de Hacienda de la Nación consigna que en dicho mes se verificó un ingreso tributario global superior en 93,4% en términos corrientes al de enero del 2022. Ello indicaría un leve descenso si se compara ese porcentaje con el impulso inflacionario de todo el año pasado con respecto al anterior. Pero la información estadística que caracteriza la evolución económica general es la que consigna el aumento de ingresos vía el impuesto al valor agregado, identificado como ingreso DGI. Este valor monetario es un adecuado indicador del volumen de ventas de bienes y servicios de toda la economía, y el incremento que consigna la estadística suministrada por la Secretaría de Hacienda alcanza el 103%, entre enero de este año y el del año pasado, y supone un aumento real, sin inflación, de casi 10 puntos de porcentual. Este desempeño relevante da cuenta en forma concluyente que el proceso de transacciones económicas de todo tipo siguió evolucionando positivamente en el último mes del año anterior.
Si acudimos a los primeros datos a nivel productivo, cabe citar las tendencias de patentamiento de automotores y motocicletas notificadas por las respectivas cámaras empresariales superiores en más del 10 %, cotejando enero de 2023 con similar mes del 2022. Diversas políticas públicas anunciadas a fin de mes también son adecuadas evidencias de la implantación de políticas públicas de carácter expansivo. El programa Crédito Argentino, que establece un subsidio de 30 puntos de interés para créditos destinados al financiamiento de la producción de pequeñas y medianas empresas, siguió ampliándose y ya abarca 13 provincias que cuentan con esta línea de créditos productivos altamente subsidiados. El programa citado es ejecutado por el Banco Nación y el BICE, y algunos provinciales que han dispuesto a poner en disposición 500 mil millones de pesos en créditos para las PyMEs de todo el país y que estará destinado a ayudar a las empresas que aumenten su producción y contraten más personal. Al mismo tiempo, y para hacer frente a la sequía muy extendida en toda la zona productiva del centro litoral del país, se puso en marcha con acuerdo de las agrupaciones de productores pequeños y medianos para la creación de un Fondo rotatorio de 5 mil millones de pesos que posibilitarán en condiciones muy favorables para el productor, compensar los daños producidos por la falta de humedad en las fincas productoras de cereales, oleaginosas y pasturas para alimento de ganadería vacuna, incluyendo a los miles de pequeños y medianos tambos de todo el país.
La evolución económica positiva en los años 2021 y 2022 ha supuesto un aumento de la ocupación total entre el segundo trimestre del 2021 con respecto a similar período del 2022 del 8,3% interanual, expresado en 967 mil nuevas ocupaciones asociadas al cuentapropismo, 24,2% del total, y al empleo asalariado, el 75,8% del total. Pero la recuperación del empleo, que ya excede los datos del mejor año del gobierno de Macri, revela una fuerte presencia del empleo asalariado precario, que creció según el registro de la seguridad social del 31,5% en el 2021 al 37,8% en el 2022. En un muy interesante trabajo de la magister Sonia Balza, publicado en un matutino el 30 del mes pasado, se remarca que la inserción laboral precaria, que crece más que la formal, se torna en un problema central para el mundo del trabajo pues reduce capacidad negociadora por su salario y beneficios sociales a crecientes capas de la fuerza de trabajo. La mg Balza concluye su análisis afirmando: “El empleo precario volvió a explicar el crecimiento de la ocupación asalariada en la Argentina en los últimos 2 años, situación que no se vivenciaba con esta crudeza desde el año 2008, cuando comenzó un período de formalización del empleo asalariado y destrucción de empleo precario sin pérdida de puestos de trabajo que se interrumpió con el macrismo”.
Es urgente entonces retomar el desarrollo positivo de la creciente calidad del empleo que comenzó hace 15 años y que garantiza para el trabajador mejores condiciones en su inserción laboral y capacidad de negociación de incremento del salario real.
16 de febrero de 2023